Dos cazas parten a Europa
Turquía quiere responder a los avances de otros países vecinos con la adquisición del caza europeo Eurofighter Typhoon.
Que Turquía recurra por primera vez a un caza europeo, el Eurofighter Typhoon concretamente, pone de manifiesto la creciente preocupación de su Fuerza Aérea por los cambios en el equilibrio de poder aéreo en la región.
Este movimiento parece ser una respuesta directa a los avances de otros países vecinos, como Grecia, que han fortalecido significativamente sus capacidades con la compra de aviones franceses Rafale, un acuerdo para incorporar cazas furtivos F-35 y la modernización de 83 F-16 a la versión Viper.
Para Turquía, que fue excluida del programa F-35 y cuyo plan inicial era adquirir 100 cazas de quinta generación, el interés por el Eurofighter Typhoon parece ser tanto una estrategia de presión hacia EEUU como una necesidad práctica de reforzar su flota.
Si bien el cambio de administración en Washington podría influir en las relaciones bilaterales, las señales actuales apuntan a que Turquía avanzará hacia un acuerdo con los países europeos que forman parte del consorcio de producción del Eurofighter: Reino Unido, Italia, España y Alemania.
Ventajas y desafíos de la adquisición de los Typhoon
Si Turquía formaliza un contrato para adquirir hasta 40 Eurofighter Typhoon, se uniría a una lista limitada de operadores de este avión, que incluye a países del Golfo, como Kuwait, Qatar y Arabia Saudita, además de Austria.
Sin embargo, esta decisión no está exenta de complicaciones. Por un lado, la línea de producción del Eurofighter podría detenerse para 2030, lo que limitaría futuras actualizaciones y soporte técnico. Por otro, el elevado coste de mantenimiento y la baja disponibilidad operativa del avión han sido puntos críticos para los actuales operadores.
Además, el Typhoon, aunque es un caza altamente capacitado, presenta limitaciones frente a sus competidores. Incluso con la integración del radar AESA, sus capacidades en guerra electrónica y sistemas de autodefensa están por debajo de las que ofrece el Rafale, que continúa evolucionando con actualizaciones constantes.
Este último, con su enfoque en redes, capacidad de portar armamento avanzado y sistemas de detección mejorados, representa una amenaza considerable en cualquier escenario de combate. Otro elemento clave en el rendimiento del Rafale son los misiles aire-aire Meteor, que ofrecen una ventaja significativa en combate.
Estos misiles, utilizados por la Fuerza Aérea Griega, han sido entrenados intensivamente en escenarios reales. Sin embargo, si Turquía adquiere los Typhoon, también necesitaría el visto bueno de Francia para acceder a los Meteor, lo que parece poco probable dada la postura de París hacia Ankara y su estrecha relación con Atenas.