Costó 10 veces más de su presupuesto y ahora ha sido nombrado el edificio más feo del mundo
Con varios retrasos y un coste muy superior al fijado inicialmente, este es el edificio más feo del mundo según Buildworld.
¿Cómo se quedarían si catalogaran un edificio, del cual eres arquitecto, como uno de los más feos del mundo? Ante esta pregunta y tras el análisis de Buildworld, más de un estudio arquitectónico podría responder.
En los tiempos que corren, urge la necesidad de crear rankings, clasificaciones y cualquier tipo de lista que establezca qué es mejor o peor. En una de estas búsquedas por ordenar cuáles son los edificios más feos del mundo para sus visitantes, la empresa Buildworld realizó una medición acerca de este curioso estudio ayudándose de la red social con mayor alcance y difusión: Twitter.
Para ello, Buildworld realizó un análisis de edificios de todo el mundo, aunque con especial preeminencia de los países anglosajones. Los resultados obtenidos a través de la herramienta HuggingFace definieron como el edificio más feo del mundo al Parlamento de Edimburgo, en Escocia.
Peculiaridades y polémicas de la construcción: protagonismo español
Además de contar con este dudoso honor, la construcción del edificio estuvo marcada por los continuos retrasos y complicaciones, que multiplicaron el coste final por diez.
El Parlamento escocés, inaugurado en 2004 y ubicado en Holyrood, fue construido tres años después de la fecha prevista y tras cuatro año de la muerte de su arquitecto. El proyecto fue encargado al estudio del catalán Enric Miralles y Bendetta Tagliabue, una decisión muy discutida por la población escocesa, ya que no entendieron que la construcción no corriera a cargo de algún arquitecto nativo.
Entre las críticas más destacadas sobre el edificio, se alude a la poca adaptación del inmueble con el paisaje verde y húmedo que predomina en Escocia. Junto a esto, muchos achacaron que se trata de un edificio "oscuro y lúgubre", acentuado por el clima habitual de Edimburgo. Otros lo definieron como "una cueva", como en el caso del antiguo decano del Colegio de Arquitectura de Glasgow Des McNulty.
En definitiva, no se puede decir que se trate de un edificio al que sus habitantes le tengan especial apego, algo bastante llamativo al tratarse de uno de los lugares mas importantes de Escocia, ya que se trata del espacio donde se toman las decisiones más importantes del país.