China deja tirada a Rusia en el peor momento
Las compras de carbón ruso por parte de Pekín cayeron un 21% interanual entre enero y fines de noviembre, de 13.300 millones de dólares a 10.500 millones.
China es, posiblemente, el mayor aliado que le queda a una Rusia aislada internacionalmente a causa de su invasión de Ucrania, iniciada en febrero de 2022. Mientras se acumulaban en estos años las sanciones internacionales a Moscú, Pekín ha seguido siendo su mejor cliente y representante, tratando de ponerse de perfil sobre el conflicto.
Pero la presión mundial se redobla y el régimen comunista está soltando poco a poco lastre, o sea, está reduciendo su colaboración con la Federación, para no verse también salpicada por esas sanciones.
Ahora se ha sabido que China está comprando menos carbón de Rusia que el año pasado, la última señal de enfriamiento del comercio entre los países. Las compras de carbón ruso por parte de Pekín cayeron un 21% interanual entre enero y fines de noviembre, de 13.300 millones de dólares a 10.500 millones de dólares, según afirma el grupo de expertos Centro de Investigación sobre Energía y Aire Limpio (CREA).
"El sector del carbón ruso ha sufrido un duro golpe en 2024", afirma Vaibhav Raghunandan, analista de la UE -Rusia y escritor de investigación en CREA, en declaraciones a Newsweek. "Rusia depende increíblemente de las ventas a China, que, a pesar de haber caído este año, todavía representan el 45% de todos los ingresos de exportación de carbón de Rusia", ahonda.
La caída es parte de una disminución general de las exportaciones de carbón ruso a todos los países, que han caído un 23% en los 11 meses del año hasta noviembre, de 30.300 millones de dólares a 23.300 millones de dólares.
Raghunandan dijo que el sector del carbón ruso se había enfrentado a un aumento de los costos de producción junto con una caída del precio del carbón. Los desafíos logísticos, como el acceso restringido a la capacidad ferroviaria y los envíos no rentables a través de terminales, han contribuido a una caída de las ganancias.
"La introducción de aranceles por parte de China sobre el carbón ruso lo ha hecho menos competitivo, ya que otros proveedores, como Indonesia y Australia, que forman parte de la zona de libre comercio con China, no se ven afectados por estos aranceles", añadió el analista.
Raghunandan señala, además, que las importaciones totales de carbón transportado por mar de China aumentaron un 8,6% entre enero y finales de noviembre, pero las cantidades compradas a Rusia cayeron significativamente. "Se espera que la inversión en la industria del carbón rusa caiga alrededor del 30% en 2024, lo que muestra una perspectiva sombría para la industria del carbón rusa", añadió.
El presidente ruso, Vladimir Putin, ha alardeado en repetidas ocasiones de la relación económica de su país con China, después de que los mercados se secaron tras las sanciones lideradas por Occidente derivadas de su invasión ucraniana. Pero la caída de las compras chinas de carbón ruso se suma a las crecientes preguntas sobre la asociación "sin límites" de los países después del comercio récord de 240.000 millones de dólares en 2023.
Moscú está teniendo dificultades para vender su gas natural a su vecino, y los bancos chinos están cada vez más nerviosos por trabajar con instituciones financieras sancionadas en Rusia después de las últimas sanciones del Departamento del Tesoro de Estados Unidos a más de 50 instituciones crediticias rusas.
Rusia también ha impuesto un arancel del 55,65% a las piezas de muebles fabricadas en China tras una decisión de los funcionarios de aduanas de la ciudad oriental de Vladivostok. Sin embargo, Vasily Astrov, experto en economía rusa del Instituto de Estudios Económicos Internacionales de Viena, entiende que la sugerencia de una guerra comercial era "algo exagerada". "Rusia no lo querrá en primer lugar porque lo perderá sin ninguna duda. China proporciona a Rusia un salvavidas en tantos frentes que arriesgar esos vínculos sería suicida para Rusia", dijo al medio norteamericano.
Dijo que las crecientes barreras a la importación de automóviles chinos en Rusia "serán mucho más importantes que las del comercio de muebles".
Astrov concluyó: "Rusia aplicó durante décadas una estrategia muy proteccionista con respecto a las importaciones de automóviles, por lo que no me sorprendería si esto también funcionara con los fabricantes de automóviles chinos".