Chile se queda con la Constitución de Pinochet al rechazar, otra vez, su reforma
El rechazo a la propuesta de la ultraderecha se impone en el referéndum celebrado este domingo. El presidente Gabriel Boric da por cerrado el proceso constituyente surgido hace cuatro años tras una ola de protestas sin precedentes.
Chile ha vuelto a rechazar la reforma de su Constitución y se quedará con la redactada en 1980, a la sombra de la dictadura militar de Augusto Pinochet. Con la práctica totalidad de los votos escrutados, un 55,76% de los chilenos llamados a votar en el referéndum celebrado este domingo, se ha decantado por la opción 'en contra'. El 44,24 % de los votantes, en cambio, sí ha apostado por aprobar la propuesta redactada por un órgano en el que la derecha y la ultraderecha chilena tenían la mayoría.
La opción de rechazar el texto se impuso en la mayoría de las dieciseis regiones del país, especialmente en la capital, Valparaíso (centro) y Antofagasta (norte), donde hubo casi 20 puntos de diferencia. El resultado, vaticinado por todas las encuestas, supone un varapalo para el ultraderechista Partido Republicano, que tuvo un peso fundamental en la redacción del nuevo texto y aspiraba a convertirse en la fuerza hegemónica de la derecha.
Hace 15 meses, la propuesta de corte progresista para reformar la Constitución heredada de la dictadura también salió derrotada en las urnas. Una derrota que llegó acompañada de una debacle política para el bloque de izquierda en las elecciones para elegir el Consejo Constitucional, lo que provocó una profunda reforma del Gobierno de Gabriel Boric. Precisamente, el presidente chileno ya había avanzado que en caso de que el resultado fuese una derrota, se daría por cerrado el proceso de reforma y el país que gobierna se quedaría con la Carta Magna de Pinochet.
Lo cierto, es que tanto la izquierda como la derecha han rechazado impulsar un tercer proceso constituyente, así como cualquier cambio de calado a la Constitución actual, reformada varias veces en democracia, especialmente en el Gobierno de Ricardo Lagos.
Chile escribe así el que será el último capítulo de un tortuoso proceso que arrancó con el estallido social del 2019. Aquella ola de protestas sin precedentes, que dejó una treintena de muertos y miles de heridos, puso contra las cuerdas al entonces gobierno conservador de Sebastián Piñera y condujo a un amplio pacto político para escribir una nueva Constitución para sepultar la de Pinochet, una demanda histórica del sector progresista.
La derrota anticipa una crisis en la ultraderecha
El presidente del ultraderechista Partido Republicano, mayoritario en el órgano encargado de redactar la propuesta de reforma constitucional rechazada, José Antonio Kast, reconoció la derrota en el plebiscito del texto que él mismo impulsó. "Esta noche una gran mayoría de chilenos ha rechazado la propuesta constitucional que impulsamos. Reconocemos esa derrota con mucha claridad. Fracasamos en el esfuerzo por convencer a los chilenos de que esta era una mejor Constitución que la vigente", afirmó.
El fracaso, por otra parte, anticipa la que será la guerra por hacerse con el liderazgo del partido de ultraderecha. El próximo año, Chile afronta unas elecciones municipales y en dos años, los chilenos volverán a las urnas para elegir presidente. El senador José Manuel Rojo Edwards, que se separó del Partido Republicano cuando Jose Antonio Kast decidió tutelar el proceso constituyente, no solo celebró la derrota en las urnas sino que anticipó que este resultado abrirá una batalla por el liderazgo en el seno de la ultraderecha. "En dos años tendremos elecciones, y veremos", apuntó el senador, quien ha celebrado el mensaje enviado con el referéndum.
"Chile está más libre gracias a esta votación y que lo entiendan: esta Constitución (la actual) ha mejorado, se puede mejorar, pero la libertad nosotros no la transamos y aquí estamos los que defendemos la libertad. Significa que Chile demanda libertad y demanda que se entregue la verdad (...), todos los chilenos sabemos que los problemas de Chile no son constitucionales", agregó.
El partido conservador Unión Demócrata Independiente (UDI), que apoyó el nuevo documento, fue el primero en salir a reconocer los resultados y su líder, Javier Macaya, dijo que los chilenos "no quieren un cambio constitucional".
Boric entierra el debate constitucional en Chile
"La política ha quedado en deuda con el pueblo de Chile", reconoció el presidente de Chile, Gabriel Boric, al admitir que fue incapaz de redactar una propuesta constitucional de consenso, y pidió a ls fuerzas políticas "respetarnos y volver a encontrarnos".
"El país se polarizó, se dividió y, al margen de este contundente resultado, el proceso constituyente no logró canalizar las esperanzas de tener una nueva Constitución redactada por todos", indicó el mandatario, quien confirmó en cadena nacional que no impulsará un nuevo proceso constituyente.