Biden prepara el terreno para la elección de 2024 con un discurso dirigido al "alma" de EEUU
El presidente demócrata marca diferencias con los republicanos, aguanta abucheos y mantiene sus apuestas, como el empleo o la pelea contra las armas.
El presidente estadounidense, Joe Biden, preparó esta madrugada el terreno para su reelección en 2024 con un discurso en el que marcó diferencias con los republicanos, aguantó abucheos e intentó siempre mantenerse por encima, convencido de que su misión es restaurar "el alma" del país.
"Porque el alma de nuestra nación es fuerte, porque la columna vertebral de esta nación es fuerte, porque el pueblo de esta nación es fuerte, porque el estado de la Unión es fuerte. Mientras estoy aquí esta noche, nunca me he sentido tan optimista sobre el futuro de Estados Unidos", proclamó Biden en su discurso ante el Congreso.
El segundo discurso de Biden sobre el Estado de la Unión se produjo en un punto de inflexión: en la mitad de su mandato y solo semanas antes de que anuncie oficialmente si optará a la reelección en las elecciones de 2024, aunque ya ha dicho que tiene intención de hacerlo.
Su intervención, de 72 minutos, estuvo centrada en política nacional y el objetivo era hablar de la economía y de otros asuntos que preocupan a los millones de estadounidenses que estaban viéndole desde casa.
Si el año pasado Biden empezó su discurso hablando de la invasión que acababa de lanzar sobre Ucrania el presidente ruso, Vladímir Putin; esta vez el nombre del dirigente ruso no llegó hasta pasada la hora del discurso.
No se va a ninguna parte
Las frases que más repitió durante el discurso fueron: "¡Acabemos el trabajo!" y "¡solo estamos empezando!", que usó para instar al Congreso a aprobar algunas de las políticas con las que llegó a la Presidencia, como reducir los precios de la insulina, y que aún no ha logrado sacar adelante.
Esas frases y, el vigor con el que se expresó Biden, querían dejar claro también que él no va a abandonar la misión que le encomendaron los estadounidenses y que no se va a ninguna parte, dijo a Efe Michael Cornfield, profesor de Política de la Universidad George Washington.
Para Cornfield, quedan ya pocas dudas de que Biden quiere optar a la reeleción en las elecciones de 2024, a las que también ha anunciado que se presentará el expresidente republicano Donald Trump (2017-2021), aunque antes tendrá que conseguir que su partido le elija como candidato.
De hecho, Biden usó el discurso para apelar a un grupo que podría ser clave para su reelección: la clase trabajadora que durante años fue una parte central de la base demócrata, pero en algunos casos pasó a sentirse más cercana a¡ Trump.
El mandatario usó el término "olvidados" -que solía usar Trump- para referirse a los estadounidenses que perdieron sus trabajos en las últimas décadas como fruto de la globalización y prometió que potenciará los productos "hechos en EEUU".
Dispuesto para la pelea
Más allá de las palabras, Biden demostró con su actitud que está dispuesto a enfrentarse a los republicanos.
Cuando el presidente empezó a reprochar a los conservadores sus propuestas para acabar con algunos programas sociales, como el sistema de salud Medicare para personas de más de 65 años, la tensión dentro del hemiciclo subió y algunos empezaron a gritar: "¡Mentiroso!".
No es inusual que los legisladores del partido contrario al presidente griten desde sus asientos en este tipo de discursos, pero lo que sí es raro es que el presidente responda.
"Me lo estoy pasando bien con esta conversación", respondió Biden, saliéndose del discurso que tenía preparado.
Mientras algunos republicanos gritaban, el presidente de la Cámara Baja, Kevin McCarthy, el conservador de mayor rango en Washington, intentaba hacerles callar pero sin lograr ningún resultado.
Un final optimista (y un aviso a China)
Pese a esos agrios intercambios, que mostraron la división del país, Biden quiso retratarse como un líder capaz de llegar a acuerdos con los republicanos y restablecer la decencia en la política estadounidense, la idea que ya centró su campaña para las elecciones de 2020.
Como entonces, Biden asumió la misión de dar consuelo y transmitir seguridad a una nación sumergida en la incertidumbre económica, el miedo a una recesión, y que ve con preocupación la guerra en Ucrania y las crecientes tensiones con China.
"Nunca he sido tan optimista sobre el futuro de Estados Unidos. Solo tenemos que recordar quiénes somos", proclamó.
Justo a Pekín le ha advertido de que no es "buena idea" apostar contra Washington y ha asegurado que actuará para proteger la soberanía estadounidense si esta se ve amenazada. Un aviso tras la crisis de los globos que se arrastra desde la semana pasada. "No me disculparé porque estamos invirtiendo para fortalecer a Estados Unidos. Invertir en innovación estadounidense, en industrias que definirán el futuro y que el Gobierno de China intenta dominar", ha aseverado además.
El discurso y sus llamadas a la unidad podrían jugar a favor de Biden y darle impulso en la opinión pública, al menos en el corto plazo, valoró en declaraciones a Efe Aaron Kall, experto en Ciencia Política de la Universidad de Michigan y autor de varios libros sobre discursos presidenciales.
Actualmente los índices de aprobación de Biden son bajos con solo un 43% de apoyo, según la media de encuestas del portal Five Thirty Eight, que también muestra que menos de un 50% de los demócratas quieren que sea el nominado del partido para las elecciones de 2024.
Y lo sensible: armas y policía
Biden abordó también temas de enorme sensibilidad, que deberían ser apuestas no partidistas, y para las que pidió el compromiso de todos. Quiere que el Congreso estadounidense prohíba los fusiles de asalto y lleve a cabo una reforma de la Policía, todo ello haciendo referencia a los últimos tiroteos ocurridos en el país y a los abusos policiales sobre la población negra.
El mandatario estadounidense ha pedido a los legisladores del país que salven vidas prohibiendo las armas de asalto "de una vez por todas", recordando que una prohibición temporal aprobada en 1994 llevó a que los tiroteos disminuyeran por un periodo de diez años, según ha destacado en su intervención.
"(Hay que) prohibir las armas de asalto de una vez por todas. Lo hicimos antes. Dirigí la lucha para prohibirlas en 1994. En los 10 años que la prohibición fue ley, los tiroteos disminuyeron (...)Terminemos el trabajo y prohibamos de nuevo las armas de asalto", ha aseverado Biden entre aplausos de la bancada demócrata.
En este sentido, ha alabado la ley de seguridad de armas aprobada por su administración que dificulta el acceso a este tipo de armas para los jóvenes de 18 a 21 años y para las personas con ciertos antecedentes penales.
Según ha dicho el presidente estadounidense, promovió la ley tras la súplica en este sentido de los padres que perdieron a sus hijos en la escuela primaria de Uvalde, Texas, donde el pasado mes de mayo un joven de 18 años mató a dos profesores y 19 niños.
En su primer discurso en el Estado de la Unión desde que la Cámara de Representantes cuenta con mayoría republicana, Biden ha instado a los congresistas a llevar a cabo una reforma de la Policía después de que varios agentes policiales de la ciudad de Memphis dieran una paliza mortal a un joven afroamericano, Tyre Nichols.
Concretamente, el inquilino de la Casa Blanca ha propuesto dar a las fuerzas del orden "la formación que necesitan", a la vez de exigirles que mantengan "la seguridad de todos". Mientras, ha subrayado la importancia de otorgar más recursos en vivienda, educación y formación en un esfuerzo por reducir los delitos y prevenir abusos policiales.
No obstante, ha reiterado que la sociedad debe exigir responsabilidades a los agentes policiales cuando "violen" la confianza de la misma.
"Sé que la mayoría de los policías (y) sus familias son personas buenas, decentes y honorables", ha resaltado el presidente de Estados Unidos durante su discurso, recibiendo esta vez sí aplausos de ambas bancadas.
"Arriesgan sus vidas cada vez que se ponen ese escudo. Pero lo que le ocurrió a Tyre en Memphis ocurre con demasiada frecuencia. Tenemos que hacerlo mejor, dar a las fuerzas del orden la formación real que necesitan", ha agregado Biden, quien momentos antes se había dirigido hacia los padres de Nichols, presentes en el Capitolio y que han recibido una ovación de todo el Congreso.
El mandatario estadounidense ha afirmado que "no hay palabras" para describir la angustia o el dolor de perder a un hijo, y ha confesado que, después de hablar con la madre de Nichols, esta le trasladó que "algo bueno" debía salir de su muerte.
"Comprometámonos a hacer realidad las palabras de la madre. Algo bueno debe salir de esto", ha dicho Biden.