El avión de guerra que se traga helicópteros y cazas se fabrica en España
Se trata de una de las aeronaves más potentes del mundo.
Pocas aeronaves pueden presumir de potencia, versatilidad y polivalencia como el A-400M. Es uno de los mayores gigantes en el mundo aeroespacial que además, cuenta con protagonismo español.
Se trata de un avión con capacidad para transportar equipos de las fuerzas armadas que no caben en aviones tácticos anteriores. Para ello hace gala de su inmensa bodega de carga, en la cual puede albergar prácticamente cualquier tipo de vehículo de guerra: helicópteros pesados, vehículos de combate, excavadoras...
Airbus lo define como "un avión que puede hacer el trabajo de tres". Según se especifica, su alcance sin carga equivale a un trayecto directo entre Zaragoza y Las Vegas (9.100 km), algo que destaca con su gran capacidad para aterrizar en casi cualquier superficie: aeródromos con pista de aterrizaje sin pavimentar, pistas cortas o lugares sin apenas margen de maniobra.
Entre sus principales prestaciones destaca la cabina de vuelo, ubicada en la zona delantera del fuselaje, lo que le permite reservar gran espacio para su carga. Cuenta con cuatro turbohélice EuroProp International (EPI) TP 400.
Puede alcanzar una velocidad de hasta Mach 0,72 y ascender unos 40.000 pies (12.200 metros), por lo que puede elevarse por encima de las inclemencias meteorológicas y evitar las turbulencias. Entre las principales virtudes destacan su baja detectabilidad, baja vulnerabilidad y alta capacidad de supervivencia. Para ello, cuenta con cabina blindada, parabrisas resistentes o gas inerte en los tanques de combustible.
Sevilla, la ciudad elegida
Comenzó a fabricarse en la planta de EADS de Sevilla en 2006, y pasados dos años, en junio de 2008, se presentó al mundo el primer A-400M. A la cita acudieron todo tipo de personalidades, incluida la del rey emérito Juan Carlos I.
El primer vuelo tuvo lugar el 11 de diciembre de 2009 y en el año 2016 se introdujo como parte del Ejército del Aire para, posteriormente, formar parte de la Base Aérea de Zaragoza, donde sustituyó al C-130 Hércules hasta 2020.
La adquisición de este mastodonte por parte del Ejército del Aire supuso un salto tanto cuantitativo como cualitativo, ya que la capacidad de carga se ha duplicado respecto a los C-130, además de las ventajas que aporta a nivel tecnológico y su polivalencia en distintos escenarios.