Australia toma medidas serias ante los aires de China
Emprende su mayor reforma militar en décadas para hacer frente a China y expandir su capacidad militar de ataque en el Indopacífico.
Australia ha puesto en marcha su mayor reforma militar desde la Segunda Guerra Mundial. Un plan incluido en las recomendaciones de la Revisión Estratégica de la Defensa, encargada por el Gobierno del laborista Anthony Albanese, para tratar de neutralizar la influencia de China en la muy tensionada región de Asia Pacífico.
El documento incluye el desarrollo de la capacidad de ataque de precisión de largo alcance y recalca que el enfoque defensivo de Australia "ya no es adecuado para su propósito" disuasorio, en un contexto geopolítico marcado por el auge de "la era de los misiles", la guerra cibernética y los peligros más allá de sus fronteras.
Los analistas militares australianos ven con suspicacia el ascenso militar de China y temen que las ahora capacidades de Pekín puedan aislar a Australia de sus socios comerciales y de las cadenas mundiales de suministros. La expansión militar china se produce "sin transparencias ni garantías" sobre sus intenciones en la región, apunta el texto. No obstante, el documento enfatiza que la posibilidad de una invasión es "remota".
Por ello, se recomienda la compra de misiles de precisión de largo alcance, la producción local de municiones y el refuerzo de las bases militares en el norte el país para proteger las rutas del comercio. "La mayoría de estos objetivos... se sitúan mucho más allá de nuestras costas", explicó el ministro australiano de Defensa, Richard Marles, durante la presentación parcial del documento, clasificado hasta esta semana.
Las recomendaciones del documento se suman al plan militar del pacto AUKUS, que une a Australia, Estados Unidos y Reino Unido, presentado hace un mes y que incluía el desarrollo de nuevos submarinos de propulsión nuclear. Llevar a cabo la mayor reforma militar de Australia, que incluye el recorte de otros gastos militares como los vehículos blindados para el Ejército, le costará a los australianos unos 11.556 millones de euros en cuatro años.
El anuncio de esta reforma provocó una reacción inmediata de China, que aseguró seguir una política de "naturaleza defensiva". "No somos una amenaza para ningún país", aseguró el lunes Mao Nig, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, en declaraciones recogidas por el diario La Razón.