La 'asociación' UE-CELAC no supera la prueba del café

La 'asociación' UE-CELAC no supera la prueba del café

La industria europea del café genera decenas de miles de millones de euros de valor añadido, impuestos y beneficios para los países de la UE, mientras que en América Latina decenas de millones de personas viven en la pobreza o en la pobreza extrema en las regiones productoras de café. El contraste no es nada menos que neocolonialismo.

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Foto de Pascal Bastien. Fernando Morales-de la Cruz, fundador de CAFÉ FOR CHANGE frente al Parlamento Europeo en Estrasburgo

La Unión Europea ha acogido esta semana en Bruselas, este 10 y 11 de junio, la Cumbre UE-CELAC. Esta cumbre ha reunido a presidentes, primeros ministros y ministros de Exteriores de 61 países con las instituciones de la Unión Europea. Es decir, 28 miembros de la UE y 33 países de la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe

La reunión ha sido promovida por la UE como una cumbre de socios. La propaganda de la UE llama al 2015 como el "Año Europeo del Desarrollo". Europa presume de ser el mayor donante de ayuda exterior, pero el valor compartido insignificante de cada taza de café que se bebe en las oficinas de la UE y en toda Europa es un ejemplo terrible de lo que Europa entiende por asociación, desarrollo sostenible, ayuda y valor compartido cuando se trata de la relación con su excolonias. Me atrevo a afirmar que la cumbre UE-Celac no pasa la prueba elemental del café.

Menos de 0.01 euro de cada taza de café que se consume en Europa ayuda a erradicar la pobreza o a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en las naciones productoras de café. El mal llamado "comercio justo" apoyado por naciones de la UE no es la solución, porque es un problema estructural en la cadena de valor. La marca comercio justo en el café se traduce en menos de 0.002 euros por taza: esa cantidad insignificante nunca traerá prosperidad real a las comunidades cafetaleras.

Esto es muy importante, porque en América Latina más de 80 millones de personas dependen directa o indirectamente, total o parcialmente, de la producción de café. Las naciones de la Celac producen más de 50% de todo el café del mundo.

Debido a que los europeos beben más de 700 millones de tazas de café todos los días y la mayoría del café se importa como una mercancía no procesada, la industria europea del café genera decenas de miles de millones de euros de valor añadido, impuestos y beneficios para los países de la UE, mientras que en América Latina decenas de millones de personas viven en la pobreza o en la pobreza extrema en las regiones productoras de café. El contraste no es nada menos que neocolonialismo.

La cadena de suministro del café que consumen los europeos es socialmente insostenible, explota la necesidad de subsistencia de los campesinos que no tiene otras opciones de trabajo.

El Nespresso consumido en el Parlamento Europeo en Bruselas es uno de los ejemplos más extremos de falta de valor compartido. El Parlamento paga a Nespresso unos 70 euros por kilogramo de café; a su vez, la filial de Nestlé paga a los productores de café alrededor de 3 euros por kilogramo de café verde. Esto significa, literalmente, que cada vez que un miembro del Parlamento Europeo o eurócrata bebe un café envía al menos 0.11 euro a una cuenta bancaria en Suiza como beneficio para Nespresso y deja menos de 1 céntimo de euro para compensar el trabajo de los pobres trabajadores en las fincas de café.

Es hora de una verdadera asociación entre la UE y la CELAC, pero como la define el diccionario, no como lo utilizan los eurócratas. Es hora de crear valor compartido. Basta ya de afirmaciones falsas sobre querer ayudar a los pobres. La asociación debe ser evidente en cada taza de café, ya que este producto es importante tanto para la UE como para la CELAC. El café es sólo un caso, pero hay muchas otras importaciones de la UE donde el precio pagado por Europa no considera el costo de salarios dignos o la necesidad de impuestos de origen.

Si las naciones de la UE realmente quieren ayudar a erradicar la pobreza, deben adoptar una compensación de 10 céntimos por taza de café, @10CentsPerCup, para ayudar a erradicar la pobreza en las regiones productoras de café. ¡Todos los eurócratas pueden permitirse @10CentsPerCup! Esta iniciativa no constituye una ayuda o caridad. Es un acto de justicia.

¿Cuándo adoptarán la Comisión Europea, el Parlamento Europeo, el Consejo de la Unión Europea y los 28 estados miembros de la UE un modelo de asociación real con la CELAC que supere la prueba del café?

Menos de un céntimo por cada taza no es asociación, ¡es explotación!

Por favor, únase a nosotros en: www.CAFEFORCHANGE.org , facebook o en twitter @CAFEFORCHANGE

Fernando está creando CAFEFORCHANGE y @10CentsPerCup para CAMBIAR LA ECUACIÓN DEL CAFE y para que este cambio pueda erradicar la pobreza en las regiones cafetaleras.