Carta abierta al secretario general de Naciones Unidas

Carta abierta al secretario general de Naciones Unidas

Espero que usted esté de acuerdo conmigo en que lo que el mundo necesita para poner fin a la desigualdad es un sistema transparente de valor compartido en el comercio global, y no glamour en la ONU o el bombo publicitario en los medios. Ningún café, té, cacao o cualquier otro producto debe ser considerado ético, sostenible o justo hasta que todas las niñas en las comunidades que los producen puedan asistir a la escuela secundaria.

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Foto cedida por Naciones Unidas

Me dirijo a usted para solicitar que las Naciones Unidas evalúe el impacto de su cadena de suministro en los Objetivos de Desarrollo Sostenible que apoya y promueve. También solicito que inste a cada Gobierno y a las instituciones multilaterales a hacer lo mismo.

Considerando que las políticas de adquisición y consumo de las Naciones Unidas, el Banco Mundial, el FMI, la OCDE, de otras instituciones multilaterales deben ser ejemplares, estar alineadas con sus políticas de erradicación de la pobreza y defender la Convención de los Derechos del Niño y los derechos humanos de todos, en cada rincón del planeta, lo invito a usted y a la Organización de Naciones Unidas a apoyar la creación de WeShare, un sistema de valor compartido transparente para ayudar a erradicar la pobreza y crear una clase media rural en las comunidades productoras de café, té y cacao, con una compensación de al menos de diez centavos de dolar por taza.

Hoy en día menos de un centavo de dolar de cada taza de café, té y chocolate consumida por el personal de las Naciones Unidas en Nueva York, Ginebra, Viena, etc. van para ayudar a reducir la pobreza en las zonas rurales que los producen. El valor compartido de los llamados productos de "comercio justo'' es a la vez insignificante e inaceptable, y perpetúa una forma cruel de pobreza liviana en las comunidades productoras.

Una compensación de 10CentavosPorTaza (10CentsPerCup) consumida en los países desarrollados podría mejorar dramáticamente la vida de cientos de millones de personas, quienes dependen económicamente de forma directa o indirecta de la producción de estos tres productos. La introducción de 10centsPerCup podría traer salarios dignos, agua, educación, salud adecuada e incluso el seguro para las cosechas y la seguridad social para todos los agricultores y trabajadores agrícolas. Esta compensación tendrá más de 30 veces el impacto económicoh y social de lo que algunos se atreven a llamar "comercio justo".

En Costa de Marfil, el mayor productor mundial de cacao, una niña tiene una mayor probabilidad de morir antes de cumplir un año de edad que de terminar con éxito la escuela secundaria.

Desdichadamente, cientos de millones de trabajadores agrícolas tienen ingresos diarios que son inferiores al precio de una taza de café, té o chocolate en Nueva York o Ginebra, mientras que las industrias que ellos suministran en las naciones desarrolladas acumulan decenas de miles de millones de dólares en ganancias cada año. Con su trabajo, ellos también ayudan a generar cantidades comparables en impuestos para los países desarrollados.

Si usted decide personalmente, como un gesto simbólico, compartir la compensación de 10CentavosPorTaza de café, té y cacao con las comunidades que los producen, su acción podría abrir brecha y ayudar a transformar los modelos neocoloniales y explotadores de negocios en estas industrias.

Se requiere un liderazgo ejemplar en este momento. Si Naciones Unidas adoptara institucionalmente 10CentavosPorTaza, crearía un debate mundial sobre cómo debemos dejar de consumir productos que dependen de prácticas laborales abusivas y modelos de negocio de explotación de trabajadores y proveedores. Usted sabe muy bien que 10CentavosPorTaza (10CentsPerCup) es una cantidad insignificante en relación con los ingresos promedio de los funcionarios de la ONU y los diplomáticos en general.

Espero que usted esté de acuerdo conmigo en que lo que el mundo necesita para poner fin a la desigualdad es un sistema transparente de valor compartido en el comercio global, y no glamour en la ONU o el bombo publicitario en los medios. Ningún café, té, cacao o cualquier otro producto debe ser considerado ético, sostenible o justo hasta que todas las niñas en las comunidades que los producen puedan asistir a la escuela secundaria. La igualdad de género es un mito a menos que todas las mujeres jóvenes tengan acceso a la educación secundaria.

Hoy en día persiste el hambre, la desnutrición y niveles inaceptables de mortalidad infantil en tierras donde se producen el café, el té y el cacao. En Costa de Marfil, el mayor productor mundial de cacao, una niña tiene una mayor probabilidad de morir antes de cumplir un año de edad que de terminar con éxito la escuela secundaria.

Su mandato expira en unos pocos meses, pero todavía puede dejar como legado que las Naciones Unidas sean reconocidas por el impacto de sus acciones ejemplares y no por sus muchas reuniones y múltiples objetivos.Muchas gracias de antemano por su atención a mi solicitud y quedo a la espera de sus 10CentavosPorTaza de café, té y chocolate.

Respetuosamente,

Fernando Morales-de la Cruz

FundadorCAFÉ FOR CHANGE