¡Ay, Carmona! ¡La España de cerrado y sacristía!
No me gustan nada las trazas del risueño Antonio Miguel Carmona. Temo que su supuesto apoyo a Manuela Carmena en el Ayuntamiento de Madrid pueda resentirse ante la presión de los inquisidores del Partido Popular y medios afines, que acumulan otra vez la rabia del mal perder, como tras las elecciones de 2004.
No me gustan nada las trazas del risueño Antonio Miguel Carmona. Temo que su supuesto apoyo a Manuela Carmena en el Ayuntamiento de Madrid pueda resentirse ante la presión de los inquisidores del Partido Popular y medios afines, que acumulan otra vez la rabia del mal perder, como tras las elecciones de 2004. ¿Habrá creado aquello un estigma, capaz de reproducirse ante adversidades como la de sentirse derrotado por el voto de la mayoría?
Ahora cree Carmona que Rita Maestre debe dejar su cargo como portavoz de la nueva alcaldesa, al estar imputada por ejercer la libertad de expresión en una capilla católica ubicada en la Universidad Complutense. Por tal se debe considerar una protesta pacífica contra el uso de una propiedad pública para fines religiosos. Como lo sería si en ese mismo ámbito público y además docente hubiera una sinagoga, una mezquita o un templo taoísta en ejercicio para sus respectivas liturgias.
¿Ofensas al sentimiento religioso? ¿Por qué razón el "sentimiento religioso" debe estar presente en la ley, se preguntaba con su habitual perspicacia Ignacio Escolar? ¿Cabe el delito de blasfemia en un país democrático y aconfesional? Son preguntas de lógico planteamiento, como también lo sería la que podría hacerse el propio Carmona? ¿No es hora de ponerse a trabajar y dejar de caer en el chantajismo inquisidor de los productores del Tamayazo (ya sea en directo o en diferido)?
Quienes así se comportan no son otros que los de la España de cerrado y sacristía, que decía don Antonio Machado, al que los libros de texto del ya casi exministro Wert dieron por fallecido en un viaje de turismo que el poeta hizo con su familia a Francia, en lugar de muerto tras huir de España por el inminente triunfo del fascismo. No me consta que este tipo de ofensa a la verdad histórica y al sentimiento de muchos españoles fuera tenida en cuenta por ley alguna.
Este post fue publicado inicialmente en el blog del autor