Don Barack Obama
Es cierto, no lo ha hecho como lo esperábamos. Ni acabó con el desempleo, ni mejoró la economía... siguió además, atado de manos, favoreciendo a grupos de poder e intereses privados más allá de sus promesas de campaña del 2008. Si Romney pierde, el mundo gana.
Es cierto, no lo ha hecho como lo esperábamos. Ni acabó con el desempleo, ni mejoró la economía... siguió además, atado de manos, favoreciendo a grupos de poder e intereses privados más allá de sus promesas de campaña del 2008. Sin embargo el presidente Obama, el del acta de nacimiento "perdidiza", el que nunca ha cedido a las provocaciones de la extrema derecha y sus voceros Fox News, el habitante de la Casa Blanca quien ha visto sus números de aprobación caer en picado como Félix Baumgartner desde la estratosfera, volverá a ocupar su puesto en la Administración y el falaz título de "Leader of the free world" (líder del mundo libre).
No soy internacionalista, no estudio ni escribo con regularidad sobre nuestro vecino del norte pero estas elecciones que se aproximan es sin duda un acontecimiento relevante. Una nación dividida en dos mitades casi exactas, un laboratorio en la realidad, ya no un experimento sino el fallido resultado. Eso muestran las encuestas, pero más allá, desde la óptica de un ciudadano que cruza esa frontera con regularidad y que ha podido constatar los cambios en las Administraciones que precedieron a la actual, estas elecciones determina el rumbo del mundo y el candidato galardonado con el premio Nobel de la paz se ha comprometido a dejar atrás lo que nos ata, lo que nos ancla. Su visión del mundo tiene su origen en su genética. Ha enfrentado la crisis con tropiezos, pero ha sabido elegir cómo equivocarse. Hechos no palabras, acciones no discursos, aunque su carta más alta sea la palabra.
Si bien no ha logrado transformar el sistema que mantiene estancada la economía de su país peligrosamente dependiente de China y perdió la confianza de grandes grupos y las elecciones intermedias aún puede recuperar la autoridad que un gran presidente necesita para gobernar. Aunque detener, con un plan de estímulos, la entrada de la economía en una recesión sin precedentes no impidiera el que paracaídas de oro facilitaran la huida de capitales y banqueros depredadores no todas las señales son negativas, no hay más que ver a Sasha y Malia, las Señoritas Obama, quienes deben ser vistas y no oídas, sus opiniones reservadas para los oídos de Mamá y Papá, captadas por una prensa voraz, cuyas imágenes sirven para apoyar a su madre en su cruzada contra la obesidad infantil y el analfabetismo.
La política de "Don't ask, don't tell" (no preguntes, no cuentes) repelida, levantado el velo de la hipocresía, para adecuar a una creciente y mandatoria aceptación sobre la irrelevancia de las preferencias sexuales de los miembros del ejército. El esfuerzo y mención sin eufemismos ni miedos por legalizar las uniones entre personas del mismo sexo.
Si "General Motors is alive y Osama Bin Laden is dead" (General Motors está viva y Osama Bin Laden está muerto) retratando el rescate de la industria automotriz y la caída de uno de los hombres más buscados por la inteligencia norteamericana más allá de un simple slogan.
Aunque no ha concretado la prometida y anhelada reforma migratoria, y no ha podido empujar en el congreso el "Dream act", la aprobación en fechas recientes de permisos de trabajo para jóvenes inmigrantes que eviten su deportación es una clara señal de su voluntad.
Cobijados por Administraciones republicanas algunos estados han endurecido ferozmente sus leyes anti-inmigrantes, estados del sur con largas tradiciones racistas han inflamado su odio y la frustración de tener a un hombre negro en la Casa Blanca y han actuado desde lo más profundo de su intolerancia. La extrema derecha disfrazada de moderada y las bases de la militancia del partido republicano han tenido que postular a regañadientes a un candidato incómodo, a un candidato al que no les quedó más que apoyar con la esperanza de defenestrar el cambio. Los vientos que soplaban con el "organizador de comunidades" para quien más preocupado por los pobres y por la redistribución del ingreso, palabra endémica y erradicada en la civilización ejemplar del capitalismo, cuatro años no han sido suficientes. Sistema económico que ha mostrado sus debilidades, vulnerabilidad e ineficacia para atender al ser humano, medrándolo y lastimando su espíritu. Por eso, ahí les encargo el futuro que promete el rebase de Romney por el carril de alta y de la derecha extrema. El desdén del que ha sido objeto nuestro país [México] en la presente Administración y la gravedad de la cercanía con el titán que se tambalea no son nada en comparación con el enrarecimiento de las relaciones entre nuestros pueblos de llegar Romney a la Casa Blanca.
Un primer debate débil, knock out técnico, errores de campaña y actuar con tiento en el Situation room ante una crisis en Libia y la voraz reacción del contrincante frente a una oposición belicista, podrían haber sido los ingredientes para la derrota, pero la respuesta certera, coordinada y el embate de la naturaleza en disfraz de huracán "Sandy" han vuelto a posicionar al Commander in chief (comandante en jefe) al frente de las causas que no debemos perder de vista y que avanzarán aunque lento la agenda de la libertad, la igualdad, la justicia y la equidad en el vecino del norte que de tan cerca, su taconeo y el escándalo de sus fiestas o los estertores de su muerte suenan como si el ruido proviniera del interior de nuestras cuatro paredes. Conquistas necesarias, urgentes: la prohibición y regulaciones más estrictas para la venta de armas. Igualdad de oportunidades y salarios a hombres y mujeres, despenalización del aborto, libertad a la mujer para decidir sobre su cuerpo. Acabar con la carrera armamentista, legalizar la marihuana e iniciar las discusiones sobre la legalización de otras drogas. Detener el tráfico de armas a nuestro país, desmilitarizar Oriente Próximo y que la primavera árabe sirva para el entendimiento entre nuestras culturas, continuar con el combate frontal a la obesidad y comprarle otro vestidito a Michelle para que se vea fabulosa el día de la inauguración son algunos de los pendientes de Don Barack.
A Bill O'Reilly, Sean Hannity, Dick Morris, Ann Coulter, Rush Limbaugh, Laura Ingram, Monica Crowley, Glenn Beck, Andrea Tantaros y Dana Perino, talking heads (comentaristas) de Fox News entre otros heraldos que pregonan la posible debacle de Obama, I got news for you (tengo noticias para vosotros): si Romney pierde, el mundo gana.