Susana Díaz espera al "alumbrao"
Empieza la feria. Pero en esta no habrá palmas, ni guitarras, ni rebujitos. Ni falta que hace. El PSOE no necesita de finos, ni manzanillas para arrancarse a bailar. Lo mismo da que sean sevillanas, que malagueñas, que soleares... Siempre encuentran motivo para la bulla y el danzar. El baile está a punto de arrancar, que para eso 'El Resucitado' ha puesto fin a la Semana Santa de Sevilla, la de Triana ha recogido las túnicas y espera ya al "alumbrao".
Empieza la feria. Pero en esta no habrá palmas, ni guitarras, ni rebujitos. Ni falta que hace. El PSOE no necesita de finos, ni manzanillas para arrancarse a bailar. Lo mismo da que sean sevillanas, que malagueñas, que soleares... Siempre encuentran motivo para la bulla y el danzar. El baile está a punto de arrancar, que para eso 'El Resucitado' ha puesto fin a la Semana Santa de Sevilla, la de Triana ha recogido las túnicas y espera ya al "alumbrao".
Pero en este formato y edición no será el alcalde de Sevilla quien pulse el botón que encienda las bombillas, sino uno de Tetuán. Se llama Pedro Sánchez, es secretario general del PSOE y aspira a seguir siéndolo cuatro años más. En esto está. En eso, pero sobre todo en ganarle tiempo al calendario institucional para que éste le lleve en volandas al cartel electoral.
Lo que esconde el debate sobre la fecha del cónclave de los socialistas no es más que la candidatura a la Presidencia del Gobierno. Y "sanchistas" y "susanistas" juegan sus cartas.
El escenario más previsible es que España vuelva a pasar por las urnas el próximo junio. Y antes de que el calendario llegue al 2 de mayo, fecha prevista para la disolución de las Cortes, Sánchez ya habrá tenido que decidir si mantener o posponer la fecha del congreso federal del PSOE.
La decisión no es baladí. Porque si no hay variación en la fecha, habrá fiesta sí o sí. Susana Díaz ya no oculta que presentará candidatura a la secretaría general para disputar el liderazgo a quien ella misma aupó hasta el sillón de la calle Ferraz. Es probable que no le quede más opción. Tantas veces dijo que venía el lobo que, o viene ya, o nunca vendrá.
Quienes la apremian para que acabe con el liderazgo de Sánchez no tienen duda de que es el momento, que el poder orgánico de Andalucía le garantiza la victoria y que si Sánchez retrasa el cónclave es porque no está seguro de imponerse a ella. El caso es que si se presenta y gana, huelga decir quién sería la candidata a la Presidencia del Gobierno y quién elaboraría las nuevas listas electorales. Si por el contrario el vencedor fuera Sánchez, se acabaría la guerra y con ella el "susanismo" de por vida. Otra cosa sería el futuro del PSOE, pero esta última es la tesis de quienes en Ferraz le susurran al secretario general que no mueva ficha y mantenga lo previsto.
La votación en ese caso tendría lugar el 8 de mayo, pero entre el 11 y el 14 de abril habría que formalizar las pre candidaturas para la preceptiva recogida de avales. Cualquier cambio de fecha tiene que ser aprobado por un Comité Federal, ya que fue el máximo órgano entre congresos quien fijó los plazos el pasado 30 de enero.
El tiempo apremia, pero de momento en Ferraz guardan un calculado silencio a la espera de que sean otros los que planteen el aplazamiento que lleve a Sánchez al cartel electoral sin competición de por medio. En su calculada estrategia, el secretario general ha encontrado la complicidad de algunos barones, que como Guillermo Fernández Vara, Emiliano Garcia Page o Javier Lambán consideran un suicidio abrir un proceso orgánico sin que esté despejada la escena institucional.
España se desmorona y los socialistas, a sus batallas. Ese sería el titular, ya que de mantener el congreso, los candidatos empezarían a recoger avales mientras Sánchez mantiene abierta la negociación con Podemos en busca de un acuerdo que le permita llegar a La Moncloa. Y aunque el pacto más que difícil se antoja imposible, al de Tetuán le viene bien para su supervivencia prolongar esta ficción. De ahí que su cita con Pablo Iglesias prevista para la semana pasada, fuera pospuesta hasta el próximo miércoles. Todo sea por ocupar espacio en este vacío institucional en el que, como dice, un veterano socialista ganan siempre los "mediopatas".
Los barones son conscientes de ello y de que lo que esconde la fecha del congreso federal es quién será el candidato a la Presidencia del Gobierno. Aun así están dispuestos a asumir el riesgo, y Sánchez a utilizar el sentido de la responsabilidad ajeno en beneficio propio.
Es por eso por lo que también hay secretarios generales que, aun creyendo que el congreso debe aplazarse, consideren que es a la dirección federal a quien corresponde la decisión del aplazamiento o no. Si mantiene la fecha, Ferraz no podrá acusar a nadie de interferir en las negociaciones para la formación de gobierno. Sólo él será responsable del cisma, el conflicto interno. ¿Será eso lo que persiguen sus críticos? Vaya usted a saber, en este PSOE de tanto juego tácticos.