Cuélate en el salón o el taller de 200 artistas en Madrid, solo este finde
Con un catálogo con la información de los artistas, un mapa con la ubicación de sus casas y talleres y una chapa que permite el acceso a esos lugares, cada quien establece su recorrido. Encontrará pintura, música, escultura, collage, arte urbano, performance, poesía, dibujo, videoarte...
"¡Voy a organizar uno en Madrid!" Esta frase dicha sin pensarlo realmente, la dije una tarde de mayo de 2002. Unos minutos antes había llamado a la puerta de un perfecto desconocido. Ahora estaba en el salón de este desconocido charlando delante de un cuadro que representaba un caballo galopando en la playa. El desconocido era el autor.
Tenía 23 años y participaba por primera vez en el Parcours d'Artistes de Saint-Gilles, un barrio con fuerte densidad de artistas en el centro de Bruselas. Con un mapa y un catálogo, me pasé toda la tarde y parte de la noche visitando pisos de pintores, escultores, diseñadores o músicos. Un open studio se llama en inglés. Durante unos días, los artistas abren las puertas de sus casas o talleres al público. Es la ocasión para los unos y los otros de conocerse, intercambiar, descubrir...
Encantada con el evento, le dije a mis amigos: "Voy a organizar uno en Madrid". ¿Por qué Madrid? Primero porque había hecho un Erasmus allí y me había enamorado de la ciudad. De hecho iba a volver a la capital española en unos meses para hacer un Servicio de Voluntariado Europeo. Y segundo porque este tipo de evento no existía allí. Al final, gracias a una subvención de la Comisión Europea que recibí en 2004, pude empezar a organizar el primer open studios de Madrid. Tenía 25 años y acababa de crear Los Artistas del Barrio.
Por cinco euros el visitante consigue una bolsa. Dentro hay 4 cosas: un catálogo con la información de los artistas (200 en esta edición de 2014), un mapa con la ubicación de las casas y los talleres de los artistas (80 espacios en total), una chapa que permite el acceso a esos lugares ,y una serie de descuentos en bares y tiendas de la zona. A partir de ahí cada quien establece su recorrido como quiera.
Los inicios no fueron fáciles. No conocía a mucha gente y tuve que convencer a los artistas uno por uno para que se animaran a participar y confiaran en esta joven mujer con ese terrible acento francés que les decía que no pasaba nada peligroso por abrir su casa a desconocidos. Para la primera edición conseguí a unos 25 artistas y fueron unas 200 personas a verles. Todo un éxito. Los artistas estaban muy contentos con la experiencia, tanto que se repitió el evento al mes siguiente. Luego se organizó también en los barrios de Malasaña - Chueca y Fuente del Berro.
Aquella pequeña subvención europea que me animó a arrancar nunca volvió, pero decidí seguir en el ajo. A la vez que ponía en pie la siguiente edición, me convertí en presidenta de la Asociación Cultural La Casa de los Jacintos de Madrid. Las siguientes ediciones llegaron en 2006, 2008, 2010 y 2012 en los barrios de La Latina y Lavapiés, con La Casa de Los Jacintos como epicentro de muchas de esas ediciones. Cada vez eran más artistas los que querían participar, cada vez más los visitantes interesados, cada vez más los participantes que se conocían entre ellos y comenzaban a colaborar, cada vez más historias y anécdotas. Cada vez más complicado organizarlo.
A día de hoy quien se acerque al barrio durante el sábado 10 y el domingo 11 de mayo puede encontrar pintura, música, escultura, collage, arte urbano, performance, poesía, dibujo, artesanía, teatro, videoarte, diseño, fotografía, instalación, body painting, comic, danza, ilustración, diseño, grabado, serigrafía, etc... 200 vecinos artistas que se dan a conocer y que, de paso, se conocen entre sí.
De Los artistas del Barrio han salido matrimonios laborales y amores conyugales de los que duran. Juan Cruz Ibáñez, que también participa este año, conoció a su mujer en la edición de 2010. Ya conocen la historia: una chica llama al timbre de un perfecto desconocido, de pronto está en un salón mirando una obra, el perfecto desconocido resulta ser el artista... y se convierte en su marido. Otros encontraron a su media naranja artística entre los participantes. Es el caso de Alfonso Reverón y Jesús, uno de bellas artes y otro arquitecto, que tras conocer sus respectivos trabajos en 2006 formaron Supermanitas y en pocos años habían hecho la reforma de los baños y las barras de casi todos los locales con onda de Lavapiés. Luego los vecinos les encargaban obras en sus casa: un salón, una cocina, escenografías de teatro... Hasta la reforma del mercado de San Fernando tiene algo de su sello.
Unos vecinos vieron en una noticia en la televisión que el vecino de abajo estaba abriendo su casa a desconocidos y enseñando su trabajo, ese con el que hacía ruido. Bajaron a verle, conocieron su obra, su casa y le regalaron una tele. Hay artistas que no viven en el barrio y piden prestada la casa a amigos que sí viven en Lavapiés o La Latina para poder exponer en el recorrido. Hay gente que viene de otras partes de España a ver el recorrido y hay gente en Madrid que no sabe que esto existe, porque no deja de ser un proyecto del barrio hecho por gente del barrio.
Desde la edición de 2012 el proyecto ha cruzado el río Manzares, y Bruclin-Madrid abre sus puertas para los vecinos de Puerta del Angel y Alto de Extremadura al mismo tiempo.