Las lágrimas de Yolanda Ramos al hablar de sus abortos son más que un drama, son un paso adelante
"Lo llevé fatal, me hicieron cinco in vitros. Fueron cinco años con dos parejas diferentes y una separación en medio".
Yolanda Ramos es todo risas en pantalla. La actriz lleva la comedia a gala y acostumbra a mostrar siempre su mejor cara. Este martes fue distinto. La protagonista de Paquita Salas fue la invitada de Samanta Villar en Samanta y la vida de... (Cuatro) y no tuvo problemas en hablar de todo. Y en todo se incluye el duro camino que recorrió hasta el nacimiento de su hija Charlotte en 2013. “Tuvo al menos tres abortos”, reveló la madre de Ramos en el programa.
“Lo llevé fatal, me hicieron cinco in vitros. Fueron cinco años con dos parejas diferentes y una separación en medio. Todo junto”, contó la intérprete, que quiso ser madre con 40 y lo fue con 45. “Lo he sido muy mayor y tuve que recurrir a la ciencia”.
Su caso no es excepcional. Según el último estudio de la oficina europea de estadística Eurostat, el 8,8% de los nacimientos de un primer hijo en España durante 2017 fue de madres con 40 años o más. La edad media para el nacimiento de ese primer hijo es 31 años, mientras que en 1999 lo era de 29 y en 1975, de 25. Además España es el país de Europa más activo en reproducción asistida: el 5,4% de las mujeres menores de 55 se ha sometido a un tratamiento, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
El valor de la revelación y las lágrimas de Yolanda Ramos van más allá de la edad o de acabar con el tabú entorno a la fecundación in vitro. La actriz puso sobre la mesa un tema del que la mayoría de las mujeres siguen sin hablar: los abortos espontáneos. Y como no se habla, parece que no existen.
Las estadísticas muestran otra verdad. Entre el 10% y el 25% de los embarazos terminan de forma prematura con un aborto espontáneo, ocurriendo la mayoría de ellos (prácticamente el 80%) durante las primeras trece semanas, y en especial durante las primeras siete. Estos abortos suceden de forma natural, por causas ajenas al control de la mujer.
“Sentí que había fallado porque no sabía qué tan comunes eran los abortos espontáneos, porque no hablamos de ellos”, dijo Michelle Obama en 2018 en una entrevista con el programa Good Morning America. La ex Primera Dama es otros de los rostros conocidos que ha querido dar un paso al frente para llamar la atención sobre esta realidad y acabar con tanto silencio.
“Con los abortos espontáneos pasa algo parecido a los suicidios: no se habla de ello. Se da por hecho que, al no haber aún un bebé, no hay pérdida, cuando ni mucho menos es así. La pérdida está, existe y el dolor por esa pérdida golpea a la madre y a la pareja de forma directa”, escribe la terapeuta Leonor Cabrera en un post publicado por Malas Madres.
Según diversos estudios, después de un aborto espontáneo entre el 30% y el 50% de las mujeres experimentan ansiedad y entre el 10% y el 15% experimenta depresión, que generalmente dura hasta cuatro meses. Para el Instituto Nacional de Salud y Excelencia en la Atención (NICE) de Reino Unido, el dolor después de un aborto espontáneo es “comparable en naturaleza, intensidad y duración” a las reacciones de dolor en personas que sufren otros tipos de pérdidas importantes.
Esto explica por qué es tan importante no silenciarlo, insiste Cabrera. Y también que sea tan importante saber cómo abordarlos. “La gente comenta cosas como ’ya verás como tienes más hijos’. Lo hacen con la intención de apoyar y animar, pero esas mujeres están sufriendo por ese bebé”, declaró la terapeuta Jamie Kreiter en un artículo en la edición estadounidense del HuffPost.
La artista y escritora valenciana Paula Bonet denunció ese silencio en enero de 2018 cuando reveló en Instagram que había sufrido dos abortos: “Se habla poco de que en un 20% lo más probable es que pierdas eso que tienes en el vientre antes de que se convierta en un feto hecho y derecho. Yo llevo dos pérdidas en un año. Y es acojonante que nadie lo cuente con la de casos que existen: cuando se trata de nuestros cuerpos todo son tabúes”.
Bonet, que explicó esta experiencia en su libro Roedores, asegura que “la noticia de un aborto te aplasta y te anula” y que tener que ocultar ese sufrimiento no ayuda: “No tenemos por qué hablar bajito y ocultarnos información, tenemos que saber a qué nos enfrentamos para poder estar preparadas”.
Con el fin de acabar con ese tabú, que afecta a mujeres de todo el mundo, la psicóloga Joanna Zucker creó en 2015 la cuenta de Instagram @ihadamiscarriage, donde recoge historias de pérdidas como la que ella misma experimentó en su segundo embarazo. “Cambió profundamente el enfoque que tengo sobre mi trabajo. Fui capaz de entender a estas mujeres de adentro hacia afuera”, explica sobre cómo se dio cuenta realmente de lo doloroso que resulta un aborto espontáneo.
El perfil de Instagram tiene como objetivo ser un espacio seguro para que las mujeres alrededor del mundo compartan sus experiencias, conecten con quienes han atravesado por lo mismo y, sobre todo, se elimine el estigma de que un aborto espontáneo es una vergüenza o significa que la mujer no se cuidó o que su cuerpo es defectuoso. “Mi experiencia fue una forma de mostrarle a otras mujeres que no hay ninguna vergüenza en tener una pérdida”.