Yolanda Díaz: "Pedro Sánchez está en un proceso de susanización"
Entrevista con la portavoz de Galicia En Común: "Va a haber un Gobierno de coalición, la disputa es si es de derechas o progresista".
A las tres de la mañana recibió un mensaje de Pablo Iglesias. “Yolandiña, ahí tiene el salario mínimo interprofesional”. No se lo podía creer, lo habían conseguido incluir en el pacto con el PSOE para los presupuestos. Se emociona al recordarlo. Este ha sido el mejor momento que ha vivido Yolanda Díaz desde que saltó a la política.
Y los días más tristes son estos de ahora, confiesa la portavoz de Galicia En Común y diputada de UP. No entendía por qué no se conseguía materializar un Gobierno de coalición. Ella fue precisamente una de las que negoció a puerta cerrada con el equipo socialista capitaneado por Carmen Calvo. Y cree que Sánchez no quería ese acuerdo y que preferiría uno con Ciudadanos. Aclara: en ningún momento Iglesias le dijo si iba a ser ministra a pesar de aparecer en todas las quinielas.
Estas elecciones del 10-N “eran innecesarias”, comenta Díaz. Avisa de que después de esa fecha habrá un Gobierno de coalición sí o sí. La incógnita: si será progresista o de derechas. Da la bienvenida asimismo a Íñigo Errejón, pero muestra su “inquietud” de que un partido llamado Más País carezca hoy de un “programa de país”. La niña que soñaba con ser música y que nunca pensó en dedicarse a la abogacía y la política se zambulle de lleno en lo que ha vivido estos meses y en lo que viene por delante.
Vaya fracaso político tener que ir otra vez a elecciones, ¿no? ¿Qué ha pasado? ¿Quién es el culpable?
Además de fracaso político, son las elecciones más inútiles que vamos a vivir.
¿Por qué?
En términos democráticos eran innecesarias, el 28-A la gente no votó mal y además salió con una enorme madurez a defender nuestros servicios públicos y contra la derecha extrema con posiciones muy duras con carácter reaccionario. Había un mandato, que era respetar lo votado. En democracia hay una clave fundamental: cuando alguien tiene 123 diputados tiene que dialogar y entenderse con las restantes formaciones. ¿Qué ha pasado? Hay un primer momento en el que Iglesias y Sánchez se reúnen y el presidente se manifiesta a favor de la coalición, incluso hace una oferta de una serie de ministerios. Y otro después del 26 de mayo con una lectura equivocada por parte de Sánchez
¿Por qué es equivocada?
No entiende lo que está pasando en España. Están mirando por el retrovisor, España no está en el siglo XX ni es ya bipartidista ni lo va a volver a ser por mucho que lo sueñe Sánchez. Ni afortunadamente vamos a vivir gobiernos monocolores. Esto es bueno. Me temo que las elecciones van a servir para poco porque en el mejor de los escenarios repetiríamos las mismas posiciones del 28-A. No olvidemos que los dos bloques en las anteriores elecciones, con una izquierda hipermovilizada, estaban muy justos. Voy a trabajar para que no lidere la coalición de derechas y Pablo Casado y pueda haber una progresista.
¿Hay peligro de que después de noviembre Casado esté en La Moncloa?
Desde luego, el PP está muy contento y a día de hoy las encuestas le dan un crecimiento fuerte. También es cierto que la suma de la izquierda parece que daría para preservar un Gobierno progresista, pero el 11 de noviembre hay que abrir la ventana y entender que las coaliciones se practican entre los diferentes y concretar programas. Va a haber un Gobierno de coalición, la disputa es si es de derechas o progresista. Ojálá que sea progresista, pero los números a La Moncloa no le dan tan bien como el 28-A.
Y, de repente, aparece Íñigo Errejón con Más País, ¿cómo lo toma?
Íñigo llevaba mucho tiempo trabajando en este proyecto. Me da la sensación que nunca se sintió cómodo en la autonomía madrileña, su proyecto era más de Estado. Bueno, con absoluta normalidad. Pero sí tengo dos inquietudes. La primera, un proyecto que se denomina Más País a día de hoy carece del programa para este país. Soy una mujer a la que le parece que lo importante es el fondo y los grandes retos a acometer. Esta es una pequeña sorpresa que me causa. Y en segundo lugar tengo temor a la dispersión. Hemos visto lo que ha pasado en Madrid. Siempre defendí, y el tiempo lamentablemente me ha dado la razón, que lejos de aquellas teorías que decían que había restas que sumaba no ha sumado. No me preocupan Madrid o Barcelona porque hay proporcionalidad, pero sin lugar a dudas las otras provincias van a servir para lastrar mucho al PSOE, creo que más a los socialistas que a nosotros, y favorecer a la derecha. Tengo ese temor, por pura aplicación de la Ley D’Hont. Pero lo demás, bienvenido. El viejo tiempo del bipartismo no existe.
Habla de Gobierno de coalición, ¿cuál sería la fórmula que le gustaría? ¿PSOE más UP? ¿O PSOE más Podemos más Más País?
A mí me gustaría una fórmula que gobierne UP con En Comú Podem y con Galicia En Común. Hemos demostrado que somos gente seria con un programa muy trabajado. Y, además, no dejo de soprenderme que las medidas de las que presume a día de hoy el PSOE se las arrancamos nosotros, como la subida del salario mínimo. Es modesto en la comparativa europea pero ha servido para mejorar un poquito la vida de los trabajadores. Voy a trabajar para un Gobierno liderado por gente con mucha altura de miras y que vamos a dar los mejor de nosotras mismas. Vamos a ver el escenario, pero siempre entendimiento y diálogo a través de la vía programática.
¿Ve en el mismo Consejo de Ministros sentados a Sánchez, Iglesias y Errejón?
Ese Consejo tiene una pega, me gustaría que en este país, y estoy segura que va a ser lo antes posible, muchas mujeres lideren proyectos políticos. Pero me parece muy bien, a pesar de la masculinidad. No tendría ningún obstáculo, para nada.
Su nombre estaba en todas las quinielas para ser ministra. ¿De qué iba a serlo?
No tengo ni idea. He de decir que la única persona que me podría hacer llegar a mí que estaba en una terna sería Iglesias y aprovecho para decir que esto nunca ha pasado. Había una convicción entre todos los medios que lo daban por cierto. Pero yo misma me he quedado sorprendida, pero tengo claro que cualquiera de la personas que estamos trabajando está preparada para formar parte de un Consejo de Ministros.
No sabía si iba a serlo, ¿pero le hubiera gustado? ¿Le gustaría serlo?
Lo que me hubiera gustado es que mi país hoy no estuviera en una repetición electoral. Viví con muchísima ilusión el 28-A, a pesar de que no sacáramos el resultado que hubiéramos querido, y fui consciente de que la gente estaba muy contenta. Pensé que íbamos a hacer algo histórico: el primer Gobierno de progreso y de coalición de la historia de España. Luego tuve dudas y a día de hoy creo que Sánchez en todo momento preferiría un Gobierno con Albert Rivera. No se cansa de decirlo.
¿Cree que lo prefiere después del 10-N?
Sí. Incluso se disolvió la Cámara haciendo un llamamiento a Rivera. Es que no llego a saber quién es Pedro Sánchez. Pero sí me temo que Pedro Sánchez ya no es Pedro Sánchez. Respeté muchísimo al Pedro Sánchez que recorrió nuestro país, el de las primarias, el que decía que quería una alianza con Podemos, el que defendió la plurinacionalidad. Abrías las ventanas y se colocaba en el siglo XXI, me lo creí. Ahora este Pedro Sánchez no es aquel. Es uno que se ha quedado viejo, que mira a los viejos tiempos del pasado. La gente joven quiere un Gobierno a la altura de la sociedad. Cuando pienso en el mes de agosto, muchos ministros quedaron congelados en el tiempo. Ver cómo no se da el derecho de asilo a personas migrantes en el Aquarius, me parece muy triste.
¿Se arrepiente de no haber aceptado la oferta de la Vicepresidencia y los tres ministerios? Visto lo que ha pasado luego...
Hemos cometido errores, sin lugar a dudas. Pero nadie puede dudar de nuestra voluntad para concitar un Gobierno compuesto y con presencia de miembros de nuestra formación. Sin lugar a dudas hemos cometido errores. Nosotros en ese momento seguimos negociando, se levantó de la mesa el PSOE. Seguimos haciendo una propuesta y la enviamos a primera hora de la mañana, y aún desde la propia tribuna hicimos una apuesta por las políticas activas de empleo. El propio Alberto Garzón pidió un receso. Si hubiera habido voluntad del PSOE, habría sido posible. Desde luego no nos pudimos arrepentir porque seguimos negociando.
¿Cuál fue el mayor error?
Siempre tuve dudas desde esa primera reunión entre Sánchez e Iglesias de que quisiese de verdad un Gobierno con nosotros. No me lo podía creer, y he trabajado mucho para que fuera posible. El problema es que Sánchez está tres meses hasta la investidura sin dialogar con nosotros, hasta el día que veta a Iglesias. Fíjate, errores, aceptar una negociación en la que te citan un sábado a escasas dos horas de una entrevista en un plató… Creo que eso no se puede. Quizá me estoy confesando aquí. He formado parte de la negociación de los presupuestos y ha sido seria y rigurosa. No hubo nada de esto, tres meses sin hablar con nadie. Me quedó claro que no había voluntad. Debemos de trabajar esto de otra manera. Se nos dijo que se quería una coalición pero los hechos estaban demostrando que no era así. España entendió que no había voluntad y nosotros teníamos que haber entendido que no lo querían.
¿Y se puede restaurar la confianza?
Claro que sí, por supuesto. Tengo una magnífica relación con la ministra de Trabajo, Magdalena Valerio, con la vicesecretaria del PSOE, Adriana Lastra, con la titular de Hacienda, María Jesús Montero… He negociado cosas durísimas con ellas y hemos sabido encontrar soluciones a las distancias. El documento que presentamos en agosto era sensato, de acercamiento. La voluntad es lo único capaz de hacer que nos entendamos personas que pensamos de manera diferente. Pedro Sánchez ya no es Pedro Sánchez, está en un proceso de susanización, atendiendo los cantos de la CEOE, del Ibex 35. Decir hoy que va a derogar la reforma laboral sé que no es cierto. Por eso hago un llamamiento a la gente a movilizarse. UP es un factor de igualdad.
Esa sensación de fracaso en la izquierda puede llevar a la abstención…
Soy consciente de esto. Hay que explicarle a la gente lo que ha pasado, pero también hacer un llamamiento a la responsabilidad. En noviembre pueden pasar cosas peores como la gente no participe. Soy consciente del hastío y del error de la repetición electoral, creo que Tezanos le ha jugado una mala pasada a Sánchez. Pero a medida que nos vayamos acercando al 10-N, a pesar de la volatilidad, la gente va tomar más conciencia y consciencia de la necesidad de votar.
¿Se ha perdido el miedo a Vox?
Sí, sin lugar a dudas. Está como ciertamente naturalizado. Tenemos una derecha cavernícola que da terror. Y me gustaría que el PSOE reflexione, que no mire para el bipartidismo ni para el siglo XX ni para la España de las mayorías absolutas. Ese sueño no es real. Por tanto, que mire hacia el futuro. Estamos gobernando juntos prácticamente en todas las autonomías lideradas por la izquierda y en un montón de administraciones locales. La salida de Sánchez mirando a Cs no es lo que quiere la gente progresista.
Va a haber un otoño caliente en Cataluña. El presidente siempre ha dicho que es uno de los grandes escollos con UP para el acuerdo. Dos preguntas con un ‘sí’ o un ‘no’, si puede ser. ¿Referéndum en Cataluña? ¿En España hay presos políticos?
Muy fácil. La única salida para Cataluña tiene que venir de la mano del diálogo. Y estoy segura de que en un tiempo, no va a ser ahora, en Cataluña va a haber una votación democrática. Renunciar al diálogo hoy como ha hecho el PSOE es un error. Y permitir que gane el discurso a través del 155 Ciudadanos o a través de la aplicación de la Ley de Seguridad Nacional el PP es otro error. Mano tendida, siempre. Incluso con una sentencia muy complicada, si hay diálogo con Cataluña, hay solución. Segundo lugar, presos políticos, mi posición es muy clara. No son presos comunes y existe una alarma, hay juristas que cuestionan que tengamos desde hace casi dos años en prisión preventiva.
¿Pero presos no comunes son presos políticos?
Es que es evidente que están en prisión por un problema político. Lo que no podemos hacer es caer en las trampas de Ciudadanos. Lo único que quiere el partido de Albert Rivera es la beligerancia con Cataluña por rentabilidad electoral. La única medicina es entablar un diálogo con Cataluña y tiene que ser sin unilateralidad. Está agotados los catalanes con la unilateralidad.
Por cierto, ¿la han desimputado por el caso Alcoa?
He de decir que no me ha llegado nada. Es muy grave lo que se ha hecho, es una manifiesta irregularidad, incluso podría invadir el artículo 501 del Código Penal. Pero insisto a día de hoy que sepamos los cuatro presuntos investigados diputados no hemos recibido nada. Lo que sabemos es por los medios.
¿Va a ser la candidata a la Xunta en las próximas elecciones gallegas?
Es evidente que estoy trabajando como sabéis aquí y voy a seguir trabajando para que mi país tengo un Gobierno progresista. En estoy volcada, pero he aprendido por la vida, experiencia política y personal, que el futuro no lo maneja una. Es decir, que no digo nada. Estoy centrada aquí pero la vida me ha enseñado que no depende de lo que una quiera. No digo nada en ningún sentido.
¿El mejor momento en política?
Cuando Pablo Iglesias a las tres de la mañana me escribió y me dijo ‘Yolandiña, ahí tienes el salario mínimo interprofesional’. No me lo podía creer.
¿Y el peor?
Estos días han sido muy duros. Me he sentido triste y hubo momentos en los que no entendía las razones.
¿Algún diputado de derechas que le caiga bien?
Soy una mujer muy transversal, tengo muy buenas relaciones con todo el mundo. Guillermo Mariscal, Ana Pastor -los dos del PP-. En política debe mantenerse diálogo permanente con todo el mundo, es lo normal. El único grupo con el que no tengo diálogo es con Vox.
¿A quién le escucha escuchar como orador en la tribuna del Congreso? ¿Quién hace buenos discursos?
Hay pocos buenos discursos, he de decir la verdad. Como de fondo y sin ser de nuestro grupo parlamentario, Aitor Esteban (PNV) es un gran orador. Y tengo que decir que Casado es un magnífico orador. Y desde la posición ideológica más combativa y lejana, Cayetana, cuidado hay que escucharla. Me gustaría que las intervenciones se preparen muy bien y es bonito cuando desde la tribuna aprendes. Los representantes somos parte de la sociedad española y deben ser ejemplares en todos los sentidos.
¿Ha sentido machismo alguna vez en la política?
En la política y en la vida profesional. Sí, por supuesto. No voy a dar el nombre, en el Pacto de Toledo, he recibido insultos de hombres que no se repetirían si fuera un hombre. Y soy una mujer recia, por decirlo así.
¿Qué soñaba ser cuando era niña?
Nada que ver con esto. Soñaba muchísimas cosas. Pero, bueno, me gusta muchísimo música. Quizá ser música. Nunca creí que iba a ser abogada, y tampoco que fuera a dedicarme en la política.