Y Springsteen nos alegró el 2020
El 'Boss' no defrauda con su último disco. Y eso, en un mundo de incertidumbre, decepciones y miedo es mucho más de lo que la mayoría puede ofrecer.
No conozco a nadie que no quiera que el 2020 pase cuanto antes. Una pandemia global que en España deja una dramática cifra de fallecidos, una crisis económica y social sin precedentes, un verano atípico y la incertidumbre de seguir en otoño —e incluso en Navidades— sin poder juntarnos ni abrazarnos con nuestros seres queridos. Vamos, un año “paolvidar”. Pero no todo iba a ser malo. Quienes en un momento de nuestras vidas decidimos incorporar a nuestros momentos vitales la banda sonora del Boss, hemos celebrado ese chute de energía que supone no sólo un nuevo disco de Springsteen, sino un nuevo disco de Bruce junto a la E Street Band. Hacía falta. Llevaba un año disfrutando de la “tranquilidad” de Western Stars, uno de esos discos introspectivos a los que nos tiene acostumbrados cada ciertos años, y que amenizó mi confinamiento entre Hello Sunshine y Tucson Train. Un disco que supuraba country y raíces americanas como esa otra pieza, sólo recomendada para puristas, We Shall Overcome: The Seeger Sessions, puro folk americano tan divertido de escuchar como de vivir en un concierto en Badalona.
Springsteen es un rockero comprometido con sus creencias y principios, pero sobre todo es una persona coherente con las ideas que traslada a través de sus canciones. Sus depresiones, miedos y sinsabores quedaron plasmados en su autobiografía Born to Run, pero sus ganas de mirar al futuro con optimismo, consciente de los duros momentos que nos tocan vivir, está perfectamente descrito en ese brutal disco que en mi opinión es The Rising. Y ha vuelto a hacerlo. Ahora, según cuentan, fruto de una apuesta con Scorsese, Springsteen vuelve con la ESB tras seis años para darnos otra dosis de Springsteen y la E Street Band en otro momento difícil para la sociedad. Y lo compuso en 10 días.
La canción que da título al disco, Letter to You (Carta para ti), resume perfectamente el espíritu y la intención, ya no del disco, sino de su manera de entender la vida y trasladarlo a la música: ”Tried to summon all that my heart finds true/ And send it in my letter to you” (“Intenté convocar todo lo que mi corazón encuentra verdadero / Y enviártelo en mi carta para ti”).
Es puro rock´nroll con su banda en estudio, con esos sonidos orgánicos y esos característicos solos de armónica en la bobdyliana Song For Orphans o del saxo del sobrino de Clarence en Ghost, donde con toda su pasión recuerda a compañeros perdidos como Federici o el propio Clemmons. Imagínenla en directo.
Es un álbum nostálgico, de recuerdo a los que no están. Basta ver los títulos de I´ll see you in My Dreams, One Minute You´re here o la dolorosa Last Man Standing, que refleja a un Bruce consciente de que ya sólo queda él de los amigos de su primera banda de música. Pero también habla de amor, de religión y lugares comunes en la discografía de Bruce como en The Power of Prayer o Burnin´Train. Y para los puristas tiene esos temas rescatados de los 70, como Janey Needs A Shooter o If I Was The Priest, un Springsteen puro y genuino.
He leído críticas en todos los sentidos para acometer la osadía de escribir una columna no como experto, sino como fan y amante del artista, de su trayectoria y de sus historias. Cada seguidor de Springsteen tiene sus canciones fetiches e identifica nuevas con pasadas según sus propios gustos y vivencias. Este disco suena a sus orígenes, no hay duda, pero a mí personalmente hay momentos que me recuerdan a Tunnel of Love o incluso a Human Touch, pero discuto con mi mujer (a la que enganché a esta relación musical) porque a ella este disco lo mismo le recuerda a The Lucky Town que al místico The Darkness.
Si uno se pone exigente, nada de lo que haga el Boss podrá superar esos cinco primeros discos que son ya parte de la historia de la música, y por lo tanto Letter to You, les parecerá una dosis de más de lo mismo. Pero a los 71 años, Bruce demuestra que es capaz de seguir contando historias con un estilo reconocible y genuino. Springsteen no defrauda, y eso en un mundo de incertidumbre, decepciones y miedo es mucho, mucho más de lo que la mayoría puede ofrecer.
Ahora sólo queda rezar. Sin duda estas canciones ganarán en directo en un estadio abarrotado. Si al menos este año nos deja la alegría del nuevo disco, ojalá las circunstancias del 2021 hagan posible que Bruce coja su colección de Fender y Gibson, su banda y se eche a la carretera. En España, como siempre, le estaremos esperando.