"¿Y a mí qué me cuentas?": El enfado entre Bertín Osborne y Revilla por el rey Juan Carlos

Miguel Ángel Revilla, presidente de Cantabria, fue el invitado de este viernes en el programa Mi Casa Es La Tuya de Telecinco, presentado por Bertín Osborne.

A la mesa y entre vinos, Revilla quiso contar una anécdota sobre el rey emérito, Juan Carlos I, que provocó la reacción airada de Bertín.

“Eh, un momentito”, advirtió. ”cuidado con el emérito que es mi amigo”. ”¿Y a mí qué me cuentas?”, contestó molesto Revilla.

“No vayas a criticar al emérito aquí, que tenemos un lío”, insistió el presentador.

Incrédulo, el presidente cántabro contestó: “Ay va, la leche, ¿pero qué hay, censura aquí o qué?”.

Sin saber bien qué decir, Osborne se limitó a dejar la copa de vino y dar unos golpes sobre la mesa. “Sí”, dijo cabizbajo.

“Primero, no sabes lo que voy a decir del rey emérito”, le abroncó Revilla.

Osborne, viendo que la cosa se podía acabar complicando, sonrió y dejó al dirigente político que siguiera: “Bueno, va”.

“Primero, yo no soy monárquico, ¿eh?”, prosiguió Revilla.

“No, no, si me parece muy bien, hombre, ¡pero respetas!”, contestó Bertín.

″¡Totalmente!”, afirmó el presidente de Cantabria.

“Pues ya está”, dijo el presentador, “eso es lo que te estaba diciendo”.

“Pues claro”, respondió Revilla. “Te digo, que este rey que tenemos, dentro de que yo no puedo aceptar, como demócrata que soy, del hijo heredero del padre, porque es una aberración, estarás conmigo. Porque lo mismo que te cae el Felipe VI, te cae el Froilán u otro de esos. O Urdangarin”.

“Bueno, claro, pero no se ha dado el caso”, quiso contestar Osborne.

″¿Y si se da?”, contestó Revilla. “Pero vamos a ver, ¿pero no hemos tenido verdaderos delincuentes en la monarquía? A ver, ¿qué te parece Fernando VII, el rey felón?”, preguntó el presidente de Cantabria.

Sin tener mucha idea de lo que decir, Osborne balbuceó: “Bueno, pues ese...”.

Después, Revilla contó su anécdota, según la cual el monarca, durante una cena con él en Cantabria, rechazó un vino de la tierra por otro que era “el que le gusta a él”. “Me dejó... ¡ala, a tomar por saco! Ni el detalle de pegarle un sorbito a ver cómo sabe”, se quejó.

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