Así ha vuelto el fútbol tras el parón por el covid-19
El Rayo ha ganado el partido que se suspendió en diciembre por los gritos contra el jugador Roman Zozulia, del Albacete.
Cinco meses y 26 días después Rayo y Albacete disputaron la segunda parte del partido aplazado el pasado 15 de diciembre de 2019. Esos 45 minutos supusieron, además, la vuelta del fútbol en España tras el parón derivado de la pandemia de coronavirus, algo que multiplicó sustancialmente el interés de este duelo atípico.
Sin público en el estadio, lo único que se vio en las gradas de Vallecas fue a unos pocos periodistas, a los futbolistas no convocados y lesionados del Rayo y a algunos miembros de personal del club velando para que se cumpliera el protocolo de seguridad decretado por LaLiga y el Consejo Superior de Deportes.
Todos ellos, con mascarilla, guardaron la distancia de seguridad y ocuparon la localidad que les asignaron para cubrir un partido en el que los sonidos del fútbol, aquellos que siempre pasan desapercibidos de futbolistas, entrenadores y los pitidos del árbitro, resonaron como nunca en un escenario vacío.
Curioso fue ver a los suplentes de los equipos sentados en las gradas con varias butacas de separación entre cada uno para guardar la distancia de seguridad.
Lo que sí resaltó en las gradas del estadio que da a la Avenida de Albufera fue una enorme lona con el fondo violeta y la frase ‘Nunca os olvidaremos’, con letras blancas y un crespón negro en recuerdo de las víctimas del coronavirus. Junto a ella, varios ramos de flores que se encargó de depositar expresamente justo antes del partido el presidente del Rayo Vallecano, Raúl Martín Presa.
Fue un gesto más de la decisión del Rayo Vallecano, que decretó luto oficial hasta que finalice la actual temporada en memoria de todas las víctimas que han perdido su vida en España en estos meses.
se poco ambiente de fútbol en las gradas sí se trasladó a los aledaños del estadio y a algunos bares del barrio, en los que hubo una buena afluencia de gente, previa reserva con varios días de antelación, para sentarse en mesas y ver desde la televisión el partido.
Muchos de esos aficionados, como si fuesen a entrar al partido, se reunieron con amigos y familiares en bares vestidos con sus camisetas de la franja roja, uno de los símbolos del barrio.
Algunos aficionados del Rayo mostraron previamente su malestar por el regreso del fútbol sin gente en las gradas. “Sin aficionados no hay fútbol”, se pudo leer en las diferentes pancartas que colgaron en sitios estratégicos de Vallecas.
En los aledaños del estadio también se pudo leer en la zona de Avenida de Albufera otra enorme pancarta que rezaba: “Vuestra avaricia ha engullido todo lo bueno que tenía el fútbol. Estáis matando lo único puro que quedaba en este deporte”.
Y al lado de esa pancarta otra que recordaba el hecho por el que aquel partido del 15 de diciembre de 2019 no se pudo terminar: “Y Zozulia era, y sigue siendo, un puto nazi”.
Los pocos aficionados que pudieron vivir el partido en directo, sin restricciones de medidas de seguridad, fueron los vecinos de los edificios de la calle Teniente Muñoz Díaz que se elevan por encima de uno de los fondos del estadio y que desde sus terrazas pudieron ver lo acontecido sobre el césped.
El balón volvió a rodar en España. Lo hizo en Vallecas con el partido más largo que inicia la cuenta atrás hacía el final de la Liga más larga. Ahora, por delante, once jornadas para acabar el campeonato.
El partido entre el Rayo y el Albacete comenzó una fría noche de diciembre y terminó un 10 de junio, a las puertas del verano y como estela de luz hacía lo que ya se empieza a llamar ‘nueva normalidad’. El resultado, 1-0 a favor del equipo madrileño.