Así será el día de un niño en su vuelta al cole tras el confinamiento
Distancia, mascarilla, lavado de manos y control de temperatura.
Pedro y Elisa, de 6 y 13 años, se despiertan temprano. Es martes y, aunque todavía se les hace un poco raro, comienzan a acostumbrarse a la rutina después del verano y de estar seis meses en casa y sin ver a sus amigos. Este curso la vuelta al cole es diferente.
Después de la ducha, de un buen desayuno y de vestirse, ya están listos para salir. Antes de abrir la puerta su padre les mide la temperatura, se lavan las manos y se colocan la mascarilla. Pedro, que es friolero, lleva un jersey en la mochila por si tiene frío en clase, ya que su clase las ventanas y la puerta están abiertas para ventilar y crear corriente. ¡Listos para empezar el día!
Los hermanos acuden a su colegio andando con su padre. Tienen suerte porque viven a apenas quince minutos a pie de su centro. Algunos de sus amigos se desplazan todas las mañanas en transporte escolar, y este curso tienen un sitio asignado en el autobús, al que suben con mascarilla.
Cuando Pedro y Elisa llegan al colegio un profesor les vuelve a tomar la temperatura. Esto no se hace en todos los centros, pero en el suyo han decidido que el coordinador encargado de gestionar lo relacionado con la pandemia lo haga al inicio de cada jornada.
Los niños se despiden de su padre y se dirigen cada uno a su aula después de lavarse de nuevo las manos. Pedro tiene suerte, hará todas las actividades de su jornada con su grupo de convivencia estable, en el que lo han puesto con sus amigos de clase. En su caso es obligatorio porque tiene 6 años, para su hermana Elisa, no. Ella no tiene burbuja dentro de clase y tiene que guardar un metro y medio de distancia con sus compañeros.
Elisa mira fijamente el reloj con esperanza de que el timbre suene lo antes posible para ir a comer. En el comedor las cosas no se parecen mucho al curso anterior, cuando el colegio no estaba lleno de gel hidroalcohólico. Todo el mundo con mascarilla para desplazarse por la sala, además de mantener las distancias. Elisa se sienta en la mesa que le han asignado para todo el año, mientras su hermano está en la zona de primaria con su grupo de convivencia estable. Desde que volvieron al cole Pedro hace todo con los miembros de su burbuja. Hoy no están muy contentos, toca coliflor.
Vuelta a clase y vuelta a lavarse las manos. Todavía quedan un par de horas de trabajo hasta volver a casa. Después de más actividades y lecciones Elisa y sus compañeros de clase vuelven a lavarse las manos antes de salir del centro. Eso sí, sin aglomeraciones.
La salida ya no es como antes. Ya no están las despedidas de los amigos con abrazos, las charlas entre padres y lo de quedarse cinco minutos más en la puerta. El coronavirus ha cambiado por completo la vuelta al cole para Pedro, Elisa y los miles de niños de toda España y, probablemente, cuando la pandemia pase, todo habrá cambiado.