Vox reutiliza los discursos del nazismo
Del mismo modo en que los nazis ponían precio a los enfermos, la extrema derecha pone precio a los menores no acompañados.
Vox no es un partido político, estaría faltando a la verdad si dijese lo contrario, es una máquina bien engrasada de fabricar bulos, mentiras y de abrir brechas en nuestra sociedad. Una plataforma política debe denunciar y auditar, sí, pero también debe ser propositiva, pues ¿qué es una crítica sin una solución bajo la misma? Lejos de los mensajes de odio, ¿cuántas propuestas habéis escuchado últimamente? Ninguna.
No quieren mejorar España, quieren romperla. No aman su país cuando odian al 99% de los españoles contra los que no dudan en arremeter contantemente: migrantes, habitantes de barrios humildes, asociaciones vecinales, trabajadores, menores indefensos, ciudadanos vulnerables, colectivos LGTBI, comunistas, rojos, sindicalistas…
Lo que trataré de mostrar a continuación es una narrativa del presente apoyada en hechos históricos, un paralelismo entre las estrategias políticas y comunicativas de lo que está ocurriendo actualmente con lo sucedido durante el nazismo. Es mi deber como ciudadano y como demócrata desenmascarar los monstruos que llevan dentro —los lobos con piel de corderos— para concienciar a la población y alertar del peligro que corremos al normalizar sus argumentos. Hablamos de dignidad democrática, de estar a la altura, de no consentir que den ni un paso más.
Todo lo que dicen está basado en una gran mentira. Su objetivo no es hablar con datos, es mentir generando miedo, inseguridades y pánico y que de este modo la gente necesite matones y no políticos. La dictadura del vil contra el demócrata. De este modo se proclamarán salvadores de un “Estado en decadencia e inseguro” aplicando la ley del más fuerte: el matonismo.
Por eso quieren que pierdas la fe en el sistema, en las instituciones públicas. Por eso dicen que todos los políticos son iguales —como si ellos se dedicaran a la recogida de la fresa y no formaran parte del poder legislativo—. Necesitan crear ese hartazgo en los ciudadanos, solo así saldrán victoriosos, ¿o acaso pensáis que Hitler empezó gaseando a la población? Empezaron discriminando a las minorías sociales, creando estigmas, etiquetas y poniendo todo el odio social sobre sus cabezas, después —apoyados por los grandes poderes de las élites económicas alemanas y los medios de comunicación— canalizaron todo lo anterior en un único propósito: institucionalizar la barbarie.
Para este fin la propaganda nazi fue esencial en su triunfo, promoviendo el concepto de “comunidad nacional” identificando y excluyendo a quienes no formaban parte de la misma, asignándoles el papel de enemigos de la patria: judíos, gitanos, homosexuales, comunistas o personas con discapacidad intelectual o física entre muchos otros. Y lo consiguieron, se toleró y se normalizó la violencia sobre las minorías. No volvamos a caer en eso, otra vez no.
Del mismo modo en que los nazis ponían precio a las enfermedades y las discapacidades de sus habitantes para tratar de crear el estigma de “lastre social”, Vox pone precio a los menores no acompañados bajo la tutela de la Comunidad de Madrid falseando sus datos.
En la misma línea, en 1920 el Partido Nazi crean las SA o “secciones de asalto”. Una organización paramilitar conformada por veteranos radicalizados de la Primera Guerra Mundial y ciudadanos de clase obrera. Las SA también conocidas como las camisas pardas tenían por misión proteger los mítines del partido, irrumpir violentamente en las concentraciones de otras organizaciones políticas, distribuir propaganda y hacer proselitismo político.
Otra de sus grandes armas arrojadizas y con especial cabida en la formación política siempre ha sido la homofobia. Una similitud más con el régimen de los terrores, tal y como se describe a continuación:
Desde entonces han pasado más de 80 años, y a pesar de ello, las declaraciones de muchos de sus dirigentes son las siguientes:
Rocío Monasterio, diputada y portavoz de Vox en la Asamblea de Madrid, sobre la celebración del Orgullo LGTBI:
Fernando Paz, cabeza de lista de Vox al Congreso por Albacete —renunció a su puesto tras la polémica—:
Francisco Serrano, candidato de Vox a la presidencia de la Junta de Andalucía en 2015 y 2018, exdiputado, exportavoz y expresidente del grupo parlamentario —expulsado tras una investigación judicial—:
Estos son los hechos y vuestras son las conclusiones. La historia da lecciones y de las expuestas no podemos olvidarnos.