Vox espera que Serrano se recupere y vuelva al Parlamento tras el verano
"Está evolucionando razonablemente”.
El portavoz de Vox en el Parlamento de Andalucía, Alejandro Hernández, ha mostrado su confianza en que el líder andaluz de su partido político, Francisco Serrano, que está de baja por enfermedad, se recupere y vuelva a la actividad política tras el verano.
Hernández ha dicho en rueda de prensa que Serrano está “descansando y recuperándose, y esperamos que después del verano se reincorpore y todo vuelva a la normalidad”.
Serrano, que es el presidente del grupo parlamentario andaluz de Vox, “está evolucionando razonablemente”, según Hernández, quien ha expresado su deseo de que “se reincorpore en el momento que se encuentre con fuerzas para ello”.
El portavoz de la formación de extrema derecha también ha descartado que Serrano abandone voluntariamente el grupo parlamentario, algo que, según ha asegurado, no ha sido objeto de conversación interna.
Ha afirmado que considera “zanjado” en el ámbito interno lo ocurrido con el líder andaluz de su formación tras las declaraciones del presidente nacional de Vox, Santiago Abascal, quien dijo el fin de semana que su formación “no va” a castigar ni a expulsar del partido Serrano ni van a tomar medidas disciplinarias contra él.
Serrano pidió la baja durante al menos un mes en el Parlamento de Andalucía tras denunciar ser objeto de un “linchamiento mediático” después de sus manifestaciones y críticas contra el Tribunal Supremo (TS) a propósito de la sentencia de La Manada.
En las redes sociales, Serrano afirmó que la condena por violación del Supremo era “un torpedo a la heterosexualidad”, que la condena estaba dictada por una “turba feminista supremacista”, que la única relación segura a partir de ahora era la basada “en la prostitución” o que “hasta un gatillazo podría terminar con el impotente en prisión”.
El partido de ultraderecha desautorizó desde Madrid estas apreciaciones y las vinculó al ámbito de las opiniones personales de Serrano, y el portavoz en Andalucía censuró sus declaraciones y, cuatro días más tarde, anunció medidas disciplinarias desde Madrid si continuaba el “desafío”.