Cómo Vox se puede convertir en el tercer partido de España el 10-N
Varias encuestas reflejan una subida de la ultraderecha por encima de Cs y Unidas Podemos: ¿Por qué? ¿Qué está haciendo Abascal?
Hace seis meses toda España hablaba en la campaña de qué pasaría con la irrupción de Vox. Los titulares y las miradas se dirigían hacia el partido de ultraderecha, una incógnita política, hasta dónde llegaba el ‘voto oculto’. Y el 28-A se abrieron las urnas: los de Santiago Abascal conseguían 2.677.173 votos -el 10,26%- y llegaban al Congreso con 24 escaños. Ya eran la quinta fuerza política de nuestro país.
Por un lado, los datos arrojaban un salto casi sin precedentes: en las anteriores elecciones generales de 2016 apenas 46.781 personas depositaron la papeleta de Vox (un 0,2%). Pero a la vez un halo de decepción recorrió entre muchos de sus votantes después de las altas expectativas que se habían creado y ante la situación de que la suma de las izquierdas superaba a las derechas.
Y, apenas, un mes después llegaba el ‘superdomingo’ del 26 de mayo. Se dejaba entonces la mitad de los votos por el camino: lograba en las europeas 1.370.406 sufragios (el 6,21% del total). Entonces se empezaba a vaticinar que los de Santiago Abascal habían tocado su techo el 28-A, que el PP había conseguido con su giro frenar la sangría y que España empezaba a darle la espalda al fenómeno de la ultraderecha.
Viaje al presente: octubre de 2019. Un país que afronta una repetición electoral -los cuartos comicios en cuatro años-, con una izquierda defraudada por el no pacto entre el PSOE y Unidas Podemos, con una derecha al alza y con la complicada situación en Cataluña, con barricas y fuego en la calle que han impactado en todo el país.
Y justo cuando se habla menos de Vox… suben en las encuestas y en varias de ellas aparecen ya como el tercer partido, por encima de Ciudadanos y Unidas Podemos. La de El Mundo les da 36 diputados, subiendo en porcentaje hasta el 11,5%, en tanto que la de GAD3 para ABC los coloca también en tercer lugar con 33 escaños -11,9%-. En la de La Razón, los de Abascal son cuartos, superando a Ciudadanos, con entre 24 y 26 asientos en el Congreso (10,6%).
¿Por qué sube Vox en las encuestas? Son varios factores los que están llevando a este ascenso: desde la situación de Cataluña hasta el hundimiento de Ciudadanos en las encuestas por sus bandazos ideológicos, más el hecho de que se haya rebajado el miedo existente y hayan logrado pactos en instituciones con el Partido Popular y los naranjas. Acrecentado también por debates ideológicos como la exhumación de Franco.
Fuentes del partido de Abascal consultadas por El HuffPost señalan que no se fijan en esas encuestas, no les dan credibilidad y comentan que ellos no encargan sondeos internos. Pero sí muestran su “optimismo” de cara a esta nueva cita electoral y se basan en la asistencia a los actos que están realizando: “La militancia y los afiliados están respondiendo”. Un dato dan para reflejar el panorama actual: han sumado unos 10.000 afiliados desde las elecciones del 28-A.
Las encuestas reflejan que la actual situación de Cataluña les ha hecho remontar en los sondeos, pero los de Abascal niegan que utilicen este tema con rédito electoral. Justifican que se presentaron como acusación en el juicio del procés antes de que se supiera que habría elecciones en abril. Pero, en su opinión, el “éxito de Vox” es que “ha mantenido sus promesas” durante este tiempo.
A pesar de esto, sí se ha visto por ejemplo cómo acabó expulsada de la Diputación Permanente del Congreso la portavoz adjunta, Macarena Olona, por intentar introducir el debate en Cataluña sin estar en el orden del día, mostrando imágenes de Barcelona y al haber ocupado también los asientos que correspondían a Cs. Su principal propuesta sobre este tema es que se declare el estado de alarma, excepción y sitio en esta comunidad.
Así se plantea la campaña
Los mensajes que van a lanzar durante esta campaña, según reconocen las fuentes, serán: unidad de España, control de las fronteras contra la inmigración ilegal, lucha contra leyes y “postulados ideológicos” (la ley de lucha contra la violencia de género o contra el “lobby” LGTBi), “libertad de enseñanza”. Son los “grande ejes” y no va a cambiar mucho el diseño de campaña respecto a abril. Habrá actos a diario de sus grandes líderes Santiago Abascal, Iván Espinosa de los Monteros y Javier Ortega Smith.
Una de las decisiones estratégicas es arrancar la campaña precisamente en Barcelona. Buscan, comentan las fuentes de Vox, dar el mensaje de que son los que defienden a los partidarios de la unidad frente “a la dejadez de los partidos constitucionalistas”.
Sí habrá otra novedad respecto a la anterior campaña: Abascal participará esta vez en el debate electoral del 4 de noviembre -en el anterior no estuvo por el rechazo de la Junta Electoral Central-. Y piensan que esto les puede beneficiar. Las fuentes indican que notan que crece la afiliación cada vez que su líder “habla”. Han registrado después del último Vistalegre unas dos mil afiliaciones más. Y ponen de ejemplo también el paso del candidato por El Hormiguero, donde, a su juicio, se quitó la imagen que dan “otros medios” de que es un partido “que se come a los niños” y se rompieron “tabúes”.
En teoría les puede beneficiar también que baje la participación en estas elecciones, que suele perjudicar a la izquierda históricamente. Pero desde Vox dicen que esto es “imprevisible” y que existe otro factor que no se sabe cómo afectará al reparto de escaños en las provincias por la Ley D’Hont: la aparición de Más País, el partido de Íñigo Errejón. Todo ello con un partido con poca estructura, defienden las fuentes, que no llega a los 60 empleados en toda España.
Reconocen también las fuentes que son conscientes de que algunas de sus propuestas podrían restarles votos y no tienen claro les beneficie o perjudique en las urnas la exhumación de los restos de Francisco Franco. En su opinión, la cobertura que hacen los medios sobre este tema les perjudica.
Uno de los mantras que se repitió fue que Vox había llegado a su techo electoral. Pero, por ejemplo, en la última encuesta del CIS se traduce que no era un voto robado como muchos pensaban y que volvería luego tan fácilmente al Partido Popular. Su ‘fidelidad’ es mucho mayor que la de UP y Ciudadanos: el 72,6% de los que votaron a Abascal en abril dicen que lo volverán a hacer. De los que se fugarían, principalmente se irían al PP (el 7,7% de los que depositaron la papeleta de Vox). ¿Y de dónde recibiría nuevos sufragios? Principalmente del PP (el 4,5% de los que apoyaron a Casado dicen que lo harían ahora por Vox) y de Cs (3,1%).
El CIS también hace un dibujo sociológico del perfil de votante de Vox, según los datos de septiembre. Es el partido más ‘masculino’: el 65,3% son hombres frente a un apoyo femenino del 34,7%. Y además su electorado es mucho más joven que con su competidor del Partido Popular: el 7,7% de sus electores es menor a 24 años, en tanto que el de los populares es la mitad (3,7%).
Por ideología, entre los electores de Vox ganan los que se denominan ‘conservadores’ (39,8%), liberales (12,4%), apolíticos (8,5%) y nacionalistas (7,3%). Luego estarían los democrata-cristianos (6,9%) y lo que no saben cómo definirse (6,9%).
Para estas elecciones, Vox es el partido precisamente que menos mujeres presenta como ‘número uno’ de lista: solo serán 12 (el 23,07%), una menos que en abril. Precisamente la que fuera cabeza de cartel por Baleares, Malena Contestí, ha abandonado este mese el partido con duras palabras: “un movimiento extremista y antisistema”, “proselitismo totalitario”, “demagogia y homofobia”, “lo importante es hacer ruido”, “manipulación”.
Les han servido las fotos con PP y Cs
Se están dando varios factores para ese incremento demoscópico. “Hay un clima y una agenda política con temas en los que Vox tiene unas posiciones muy claras”, como explica Verónica Fumanal, experta en comunicación política: “Unidad de España la nostalgia de una derecha mucho más conservadora y tradicional”. Por lo tanto, la situación de Cataluña y la exhumación de Franco son dos cuestiones que a Abascal “le vienen de cara”. “Si se hablar de economía, no tendrían nada que decir”, añade.
Además, entiende que se está dando el factor de que no hay tanto miedo a Vox porque “han vendido barato su apoyo” a PP y Cs en las instituciones. Y surge una pregunta entonces: ¿los pactos de populares y ‘naranjas’ con la ultraderecha han blanqueado a Abascal? “Es clarísimo”, responde Fumanal.
Hace la comparación con otros países europeos, en los que el resto de partidos han puesto un “cordón sanitario” a formaciones como Vox. En ese caso, se envía a los electores el menajes de que si están unidos todos, a pesar de su ideología, contra la ultraderecha es porque “no se puede pactar porque son peligrosos”. “En el caso de España han negociado, y el mensaje que se ha enviado al electorado es que es un partido que en términos democráticos es igual que PP y Ciudadanos”. Se ha asumido por parte de otros partidos como un “actor asumible perfectamente y equiparable”. En cambio, indica, en Francia todos piden en la segunda vuelta el voto contra Le Pen.
De repente, en las encuestas Vox aparece tercero. ¿Sucederá en la realidad?