Vinculan 'Por 13 razones' con un aumento de suicidios: este y otros ejemplos del Efecto Werther
Las muertes de Kurt Cobain y Robin Williams también pusieron en jaque a los investigadores por el peligro de propagación.
En 1974, Italia, Alemania y Dinamarca prohibieron la difusión de Las penas del joven Werther, una novela en la que Goethe narra de forma mágica la historia de un chico que sufre por amor y acaba quitándose la vida. ¿El motivo? El libro se propagó como la pólvora entre los adolescentes y se desencadenaron decenas de suicidios que parecían imitar al de Werther.
Dos siglos después de la publicación de la novela de Goethe, pieza clave del Romanticismo, el sociólogo David Phillips demostró que el número de suicidios aumentaba cuando los medios publicaban noticias relacionadas con el mismo.
En concreto, observó cómo un mes después de que el New York Times llevara en portada una noticia sobre un suicidio, estos se incrementaban en todo el país. Desde entonces, se habla del Efecto Werther.
Medios de comunicación, instituciones internacionales y expertos en Psicología mantienen la alerta ante una posible concatenación de imitaciones cuando el protagonista de este acto es una persona conocida. Por ello, la Organización Mundial de la Salud ha elaborado un documento para periodistas con pautas a seguir para informar sobre asuntos relacionados con el suicidio.
Las muertes de Kurt Cobain y Robin Williams
La alerta se activó en 1994, con la muerte de Kurt Cobain. Se temía que las decenas de portadas que el cantante copó y la incógnita sobre cómo acabó con su vida desencadenaran un efecto contagio que, finalmente, no sucedió. Un estudio realizado en Seattle, lugar de nacimiento de Cobain, identificó un aumento de crisis suicidas en los meses posteriores a la muerte del cantante, pero no de suicidios consumados.
Algo muy diferente ocurrió con la muerte de Robin Williams. Una investigación de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Columbia comprobó que, tras su desaparición, se produjo un repunte de suicidios de hasta un 10%, especialmente entre hombres de 30 a 44 años. Muchos de ellos de una forma parecida a la del actor.
¿Qué sucede con Por 13 razones?
En los últimos meses se han sucedido varios estudios que han puesto el foco sobre la relación entre la serie Por 13 razones y un supuesto aumento significativo de suicidios entre los jóvenes después de su estreno.
La producción de Netflix cuenta la historia de una chica de secundaria que se quita la vida y cómo, después de ello, su círculo más cercano descubre su influencia en este hecho.
La última investigación que apunta a ello apareció esta semana en la revista JAMA Psychiatry y observa un incremento del 13% en los suicidios de jóvenes de entre 10 y 19 años entre abril y junio de 2017, con una mayor incidencia en mujeres. El primer episodio de la serie se emitió el 31 de marzo de ese mismo año.
El equipo que lo llevó a cabo subraya que esta relación debe “interpretarse con cierta cautela”, aunque todo indica a que demuestra “un aumento de los suicidios que es consistente con el potencial de contagio de los medios”, el Efecto Werther. A pesar de ello, advierte de que ha sido imposible corroborar en el estudio que “quienes representaron el excedente de suicidios habían visto realmente Por 13 razones”.
Un estudio publicado en la revista Journal of the American Academy of Child and Adolescent Psychiatry a principios de este mes estimó que se produjeron 195 suicidios más –un aumento de casi 29%– entre jóvenes de 10 a 17 años en los nueve meses siguientes al lanzamiento de la serie. Incluso, una madre llegó a acusar a la serie de que su hija intentara suicidarse.
Después de que estas hipótesis se sucedan, Netflix se ha pronunciado al respecto alegando que “los expertos coinciden en que no hay una única razón por la que la gente se quita la vida, y que las tasas (de suicidio) entre adolescentes se han incrementado trágicamente por años”. Según la OMS, es una de las principales causas de muerte no natural.
En una entrevista con El HuffPost, el autor de la historia, Jay Asher, opinó que “no hay una forma correcta de hablar del suicidio y que le guste a todo el mundo”. El escritor estadounidense explicó que, a pesar de que la serie y el libro tratan el tema desde prismas distintos, “en ambos casos la gente dice que no era la forma de abordarlo”.
“La única solución es no hablar y ése es el problema. Sabía que eso iba a pasar cuando estaba en el proceso de escritura, sabía que muchas personas iban a decir que mejor no hablase de eso y otras que dirían que hablar empeora las cosas. A fin de cuentas es lo que ha pasado, pero la solución no es no hablar”, reflexionó.