La indignada bronca de un alcalde italiano harto de que no se respete el confinamiento: "¿Hay alguna neurona?"
“Jugamos con el presupuesto de todos y con mi responsabilidad, de la policía, de los médicos, de aquellos que estamos en la calle por ustedes”.
“Muchos de ustedes han hecho carteles que ponen ‘Todo va a salir bien’ [...] ¿Cómo irá bien si seguimos saliendo todos los días a hacer la compra, cuando habría que hacerla cada diez días?”. Así comienza el vídeo que Gianfilippo Bancheri, alcalde de Delia, en la región de Sicilia (Italia) ha dirigido a sus vecinos y que se ha hecho viral.
En él, se va enervando según desgrana las situaciones que se está encontrando en plena cuarentena por el coronavirus, como vecinos empeñados en hacer running cuando nunca han salido a correr —”¿Ahora son todos deportistas?”, se pregunta— o que quieren desplazarse a otro pueblo a comprar.
“La compra la haces en Delia salvo que necesites algo importante que en el pueblo no haya: una medicación salvavidas, un alimento para intolerancias. Me llaman para decirme: ’Alcalde, mi perro come las galletas que venden solo en Caltanisetta”, dice enfadado.
“Nos estamos jugando nuestro pellejo y el de toda la ciudadanía”, advierte el alcalde de la población, de unos 4.000 habitantes, que también relata que se encontró con una fiesta organizada en una urbanización: “Quedarse en casa significa solo con la propia familia, no con los vecinos. Que después quiero ver qué confianza tienen. ¿Ahora somos tan buenos vecinos en Delia?”.
“Los que se quedan en casa están cumpliendo con su deber, que hoy tiene el carácter de obligatoriedad. Hay que agradecer a quienes están en la trinchera”, asegura antes de criticar a quienes se quejan de estar estresados en sus casas. ”Con teléfono, internet, televisión, comida, Playstation... ¡Estresados estaban nuestros abuelos que iban a la guerra!”, sentencia.
“Jugamos con el presupuesto de todos y con mi responsabilidad, de la policía, de los médicos, de aquellos que estamos en la calle por ustedes”, espeta. ”¿Hay alguna neurona o están todas apagadas?”.
Para terminar, advierte de que se han tenido que tomar medidas más serias: “Sepan que hemos pasado de los avisos a las denuncias, porque es justo que el que se equivoca, pague”.