Si vuestra vida sexual ha perdido chispa, seguro que os falta este ingrediente
Independientemente de lo que decidáis tu pareja y tú, es importante mantener la mente abierta.
Al comienzo de la relación, la química y la pasión que surge entre tu nueva pareja y tú hacen del sexo una experiencia excitante, pero cuando esa primera fase acaba —es inevitable que acabe, ya sea en unos meses o en unos años—, la actividad bajo las sábanas empieza a enfriarse.
Si tu vida sexual se ha convertido en una especie de rutina o tarea, lo primero que debes tener en cuenta es que suele pasar en las relaciones largas. También es necesario que sepas que esa chispa que había antes se puede recuperar con un ingrediente clave: la novedad.
“Incluso el sexo más placentero con una persona a la que amas puede volverse aburrido”, advierte la terapeuta sexual Nazanin Moali, locutora del podcast Sexology. “Aunque la novedad no es la solución a todos los problemas sexuales que pueden surgir en una relación, sí que es un ingrediente clave para recuperar la pasión”.
Según el sexólogo Lawrence Siegel, un motivo es que las relaciones largas acaban yendo a lo seguro, y eso a menudo acaba en “sexo cómodo y predecible”, comenta.
“El erotismo necesita una pizca de misterio e incluso de riesgo”, sostiene Siegel. “El riesgo puede ser simplemente por probar algo nuevo sin saber cómo va a salir. El cerebro está programado para responder mejor ante las novedades, sobre todo en lo relativo a las experiencias placenteras: es el efecto Coolidge”.
El efecto Coolidge es un fenómeno biológico por el cual los animales, sobre todo los machos, muestran un interés decreciente hacia las parejas actuales, mientras que la aparición de nuevas parejas renueva su deseo sexual.
Esto tiene implicaciones importantes en una relación larga, advierte el educador sexual e investigador Justin Lehmiller.
“En particular, el efecto Coolidge sugiere que la disminución del interés sexual en una relación larga es esperable, no necesariamente una señal de que hay algo malo en ti o en tu relación”.
¿Significa esto que la solución para el sexo aburrido es introducir tríos, intercambios de parejas o abrir tu relación? Lo cierto es que eso podría servir, pero hay otras opciones para quienes quieran seguir siendo monógamos.
La terapeuta sexual Emily Jamea, presentadora del podcast Love and Libido, piensa que las parejas sobreestiman el trabajo que lleva mantener la emoción bajo las sábanas.
“No hace falta pasar del sexo más básico al sexo BDSM”, indica. “Si lo que vas a hacer es muy difícil o es muy distinto de lo que te gusta, sentirás ansiedad y eso te impedirá sentir placer. A veces, es tan sencillo como cambiar el orden de los actos, o cambiar el lugar y la hora a la que practicáis sexo”.
Intenta recordar lo que te excitaba en los primeros días de tu relación: ¿qué hacía que el sexo fuera tan placentero entonces?
″¿Era el morbo de que os pudieran pillar o algo tan simple como besaros en la playa?” dice Siegel. “A veces la novedad puede ayudarte a redescubrir la diversión del sexo y cómo solías disfrutar”.
Incluso explorar nuevas aficiones fuera del dormitorio puede influir para bien en lo que ocurre dentro del dormitorio.
Según el modelo de autoexpansión en psicología (que postula que las personas buscan ampliar su sentido del yo formando relaciones estrechas con los demás), el amor de una pareja aumenta al realizar actividades nuevas y desafiantes juntos. Un estudio de 2012 sobre personas casadas descubrió que los que decían estar aún enamorados eran también de los que realizaban más actividades novedosas en pareja.
Esas actividades nuevas pueden ser ir a clase de baile juntos, hacer senderismo o hacer un viaje de carretera a algún lugar que no hayáis visitado antes.
Puedes replicar ese subidón de adrenalina que sientes cuando estás con una nueva pareja “buscando aspectos aún desconocidos en tu universo sexual con tu pareja actual”, explica Moali, así como “buscando la novedad fisiológica y psicológica”.
La novedad fisiológica consiste en probar una actividad “para potenciar una determinada sensación o estimular una nueva zona erógena”, señala Moali. Moali recomienda, por ejemplo, las pinzas para los pezones o los tirones de pelo.
En cuanto a la novedad psicológica, intentad sacad partido a vuestras fantasías sexuales juntos.
“Hay mucho material en Internet para inspiraros”, comenta Siegel, quien recomienda usar una VPN para proteger la privacidad. “Investigad qué más hay en el amplio y maravilloso mundo del sexo”.
“Puedes compartir una de estas experiencias con tu pareja y masturbaros juntos”, añade Siegel.
Otra forma de explorar la novedad psicológica es el juego de roles.
“Para muchas personas, interpretar a un personaje puede ser más fácil que ser uno mismo, por lo que es una forma segura de probar algo nuevo”, afirma Siegel. “Algunas personas llegan al orgasmo más fácilmente cuando fingen ser otra persona que cuando son ellos mismos”.
Moali también propone crear un perfil juntos en una app de citas para iniciar una fantasía con otras personas.
“No hace falta contactar con nadie, basta con valorar las opciones y hablar sobre vuestras fantasías de tríos o intercambios de pareja”, explica.
Otra idea es controlar el orgasmo de la otra persona durante el sexo. En resumen, un miembro de la pareja se encarga de “dar permiso o no” para que el otro tenga un orgasmo.
“Podéis elegir cuánto dura el juego”, dijo. “Esto le dará un punto lúdico y de tentación al sexo”.
Independientemente de lo que decidáis tu pareja y tú, es importante mantener la mente abierta cuando se trata de probar cosas nuevas, recuerda Jamea. Es posible que tu pareja te sugiera algo que a ti te apetezca muy poco al principio. Cuando te ocurra eso, tómate un minuto para analizar el porqué de tu reacción.
“Piensa si al menos vas a probarlo una o dos veces antes de rechazarlo por completo”, dice Jamea. “Puede que te lleves una grata sorpresa. Es más probable que vuelvas a un restaurante si hay variedad de platos en el menú, y el mismo principio vale para el sexo.”
Por supuesto, si hay algo que tienes estrictamente prohibido (ya sea por malos recuerdos o porque no quieres probarlo de ningún modo), no pasa nada por saltártelo.
“En general, lo peor que puede pasar si pruebas algo nuevo es que no te guste y no vuelvas a hacerlo”, concluye Siegel.
Este artículo fue publicado originalmente en el ‘HuffPost’ Estados Unidos y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.