Vicky Luengo: "No he pasado grandes precariedades económicas"
La protagonista de la serie dirigida por Sorogoyen reconoce que tiene prejuicios sobre muchos oficios, "no sólo sobre éste".
Vicky Luengo se ha convertido en una de las actrices revelación de 2020, a pesar de que lleva media vida literalmente trabajando en la interpretación. Tiene 30 años y actúa desde los 15. Su papel protagonista en Antidisturbios, la serie que firma Rodrigo Sorogoyen para Movistar+, ha disparado su popularidad.
Tienes una carrera de años detrás y de repente mucha gente te ha conocido por un solo papel, el de Antidisturbios. ¿El sentimiento que genera esto es negativo o positivo?
Sin esa carrera detrás no hubiese hecho Antidisturbios, así que si hay gente que me ha descubierto ahora y le ha gustado mi trabajo, no me molesta. Que me conozcan cuando quieran. Aunque reconozco que sí me sorprende. Pienso, ¿cómo es posible que en 15 años no me hayan visto nunca? También es cierto que he hecho proyectos que no se han visto mucho.
Es curioso que hayas hecho series que se han emitido en abierto y que el pelotazo sea con una de Movistar+.
Las series que he hecho nunca han sido un fenómeno. No he tenido esa suerte. Hay quien sí que me tiene ubicada con La pecera de Eva, pero Homicidios no fue muy bien, Secretos de Estado tampoco… nunca había estado en una serie con una visibilidad tan grande.
¿Cuál es la diferencia entre cómo se juzga un personaje femenino como el de Laia y cómo se juzgaría si ese papel lo hiciese un hombre?
De Laia se ha dicho que es antipática, borde, pesada, trepa… creo que si el personaje fuese un hombre no le habrían asignado estos adjetivos. Cuando ves una figura masculina que va a por todas en su trabajo, que no se rinde, que no hace caso a lo que dice la gente por encontrar la verdad, a ese tipo de perfil se le atribuye la figura de héroe, de jefe, la etiqueta de un tío concienciado, currante, competitivo.
Lo cierto es que es un personaje que se mueve en un mundo de hombres.
Los creadores tenían claro que querían que fuese una mujer la que se enfrentase a este furgón. El conflicto que provoca que sea una mujer de 30 años la que asume el mando ya es interesante a nivel energético, hay un montón de situaciones que explorar. Además, cuenta cómo una mujer se desarrolla en una profesión mayoritariamente masculina y lo que tiene que hacer para ganar su espacio y para sentirse orgullosa, así como para tener éxito en su carrera formando parte de ese grupo.
¿Esta serie te ha hecho acabar con tus prejuicios sobre los antidisturbios, si es que los tenías?
Todos tenemos prejuicios. Yo los tengo sobre muchos oficios, no sólo sobre éste, también sobre el mío. Cuando empiezo un trabajo intento limpiarme de prejuicios porque no se puede interpretar juzgando, no te pones al servicio del guión, sino de tu ideología y de tu moral. Yo tenía una opinión sobre este gremio y no ha cambiado, pero sí se ha enriquecido mi visión. Este trabajo te permite entender y comprender parte de las cosas a las que no podría acceder de otra forma. He aprendido sobre el oficio de estas personas, me parece un trabajo complicadísimo.
¿Qué es lo peor por lo que has pasado para estar donde estás profesionalmente?
No he pasado grandes precariedades económicas, he sido una persona muy afortunada, desde los 15 años no he parado nunca de trabajar. Una de las cosas que peor llevo, como la mayoría de compañeros, es la incertidumbre: no saber cuándo volverás a trabajar. La incertidumbre que genera, como me pasaba cuando era más jovencita, ir a un casting y que te digan que no, sobre todo si tiene que ver con tu físico... Conseguir distanciarte de eso y entender que no tiene que ver contigo no es fácil.
¿Has picado mucha piedra antes de 2020?
No me ha llegado este papel protagonista por casualidad, porque pasaba por allí. Para mí, esto es un oficio, no me ha caído encima.
En Madres interpretas a una mujer embarazada. ¿Es compatible ser actriz y ser madre?
Espero que sí, debería serlo. En los casos en los que no lo sea, se debería luchar para que deje de ser así.
Parece que en los actores jóvenes pesan cada vez más los seguidores de Instagram para conseguir un papel. ¿Sientes esa presión?
No. Sí sé que hay productores, directores o yo que sé quién que se basan en eso para dar un papel. No sé si he perdido trabajos por esa razón porque nunca me lo han dicho, pero siempre he trabajado y nunca he tenido seguidores en Instagram. Me parece también que hay gente con muchos seguidores que es muy buen actor. Si un productor cree que le va a ir mejor cogiendo a alguien con muchos seguidores y es buen actor, le saldrá bien la jugada, si es mal actor, se estrellará. Voy a intentar no exigirme a mí misma tener muchos seguidores por esa presión porque estaríamos perdiendo la cabeza y el sentido de este oficio.
¿2020 será un antes y un después en tu vida?
Sí. Todos nos vamos a acordar de este año, y dentro de unos cuantos hablaremos en términos de pre-covid y post-covid. Nos va a cambiar a todos, no sé si a mejor porque cada vez lo veo más complicado, pero nos cambiará. Si a eso le sumo que ha sido un año profesional tan potente, está claro que nunca lo olvidaré.
Y en este año profesional tan potente, ¿has descubierto cuáles son las virtudes y los defectos de Rodrigo Sorogoyen?
(Ríe) Tiene más de una virtud y más de un defecto, a ver cuáles elijo... Su inteligencia y su cabezonería.