Viana do Bolo quiere que Dolce & Gabbana reconozca que se inspiró en sus 'boteiros' para este diseño
Las figuras del 'Entroido' gallego están dando la vuelta al mundo.
En Viana do Bolo (Ourense) llevan dos días recibiendo sin parar llamadas de medios de comunicación. En pleno mes de julio, su Entroido (carnaval) los ha puesto en el punto de mira mediático, y todo por un diseño de la colección primavera-verano 2018 de la firma italiana Dolce & Gabbana.
La presentación en pasarela se hizo en septiembre de 2017 y unos meses después en el municipio ourensano se dieron cuenta de que este colorido vestido les resultaba muy familiar. Mucho.
Lo habían visto en numerosas ocasiones porque ese diseño es prácticamente igual al traje de boteiro, personaje centenario del folclore gallego, protagonista de las fiestas de Entroido vienés. Sólo hay que ver esta foto que Graciela Diéguez, concelleira de Cultura del Ayuntamiento gallego, ha cedido al HuffPost para darse cuenta de lo que ellos vieron.
El de la izquierda es el traje de boteiro y el de la derecha es el diseño de Gabanna. Parecido más que razonable, ¿no?
Con toda esta repercusión mediática buscan lograr que la firma italiana reconozca que se "ha inspirado" en esta fiesta gallega para el diseño. "Nos encanta que nos copien, que se hayan fijado en el trabajo de nuestras abuelas, pero queremos que se reconozca", cuenta al HuffPost Jorge Minas Domínguez, de la Asociación Mascarada Ibérica. "No queremos que nos den dinero porque la tradición no se vende".
La misma idea defiende la concelleira Graciela Diéguez, que insiste en que su único objetivo es que "el boteiro se trate con respeto" y "se sepa qué es". "Para nosotros es muy importante, es una seña de identidad", continúa la política, para la que resulta complicado explicar con palabras su significado.
Esta figura es la más representativa del Entroido vienés —de la comarca ourensanaque incluye los municipios de Viana do Bolo, Vilariño de Conso e A Gudiña—. Desfila cada año con una máscara hecha con piel de cabra o cartón y viste pantalón de seda, faja con picos y borlas, cinturón de campanillas, botas negras, polainas y camisa de colores hecha de tiras. Esta última es la que ha servido de inspiración a la firma italiana y que buscan que se reconozca. "Se elabora con más de 1.000 metros de cinta de seda y cada una cuesta entre 400 y 500 euros", añade Jorge Minas.
Su lucha, que empezó en marzo cuando les alertaron del parecido, no se queda sólo en los titulares de los periódicos. "El Ayuntamiento ha intentado hablar con la firma en varias ocasiones, pero no han tenido contestación. Posiblemente no le den importancia pero para nosotros sí la tiene", continúa el joven, que asegura que esta figura representa la identidad de su pueblo y que es un bien inmaterial. "Hasta que no nos den el certificado BIB — Bienes de Interés Patrimonial—, para el que rellenaremos la documentación en septiembre, no quedará registrado y ellos sí pueden hacer uso de los derechos de autor".
No es la primera vez que los boteiros vieneses llaman la atención de la moda internacional. En diciembre de 2016 ocuparon un hueco en el catálogo de la colección infantil de invierno de Benetton, aunque en esa ocasión fue con permiso. "Quizás fue ahí cuando los conocieron", añade Diéguez, que no tiene constancia de que nadie de la la firma haya estado nunca en estas fiestas, que vistan cada año alrededor de 3.000 habitantes.