Las series que ves en bucle como 'Friends' o 'La que se avecina' tienen nombre
Ficciones como 'El príncipe de Bel-Air', 'Aquí no hay quien viva' o 'The Big Bang Theory' no desaparecen nunca.
No sólo de estrenos viven los frikis de las series. Desde la media mañana hasta entrada la madrugada, los canales temáticos de la televisión se convierten en un contenedor de reposiciones de las comedias más arcaicas que permiten hacer —una y otra vez—maratones. Tienen su público fiel que no sale del bucle. No extraña que haya quien se sabe los diálogos de memoria.
Neox lo hace con The Big Bang Theory, Friends o Modern Family, mientras que FDF sigue emitiendo Los Serrano, Aída o La que se avecina. Las plataformas también han rescatado esas series que los espectadores ven una y otra vez, y que se conocen como comfort TV. El nombre es el equivalente televisivo de la comfort food, esa comida que reconforta con sólo recordar su aroma.
Por qué siguen funcionando
Son una apuesta de todo menos arriesgada: más baratas que un contenido de estreno, rellenan huecos de parrilla en las franjas horarias de los más crápulas, vuelven a cobrar vida con la era de las redes sociales con montones de memes, su éxito ya está comprobado por las buenas audiencias de su primera emisión y nadie nos revienta el argumento porque los spoilers ya están hechos.
Por eso, cadenas y plataformas siguen insistiendo con ellas y los espectadores las siguen viendo. La que más resiste actualmente es La que se avecina, según datos aportados por Barlovento, que llega a superar el 11% de cuota de pantalla durante la madrugada en FDF. Sí, buena parte de la audiencia se mete en la cama con Antonio Recio. Como diría el personaje, “otra crisis [esta vez de insomnio] solucionada por la administración Antonio Recio, ¡qué bueno soy y qué culito tengo!”.
Algunos expertos consultados por The Guardian indican que el espectador busca en ellas ver algo agradable y reconocible, fácil de seguir, que permita saber qué va a pasar desde el comienzo. Es decir, responden a la ley del mínimo esfuerzo: una serie puesta de fondo que no impida hacer otras cosas a la vez o consultar el móvil, e incluso, dormirse mientras el capítulo continúa, porque nadie se perderá un giro inesperado de guión. Sus diálogos son el eco de muchos cuartos oscuros cada noche.
A la comodidad se suma que son series familiares y a la vez tienen una dosis de nostalgia. En Reino Unido se les conoce también como The chewing-gum TV, la televisión de chicle, esa que se estira, se estira, se estira... Tanto que muchas son éxitos de los 90.
Además, elegir qué ver es cada vez más complicado con tantas series en oferta. Sólo en 2019 se produjeron más de 10.600 series y programas nuevos en todo el mundo, según la consultora de medición de audiencias Glance. Por eso, la comfort TV acaba con “esa parálisis de indecisión” a la que también se hace referencia en Decider. Las series que la gente ya ha visto acaban con el dilema de tener que elegir y permiten relajarse. Para qué pensar en algo tan complicado como con qué entretenerse.
Con su llegada al catálogo de las plataformas, las series de la comfort TV ha encontrado incluso más público. Jóvenes que aún no habían visto El príncipe de Bel-Air o Friends, por tratarse de producciones de los noventa, las han podido descubrir recientemente en Netflix (aunque Friends dejará de estar en catálogo el 31 de diciembre y seguirá en HBO). La imagen envejecida, como trasnochada, no espanta a nadie.
Por otro lado, más de 17 años después de su estreno, Aquí no hay quien viva y La que se avecina (su secuela) pueden verse en Amazon Prime Video. El tiempo bien puede hacer que el edificio de los vecinos se caiga a trozos, pero ellos amenazan con seguir en pantalla. Asimismo, la plataforma coproduce actualmente con TVE Cuéntame cómo pasó para conseguir los derechos de emisión de la serie completa. 20 años de episodios disponibles del tirón para los más infatigables.
En Estados Unidos, según publica Vulture, esta tendencia comenzó de nuevo con el éxito de This Is Us, de la NBC, que está disponible en Amazon Prime Video. El medio especializado apunta que el éxito de estas series es “lo reconfortante que resulta ver algo conocido”. Tan reconfortantes que no dan lugar a lágrimas, ya que la mayoría de ellas son comedias. A finales de 2017, destaca el medio, más de 15 millones de personas siguieron el regreso de la mítica Will & Grace (que se estrenó en 1998) en la NBC.
El fenómeno de la comfort TV ha resurgido, dado que también tuvo su momento hace 22 años: The New York Times destacó en 1998 que la TBS pagó más de un millón de dólares por episodio para emitir de nuevo la comedia Seindfeld.
Como apunta The Guardian, en los rankings publicados por Nielsen sobre lo más visto en Netflix a nivel internacional, es habitual que aparezca The Office (2005-2013), por encima de éxitos actuales como The Crown. El corrosivo retrato de los miembros de una empresa parece tener mucha más influencia que la corona británica. En España la sitcom está disponible en Amazon Prime Video.
Da igual saberse la serie de memoria (aunque nadie lo reconozca públicamente). El único objetivo del espectador con la comfort TV es la evasión. Y ya se han convertido en un refugio para que nadie tenga que salir de su cueva.