Venecia no activa sus diques por falta de previsión y se inunda por un temporal
El sistema Moisés está en pruebas desde octubre, ha tardado más de 15 años en hacerse y ha estado rodeado de escándalos de corrupción.
El sistema de diques Moises o Mose, creado para salvar Venecia del fenómeno del agua alta y que ha tardado más de 15 años en levantarse, fue probado por primera vez el 3 de octubre pasado y supuso un enorme alivio para los habitantes de la ciudad italiana, cansados de ver cómo todo se sumergía, año tras año, con las primeras lluvias. Ahora hay blindaje, pero ha fallado la previsión, no se ha levantado a tiempo y las lluvias de esta semana han provocado una nueva inundación en la zona.
La plaza de San Marcos y el centro histórico de la ciudad han quedado anegados. “Un desastre”, dicen los venecianos.
El sistema de diques ya se ha activado en varias ocasiones para frenar la marea. La obra consiste en tres barreras submarinas que se elevan para cerrar las tres salidas de la laguna veneciana a mar abierto: Malamocco, Lido y Chioggia. Costó 5.500 millones de euros, muchos más de los que se habían previsto y ha sufrido cuantiosos retrasos, además de escándalos de corrupción.
Normalmente está previsto que las 58 puertas móviles de estas barreras se pongan en marcha siempre que se esperen más de 110 centímetros de agua alta. Esta vez, pese a las previsiones, no se levantó, porque se creyó que no sería necesario, generando la ira sobre todo de los comerciantes de la zona histórica.
Visto el error de hace dos días, anoche fue activado de nuevo el sistema, ante la previsión de nuevas subidas del agua. Las barreras submarinas que se elevan para cerrar las tres salidas de la laguna veneciana a mar abierto fueron levantadas debido a una previsión de la marea para hoy de 123 centímetros, y tras el precedente de ayer, cuando un anómalo reforzamiento del viento provocó un episodio de “agua alta” hasta los 138 centímetros, superior al previsto, sin que entraran en funcionamiento los diques.
Una dura lección
El propio alcalde de Venecia, Luigi Brugnaro, se había quejado de que no se activara el Mose, mientras la plaza de San Marco y el centro histórico quedaban parcialmente inundados. “Lo único positivo de ayer es que puede ser una dura lección útil para el futuro, porque se ha demostrado que las previsiones de mareas, con los instrumentos actuales, no son fiables y que por tanto el rango en centímetros para la apertura del Mose al menos debe ampliarse respecto a la de 120/130 cm de agua alta”, dijo a su vez Carlo Alberto Tesserin, procurador de San Marco. “Cada vez me preguntan cuántos daños ha sufrido la Basílica pero es algo incalculable dada la frecuencia de mareas altas de los últimos años”, añade.
“Antes, una vez que se lavaban los suelos, mosaicos y mármoles con agua dulce, en uno o dos días se volvía a la normalidad. Ahora, en cambio, todo está lleno de sal que, con cada agua alta, además de no ser lavable, por la contaminación alcanza mayores alturas... y hace que se desmorone todo”, concluye.