Úrsula Corberó se pronuncia sobre los fans, con los que no siempre “apetece hablar”
Con 'La casa de papel' todo le vino "muy de golpe", y ahora se estrena en Hollywood...
Si antes se podía decir que la popularidad de Úrsula Corberó subió como la espuma, ya con la cabeza metida en Hollywood gracias a su primera producción en la meca del cine (Snake Eyes: El origen) no queda ninguna duda. La actriz de 31 años era una de las grandes promesas en España, e interpretar a Tokio en La Casa de Papel (Netflix) ha hecho que se le pueda ver hasta en 190 países. Un fenómeno mundial que ha venido acompañado de pros y de contras.
“Me considero una persona muy extrovertida y me gusta mucho relacionarme con la gente y conocer a gente nueva, pero sí que es verdad que a raíz de La casa de papel vino todo muy de golpe”, ha explicado la catalana en una entrevista con El País.
Corberó ha querido sincerarse completamente: “No siempre te apetece pararte a charlar con la gente cuando sales de casa. Es un hecho y es así. Tampoco estás de buen humor todos los días”.
Consciente de su proyección, también en redes sociales, la actriz entiende que “cualquier cosa que publiques se va a poner en duda o a veces quieres hacer algo con buena intención y hay gente que se hiere por algunas cosas de las que uno no se da cuenta. Luego hay gente que te hiere porque sí, te quiere poner cosas malas y ya está”.
El agobio no es para menos, puesto que la protagonista de El árbol de la sangre supera los 21 millones de seguidores en Instagram. De hecho, ya no se expone tanto como antes.
La intérprete también ha tenido unas palabras para señalar las distinciones que se hacen entre hombres y mujeres en su gremio, y ha comentado que le suelen preguntar cómo se siente al haber dejado atrás la veintena o se le plantean cuestiones sobre el físico: “No me imagino haciéndole esa pregunta a un hombre (...) Nunca le preguntarían a un hombre cuál es su rutina de belleza ¿no?”.
En Snake Eyes: El origen, que llegará a las salas el 13 de agosto, Corberó da vida a La Baronesa, el papel de una villana que tuvo que preparar en apenas un mes en Vancouver (Canadá). La española ya ha cruzado el charco.