De cuando Urdaci se subió al acorazado para poder hacer el telediario durante el Prestige
Cómo TVE intentó NO contar la verdad del Prestige y cómo La 2 Noticias lo consiguió.
Tras el primer episodio y el segundo episodio de los días tremendos de la mala cobertura mediática del Prestige, llega la tercera y última entrega, la de los tiempos de Alfredo Urdaci, de la mala praxis, de La 2 de TVE y su prestigio.
Aquellos mismos días, además de la TVG, otra televisión, que no quería tampoco que se contara lo que el documental de Salvados explicó el domingo, Alfredo Urdaci, sin medir las consecuencias, decidió trasladarse a la costa da Morte, a la lonja de Muxía para presentar el telediario desde allí. Tanto tiempo haciendo de su capa un sayo en los informativos sin que apenas le tosiera nadie, le llevó a pensar, supongo, que era inmune a todo. El director de informativos era Alfredo Urdaci, a quien todos supongo recordáis.
Pero el barco se hundía y el fuel estaba derramándose. Y mientras eso pasaba, tal y como recuerda el periodista gallego Xosé Manuel Pereiro, pasaban más cosas:
- El ministro Arias Cañete decía en el informativo que todo estaba bajo control, gracias a la acción de las autoridades, sin que nada ni nadie contrastara la afirmación o le replicara
- Jaume Matas inauguraba una desaladora
- Francisco Cascos se había marchado a cazar a los Pirineos
- Manuel Fraga se había ido de caza a Aranjuez
- Mariano Rajoy decía en el informativo que “no creemos que se pueda hablar de marea negra porque no es un concepto jurídico”. Ya, yo tampoco lo entiendo.
- Los ministros decían que las playas estaban esplendorosas y lo que se veían a través de las ventanas eran 800 kilómetros de marea negra, lo que produjo, claro, una grieta grande de credibilidad
- Había una enorme dificultad para saber cosas fundamentales, y las preguntas eran muy sencillas
A veces, esas preguntas sencillas las hacía un responsable de prensa de Mariano Rajoy, entonces portavoz del gobierno. Xose Manuel Pereiro, periodista que trabajaba para TVE y para El País recuerda esta anécdota interesante
“Llamé al responsable de prensa que se había traído Rajoy para pedirle información, y me dijo, ¿Esto me lo pides para El País o para TVE? Yo le dije, hombre David, la verdad es la verdad, ¿no? Lo cierto es que tenían a la mayoría de los medios de comunicación en su mano y la contestación mediática era mínima.
Pero volvamos al directo de Urdaci. Todo preparado para arrancar e informativo. Urdaci a pie de obra, como os buenos periodistas de raza que van al lugar de la noticia, Letizia Ortiz, que trabajaba con él, Almudena Ariza, reportera de a casa, todos listos. Empieza el directo. Los mariscadores sin faenar, las playas negras, los gallegos hastiados, enfadados, airados, el chapapote tiñéndolo todo… Y de pronto, un grupo nutrido de voluntarios y afectados se coloca en el lugar indicado para boicotear el directo de Urdaci.
Insólita imagen la que ofrecía TVE: detrás del rostro habitual del presentador, y director de los informativos, que intentaba seguir como si nada, se empezaron a oír los gritos de “Fraga, Aznar, venid a limpiar”. El realizador cerraba el plano hasta comprimir casi la cabeza de Urdaci, pero el daño estaba ya hecho. Se veían los estragos en pantalla. La coletilla “televisión, manipulación”, eso que tantas veces se oiría después en la calle en los dos años siguientes (Irak, 11-M) hacía imposible continuar ni por supuesto repetir la experiencia.
Así que se tomó una decisión: hacer el informativo desde un acorazado, al que se desplazó el equipo entero del telediario para, ya a cubierto, poder seguir contribuyendo al caos informativo, mintiendo y ocultando información, primando unas declaraciones en lugar de otras.
Pero esos días también sucedió un milagro. Las 2 noticias, capitaneada por Lorenzo Milá en pantalla y Fran Llorente, en la dirección, con un pequeño equipo de 12 personas, consiguió contar todo lo que no se estaba oyendo en la 1 de TVE, que hay que decirlo más, no tenía defensa posible. ¿Por qué? ¿cómo era posible aquella disfunción? Aquí el relato:
“Nos habían intentado matar varias veces, pero tras la oleada de premios, como el Ondas, tras la reputación que tenía ese informativo, no se atrevieron a hacerlo. Nos ninguneaban, eso sí. Pero yo creo que esos días La 2 noticias se hizo mayor. Había periodistas de la casa que estaban enviadas a Galicia, como la propia Letizia, como Almudena, entre otros muchos que nos enviaban información que sabían que no iban a darse en el informativo de La 1. No podían contar lo que veían, así de claro. Los cámaras nos pasaban imágenes bajo mano que nosotros usábamos y que lograron que mientras Urdaci estaba contando una película en su informativo, Lorenzo Milá estuviera contando otra”.
Me cuenta Manolo Román, un periodista veterano de la casa ya retirado, que los equipos de TVE decían que eran de La 2 noticias para que los dejaran pasar. A estas alturas, los gallegos ya empezaban a intuir quién les estaba timando, quién estaba jugando con un material tan sensible, tan íntimo como su mar y su paisaje, y quién no. Lo cuenta bien el periodista Gonzalo Cortizo. “Recuerdo un día en el que un patrón de barco al que iban a subir periodistas para grabar les preguntó de qué medio eran. ‘De la SER’, respondió uno de mis compañeros. ‘Sube’, le dijo. ‘De TVE’, le contestó otra compañera. ‘Tú no subes’, zanjó el patrón”.
“Conseguíamos imágenes a través de las agencias internacionales, los grupos ecologistas, los voluntarios, los propios equipos desplazados allí para el telediario de la Primera nos hacían llegar los videos. Ir a la contra era lo que debíamos hacer, porque estaba claro que La 1 estaba mintiendo”, me cuentan. Urdaci a estas alturas ya sabía a qué jugaban y, como eliminarlos de un plumazo iba a ser demasiado polémico, urdió otro plan: desmantelarlos. Le ofreció a Lorenzo Milá una corresponsalía, desplazó a parte del equipo directivo al telediario de las tres, mermó la capacidad del conjunto y se quedaron solos. Pero eso fue más tarde. Ahora estamos aquí, en las playas negras, y los directivos de TVE (recordemos que el director de la corporación en aquel momento era José Antonio Sánchez, que no pasará a la buena historia de esa cadena) estaban nerviosos. Urdaci envió a un periodista de confianza, Ángel Nodal, a Galicia, para que controlara toda la información que se estaba lanzando desde allí. Demasiado outsider en el terreno, demasiado traidor a la patria, demasiadas filtraciones.
Porque las consignas, las máximas a repetir eran: esto NO está pasando, y si está pasando vamos a tratarlo como si de una catástrofe natural se tratara. El tono de la narrativa era sin duda la posición del gobierno, con Urdaci, un par de subdirectores afines y Jenaro Castro como editor a la cabeza. Así que, efectivamente, pronto estuvo claro que para enterarte de aquella catástrofe tenías que irte a Telecinco, por ejemplo, o desde luego a La 2 Noticias, donde los componentes se armaron hasta los dientes con información de verdad, y la soltaron.
¿Y cómo es que Urdaci no metía mano ahí, si era el director del informativo?, les pregunto. Porque llegó un momento en que la realidad era tan arrolladora que no hubo nada que hacer. Lo del acorazado fue la gota que colmó el vaso. “La gente te quería tirar a la ría, teníamos que quitar la espuma del micro donde ponía TVE para que nos atendieran, para entrar en los sitios. Era una hostilidad como yo no había visto en mi vida” recuerda uno de los enviados especiales.
La parte dura fue el primer mes. Cuando ya no podían dejar de sacar playas llenas de mierda, cuando la gente se percató de que estaban informando de un desastre medioambiental como si no fuera culpa de nadie, cuando todo eran reportajes sobre la solidaridad y sobre el accidente, como si fuera un fenómeno natural, cuando no había en los telediarios de La 1 ninguna noticia sobre la evidente mala gestión, ni sobre la responsabilidad política, ni sobre la contestación social, ahí estuvo La 2 Noticias, de contrapeso.
“Se recuperaban los brutos que llegaban a La 1, o que llegaban bajo mano, y con eso se construían las historias, Fran Llorente los reutilizaba y los convertía en crónicas decentes, así de simple”, me cuenta Román. Este periodista, que llegó a Galicia como enviado especial, recuerda la primera crónica que mandó. “Hablaba del mito Sísifo, comparando lo suyo con lo que sucedía allí: quitabas chapapote por la noche y por la mañana estaba allí de nuevo. Y uno de los subdirectores me dijo que ese no era el tono que había que usar. Estábamos a finales de diciembre, el punto más álgido de la catástrofe”
En enero, el presidente Aznar soltó estas frases: “Se ha acabado el chollo de los profesionales del resentimiento que intentan sacar beneficios de la catástrofe del Prestige. Galicia saldrá adelante, aunque otros se queden ladrando su rencor por las esquinas”. La perorata fue perfectamente emitida por el telediario de Urdaci.
Todo aquello sirvió para algunas cosas: para que dentro de la casa se armara un consejo de informativos, un colectivo que tenía claro que debía protestar, unirse, y para que La 2 noticias se consolidara: habían sido un colectivo de periodistas que decidieron ir contra las normas intolerables y desobedecer órdenes arbitrarias y contrarias al sentido periodístico.
Ayer estaba viendo en el informativo que dirige Carlos Franganillo, (que es un buenísimo telediario, ya lo he dicho muchas veces, en Twiter y en todas las plazas que frecuento) una pieza conducida por Lorenzo Milá, que se había desplazado a Galicia para el aniversario de la tragedia del Prestige. Pensé, esto sí, madre mía, qué diferencia. Era la solvencia, el periodismo de altura. Era aquel periodismo de La 2 Noticias de aquellos años aciagos. Ignoro dónde están en estos momentos, profesionalmente hablando Alfredo Urdaci y su séquito, pero me atrevo a decir que en un lugar periodístico peor.
Por cierto, que vuelva La 2 noticias, ¿no? Para sumar.