Universitarios iraníes derriban la pared de la cafetería que divide a hombres y mujeres
Las universidades se han convertido en el epicentro de las protestas en Irán por la muerte de Mahsa Amini tras ser detenida por la Policía de la moral.
Las universidades se han convertido en el epicentro de las protestas en Irán por la muerte de Mahsa Amini tras ser detenida por la Policía de la moral. Los estudiantes de la Universidad de Hormozgan, en una de las zonas más conservadoras de Irán, han derribado la pared que dividía a hombres y mujeres en la cafetería de la facultad.
“Libertad, libertad, libertad”, gritaron los estudiantes mientras arrancaban la pared. Este gesto se ha convertido ya en un símbolo de las protestas que recorren el país contra el régimen de los ayatolás.
Las protestas se encuentran ya en su séptima semana, desde la muerte el 16 de septiembre de la joven Mahsa Amini tras ser detenida tres días antes por la Policía de la moral por llevar mal puesto el velo islámico.
Los jóvenes iraníes volvieron a salir a las calles este domingo a pesar de la advertencia de la poderosa Guardia Revolucionaria para que dejasen de manifestarse y una fuerte represión en las universidades, en unas movilizaciones que se están volviendo más violentas.
Las protestas se dieron a lo largo del país en numerosos centros universitarios de varias ciudades, que fueron fuertemente reprimidas por los basiji —milicia de voluntarios fiel a la República Islámica— con el uso de gases lacrimógenos y palizas.
El comandante en jefe de la Guardia Revolucionaria, el general Hosein Salamí, advirtió la víspera a los jóvenes que los “disturbios” habían llegado a su fin y que no saliesen a la calle para no arruinar su futuro.
“Hoy es el fin de los disturbios. No salgáis a la calle más”, dijo el líder de la poderosa fuerza de elite, cuya misión es salvaguardar el sistema teocrático de la República Islámica.
Esa misma tarde y noche ya se recrudeció la represión en las universidades con la expulsión de estudiantes de facultades y de residencias estudiantiles en Teherán, según confirmaron a EFE fuentes universitarias. Además se produjeron numerosas detenciones de estudiantes, según activistas.
Si bien ha habido intentos por controlar las facultades con inspecciones en las puertas de los centros para limitar quien entra y la presencia de efectivos antidisturbios en las universidades, la represión ha sido de alguna manera limitada, con algunas excepciones.
“Hasta ahora los estudiantes pudieron protestar en un clima de relativa libertad”, dijo una fuente universitaria a EFE. “Esto se acabó”, añadió esta fuente, que prefirió mantener el anonimato. Otra fuente indicó que en su centro los choques han subido de tono y este sábado se rompieron cristales, hubo gases lacrimógenos y choques. “A partir de la una empiezan los enfrentamientos” en las universidades, indicó esa fuente.
Advertencias, expulsiones y detenciones
A pesar de las advertencias, las expulsiones y las detenciones, los estudiantes volvieron a protestar este domingo. En la Universidad Azad de Teherán se vivieron fuertes choques entre los estudiantes y basijis, la milicia de voluntarios fiel a la República Islámica, que usaron gases lacrimógenos e incluso disparos, según vídeos compartidos en redes sociales por activistas.
“Basiji, guardias revolucionarios, vosotros sois nuestro Estado Islámico”, clamaban los estudiantes. En la Universidad del Kurdistán en Sanandaj los estudiantes gritaron: “Esto no es una protesta. Es el comienzo de una revolución”.
Las protestas por la muerte de Amini están protagonizadas sobre todo por jóvenes y mujeres al grito de ”¡Mujer, vida, libertad!”, que lanzan consignas contra el Gobierno y queman velos, uno de los símbolos de la República Islámica y algo impensable no hace mucho.
Al menos 108 personas han muerto y 12.500 han sido detenidas en las protestas, según la ONG con sede en Oslo Iran Human Rights. Además, la Justicia iraní ha presentado cargos contra 1.019 personas en ocho de las 31 provincias del país por su participación en las protestas y este sábado comenzaron los primeros juicios en Teherán.