Una 'tragedia griega': a la Policía helena se le cae un Picasso recién recuperado
El vídeo del momento le va a doler a muchos amantes del arte.
La Policía de Grecia ha sido la protagonista en el acto de presentación del cuadro de Picasso robado hace más de nueve años. La obra, que lleva por título Cabeza de Mujer, fue recuperada este lunes, según anunció el Ministerio de Cultura heleno.
Durante el evento, los agentes han colocado tanto el cuadro de Picasso como otro del artista holandés Piet Mondrian, también hallado recientemente, sobre una repisa para que ambos pudieran ser fotografiados y observador por los presentes en la sala. Sin embargo, según ha compartido la Cadena Ser, uno de ellos —el Picasso de 1939— ha resbalado y se ha caído al suelo.
Un ladrón por “pasión al arte”
Las fuerzas de seguridad griegas detuvieron a un varón de 49 años como autor de los robos de las piezas de arte debido el tiempo y la dificultad para vender en el mercado negro un cuadro de tanto valor.
Según ha conocido Efe, el hombre, en instancias de la policía, ha afirmado que “no quería vender el cuadro. Lo hice por pasión al arte”. Además, ha asegurado que el único motivo por el que robó en uno de los principales museos de Atenas fue para poseer una gran obra de arte.
La teoría fue respaldada por la policía griega, ya que hace unos meses revelaron que, tras años de investigación, Cabeza de Mujer brillaba por su ausencia en el mercado negro, lo que podía indicar que aún seguía en el país.
También destacaron la gran dificultad de transportar al extranjero o poder vender una obra tan buscada, de un autor sumamente conocido y reconocible.
El hombre también ha reconocido que no planeó robar un cuadro en concreto, sino que cogió las obras que tuvo más cerca en el momento de la verdad: un picasso, Piet Mondrian y un dibujo del pintor italiano del siglo XVI Guglielmo Caccia. Sin embargo, el boceto, según ha explicado el ladrón, fue dañado al arrancarlo de su marco, por lo que decidió destruirlo. Lo cortó en pequeños trozos y lo tiró por el retrete poco después del robo.
‘Modus operandi’
Todo gran robo implica un plan medido, estudiado y preciso para evitar fallos y este no iba a ser menos. Así, el ladrón de “guante blanco”, al más puro estilo Arsène Lupin, destinó año y medio a planear el golpe.
Durante ese tiempo, acudió casi a diario a la galería, tanto para visitar las instalaciones como para vigilar los exteriores, donde controló los movimientos de los guardias de seguridad hasta estar seguro del procedimiento a seguir.
La madrugada del 9 de enero de 2012, el hombre consiguió entrar por un balcón que no se encontraba cerrado con llave y alejó a los guardias de seguridad de su ubicación al hacer saltar alarmas en distintas partes del museo.
A pesar de que los investigadores trabajaban sobre la teoría de que se trataba de dos ladrones, el detenido ha explicado que trabajó solo. En pocos minutos arrancó las obras de sus marcos y, para cuando llegó seguridad, solo era una silueta alejándose. Durante la persecución, un cuarto lienzo, otro paisaje de Mondrian, se le cayó.
El escondite
Los cuerpos de seguridad, guiados por el hombre, descubrieron que los cuadros estaban escondidos en un barranco entre arbustos y maleza, cerca de Porto Rafti, a unos 50 kilómetros de Atenas.
Las pinturas, envueltas en un paquete para protegerlas, estuvieron, según el acusado, dos meses escondidas a la intemperie. Hasta entonces las había tenido en un almacén de su propiedad, pero al sentir que la investigación podía señalarle, el miedo a ser apresado le llevó a buscar otro escondite.