Una semana sin plástico: así es el nuevo reto viral para salvar el planeta
“Estamos en un mundo autómata, tenemos que levantar la cabeza y ver qué hay a nuestro alrededor”
La imágenes de playas infectadas de plásticos, de animales marinos que guardan en su interior los mismos envases con los que, más tarde, comparten mesa o las críticas virales de usuarios que reclaman a grandes superficies un cambio de perspectiva son cada días más comunes.
El exceso de consumo de plásticos no reciclados es, a día de hoy, uno de los mayores retos a los que se enfrenta el ser humano y uno de los mayores escollos para la supervivencia del planeta. Sin ir más lejos, la ONU alertaba hace unos meses en su Informe Mundial de Medioambiente de la necesidad urgente de un compromiso transfronterizo para reducir los plásticos de un solo uso. Y la sociedad está cada día más movilizada para promover estos cambios.
En esta línea de concienciar y, sobre todo, de actuar, surge la campaña #boicotalplástico, una propuesta de Zero Waste España a la que se han adherido otras organizaciones como Greenpeace o Hope. La iniciativa se resume en cuatro palabras: UNA SEMANA SIN PLÁSTICOS, y tiene un subtítulo muy atractivo: “un reto viral para salvar el planeta”. Estas son sus claves.
La iniciativa aparece hace unas semanas en un grupo de Facebook, Zero Waste España. Su creadora, Cristina Cañarate lo puso en marcha en enero de 2017 con una convicción clara. “Hay mucha gente que quiere reducir el consumo de plásticos pero, en un primer momento, no sabe por dónde empezar, cuáles son las alternativas”, cuenta a El HuffPost. Ahora, más de 15 mil personas comparten sus experiencias, propuestas y dinámicas.
Una de ellas fue, precisamente, la de hacer un boicot. Surgió a raíz de un comentario de Esther Miquel hace unas semanas y Juliana Maruri no quiso que se perdiera en el tablón y se puso manos a la obra. Lo primero que hizo fue crear un evento para difundir el reto, que ya suma 1.566 asistentes y 1.997 interesados. Pero, además de la difusión, ese espacio virtual está sirviendo para sumar propuestas paralelas al reto y decenas de experiencias en primera persona.
“Ayer fui a comer con mi abuela a un chiringuito y al pedir alioli me lo trajeron en un mini envase de plástico de un sólo uso. [...] Pedí que me lo pusieran en un cuenquito o algo que no fuera plástico de un sólo uso, como se ha hecho toda la vida, vamos. La encargada se sorprendió y en mitad de su follón creo que no le gustó demasiado mi petición, pero al final estuvimos hablando de que hay que evitar este tipo de envases innecesarios, sobre todo cuando hay otras opciones. Es un trabajo duro y muy pesado, pero hay que mantener la guardia para que la concienciación llegue a todo el mundo”, comenta una usuaria adherida al evento.
La propuesta es, aparentemente, sencilla: llevar a cabo un boicot a los alimentos envueltos en plástico y compartirlo en tus redes sociales. Y es que mientras el subconsciente retiene las fotografías de ballenas abiertas llenas de plásticos, la realidad las desplaza al ver que es –casi– imposible hacer una compra en un supermercado evitando bollería envuelta doblemente –de forma individual para luego estar en un paquete conjunto– o verduras y frutas en bandejas rodeadas por decenas de capas de film.
“Es una medida de presión social”, resumen a El HuffPost Javier Peña, uno de los promotores de Hope. Esta asociación ecologista que desde hace unos meses apuesta por traducir el conocimiento científico en vídeos virales ha difundido el reto por todas sus plataformas aunque, sorpresivamente, el canal por donde más movimiento están detectando es Whatsapp: “Hay una demanda social y hay alternativas viables”, precisa Peña. El joven habla, por ejemplo, de bolsa hechas con polímeros que incluso se puede comer o de estas otras que se disuelven con agua.
El reto #boicotalplástico comienza este lunes, 3 de junio, y se extenderá hasta el próximo domingo.
Cañarate y Maruri coinciden en que la idea se antoja complicada para una persona que empiece de cero pero también en que es “muy fácil” y que la clave es generar hábitos.
“Estamos en un mundo autómata, tenemos que levantar la cabeza y ver qué hay a nuestro alrededor”, asegura la promotora del reto, que además da tres claves para principiantes: llevar siempre una bolsa reutilizable, buscar siempre una alternativa –desde comercios de proximidad y al granel a llevar a las grandes superficies tuppers propios para guardar el embutido o bolsa de tela para las verduras– y reutilizar.
¿Para qué sirve todo esto? Juliana Maruri lo resume en dos puntos. Primero, para presionar a los canales de distribución y producción para que dejen de usar plásticos. “Cada vez que compramos productos envasados, invertimos nuestro dinero en un modelo que no es sostenible y permitimos que tanto marcas como supermercados los sigan poniendo así en nuestras manos. Si no compramos esos productos, claramente dejarán de venderlos y apostarán por otras alternativas”, explican desde Greenpeace.
Y segundo, para invitar a un cambio de hábitos, porque “realmente no eres consciente de la cantidad de envases de plástico que consumes y tiras cada semana”.
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