Una prestigiosa experta explica cómo será el final de la pandemia: quizá no es lo que esperabas
Tendremos que ayudar todos.
Devi Sridhar, profesora y presidenta de la Unidad de Salud Pública Global de la Universidad de Edimburgo, ha explicado cómo será probablemente el fin de la pandemia. Y, si te esperabas algo espectacular, rápido y celebrado, estabas muy equivocado.
“Es poco probable que la pandemia termine abruptamente, sino más bien lentamente, país por país, ya que cada uno aumenta su control sobre el coronavirus y lleva al virus hacia niveles de eliminación”, señala en un artículo en The Guardian.
La experta anticipa que los países ricos lo lograrán través de pruebas, vacunas y mejores tratamientos, pero advierte de que los países más pobres tendrán dificultades para ponerse al día y se enfrentarán a oleadas y estallidos repetidos hasta que obtengan el apoyo necesario para conseguir un buen control.
“Lamentablemente, esta es la historia de la salud mundial: los problemas que son controlados y luego olvidados rápidamente por las partes ricas del mundo, como el sarampión, las paperas, la rubéola, la tuberculosis y la poliomielitis, siguen siendo problemas importantes y continuos en las partes más pobres”, lamenta.
Sridhar señala que “los países más ricos como Nueva Zelanda, Australia, Canadá, Japón, el Reino Unido y los de Europa tienen la opción de seguir una estrategia de eliminación mediante una combinación de programas de prueba, rastreo y aislamiento; restricciones y, fundamentalmente, medidas en las fronteras para detener la reimportación de nuevas cadenas y variantes”.
Todo eso, afirma, ayudaría a poner fin a la epidemia en cada país y sería un paso, país por país, hacia un mejor control y el fin de la pandemia mundial. La especialista asegura que, si estos países pueden implementar vacunas rápidamente y protegerse contra la introducción de variantes de otros partes del mundo, “es posible que puedan eliminar las restricciones y volver a una vida algo más normal en los próximos seis a ocho meses”.
“Esto significaría la reapertura de escuelas, restaurantes, bares y gimnasios, y el regreso de los festivales de música en vivo y los eventos deportivos”, aclara.
Sridhar insiste en que, una vez que los países ricos hayan logrado eso, deben apoyar a los países menos favorecidos en sus esfuerzos por vacunar a sus poblaciones. “Muchos países más pobres, que carecen de los recursos y millones para negociar con las empresas farmacéuticas, no han podido acceder a las vacunas para la mayoría de su población, mientras que algunos países ricos han comprado nueve dosis por persona”, recuerda.