Una guardia civil mata a sus dos hijas en Quintanar del Rey (Cuenca) y se suicida
El suceso ha ocurrido en las dependencias del instituto armado en la localidad. La agente fallecida estaba en trámites de divorcio de su expareja, según la 'Cadena SER'.
Una mujer agente de la Guardia Civil ha acabado, presuntamente, con la vida de sus dos hijas, de 9 y 11 años, en las dependencias de la Guardia Civil de Quintanar del Rey (Cuenca), y después se ha quitado la vida.
Fuentes del servicio de Emergencias 112 han informado a EFE de que el suceso ha ocurrido a las 7.19 horas de este jueves en las dependencias de la Guardia Civil de Quintanar del Rey cuando la mujer ha disparado a sus hijas con un arma de fuego antes de quitarse la vida.
Según ha publicado El País, los compañeros de la agente, de 42 años, se han dirigido al pabellón donde se encontraban las víctimas, tras escuchar los disparos. Allí han hallado los cuerpos sin vida de la agente y de la dos menores.
Hasta el lugar de los hechos se ha desplazado un médico de urgencia y una ambulancia de urgencia que tan solo han podido confirmar el fallecimiento de las tres. Además, la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de Guardia Civil investiga lo hechos para esclarecer lo ocurrido.
En trámites de divorcio
Según han confirmado a Europa Press fuentes de la Guardia Civil, la mujer no tenía antecedentes por baja psicológica y que estaba en activo. Además, estaba separada de su pareja. En una información publicada por la Cadena SER, se recoge que la agente fallecida estaba en trámites de divorcio de su pareja.
También que no disponía de más armas que la reglamentaria, por lo que podría haber sido la utilizada para disparar.
El suceso ha sido condenado rotundamente por la consejera de Igualdad del Gobierno de Castilla-La Mancha, Blanca Fernández. Lo ha hecho a través de una publicación en su cuenta oficial de Twitter.
“El asesinato de dos niñas presuntamente por su madre hoy en Quintanar del Rey es lo más duro y cruel a lo que podemos asistir, es terrible, inexplicable, no tengo palabras”, ha valorado para concluir que “no puede haber ni repulsa ni condena más contundente. Qué dolor”.