Una empresa pública que cambia el modelo energético de Balears
La transición energética no es solo sustituir combustibles fósiles por renovables.
Cuando hablamos de transición energética se suele enfocar al cambio de combustibles fósiles y contaminantes por nuevas fuentes de energía renovable. Sin embargo, la transición energética va mucho más allá y también es cambiar el modelo energético hacia uno más democratizado y descentralizado, un modelo donde la ciudadanía tenga un papel protagonista y sea partícipe tanto de la lucha contra el cambio climático como beneficiaria del ahorro en su factura de la luz.
Este fue el escenario de partida para que desde la vicepresidència del Govern Balears nos planteáramos la siguiente pregunta: ¿por qué no usamos las cubiertas de edificios públicos para suministrar energía solar a precio de coste a la ciudadanía? Un año más tarde, vemos realidad cómo desde el Govern de las Illes Balears hemos sido pioneros en comercializar los primeros Kw de energía a precio de coste a hogares y pequeñas empresas. Una medida que aborda conjuntamente la emergencia climática como la lucha contra la pobreza energética y el encarecimiento del precio de la luz.
Desde hace unas semanas está en marcha el primer proyecto que, gracias a las placas fotovoltaicas instaladas en la cubierta de un colegio, suministra electricidad a unas decenas de hogares y comercios del pueblo de Santa Eugènia en Mallorca. Esto supone los primeros pasos en generación y comercialización de energía producida por una empresa pública, el Instituto Balear de la Energía, operando en régimen de autoconsumo. La idea es sencilla, pero potente: consiste en instalar placas fotovoltaicas en edificios de titularidad pública que ceden sus cubiertas para que se produzca esta energía y venderla a precio de coste a los vecinos ubicados en un radio de 500 metros, que es lo que nos permite la normativa estatal.
Porque la transición energética no es solo sustituir combustibles fósiles por renovables, sino que tenemos claro que es también una oportunidad para cambiar el modelo energético y avanzar hacia uno más democrático. Un modelo donde todo el mundo pueda generar su propia energía dejando de depender de las grandes eléctricas que dominan el mercado.
Y entendemos que la administración debe tener un papel fundamental aprovechando todo el potencial de sus espacios para generar electricidad en beneficio de la ciudadanía, ayudando a que todos puedan formar parte del cambio. Un modelo que pone en el centro la lucha contra la pobreza energética atacando el problema de raíz, ya que los consumidores vulnerables tendrán prioridad para beneficiarse de estas instalaciones.
La puesta en funcionamiento del primer proyecto es tan solo el primer paso de muchos más que vendrán, aportamos nuestro primer grano de arena con el objetivo de crear una amplia red de autoconsumos compartidos. Este es un proyecto que es replicable en todo tipo de instalaciones; desde institutos, escuelas, polideportivos, aparcamientos a edificios administrativos. Un ejemplo que maximiza el potencial de nuestras cubiertas para generar energía sin la necesidad de consumir territorio, un recurso especialmente limitado en el archipiélago.
Estamos decididos a que Balears se convierta en un referente para otras comunidades y territorios en materia de política energética. Ya hemos recibido peticiones de otras administraciones para explicarles nuestro proyecto y asesorar en su diseño en otras comunidades. De hecho, el propio Ministerio ya recoge esta idea en su hoja de ruta de autoconsumo para aprovechar al máximo el potencial de nuestras cubiertas en servicio de la ciudadanía. En definitiva, desde las Illes Balears demostramos que sí es posible la existencia de una empresa pública de energía, tal como propone Unidas Podemos, que trabaje en beneficio de la gente y sirva para acompañar la transición energética poniendo en el centro a la ciudadanía.