Una dictadura en Antena 3 en pleno 2020
'La valla', con la que la cadena dividirá España, tiene escenas muy parecidas a otras series y películas.
Se acabaron los malos augurios. Antena 3 no ha tenido muy buena suerte con los últimos datos de audiencia generales de 2019, pero puede revertir la situación en 2020. Atresmedia tiene entre manos combustible suficiente para arrancar el año: ha recuperado Pasapalabra y tiene en el banquillo La valla.
Una serie que “chupa de corrientes sociales que están ocurriendo, pero en la que las consecuencias son imaginarias”. Eso es La valla, según su protagonista Olivia Molina, y esto sí es un mal augurio. Por eso “hay que estar atentos para que no suceda” lo mismo. La serie, una dictadura que ocupará el prime time, deja con muy mal cuerpo a cualquiera.
La premisa ya da pavor: en un futuro próximo las democracias occidentales se convierten en dictaduras por la escasez de recursos naturales y la capital está dividida por una valla en dos zonas, la de los ricos y la de los pobres. Para cruzarla hay que tener un salvoconducto reglamentario.
Ni hecho a propósito. “La cumbre climática nos ha hecho la campaña”, bromeaba Daniel Écija, el creador, en la presentación. Esta vez, Écija no coincide con Belén Rueda —como en Médico de familia, Periodistas, Los Serrano o B&b—, sino con una de las dos hijas que tienen en común, Belén Écija.
Pone la piel de gallina, especialmente porque la historia no suena tan lejana. Y curiosamente, sus escenas tampoco... Algunas del primer capítulo, inevitablemente, golpean la memoria:
Al principio, la serie no convencía ni siquiera a Atresmedia, porque trata cosas que entonces, cuando les llegó la propuesta, sonaban muy alejadas de la realidad. No hay mal que por bien no venga... Con el tiempo ha ido ganando realismo y la empatía con el espectador no sale perjudicada.
Por fin algo diferente en televisión, pese a las escenas evocadoras. Y con actores considerados como Ángela Molina, que también coincide con su hija, como con Écija. Aunque, por diferentes que sean, las series no terminan de deshacerse de algunos clichés, como los de las antagonistas malvadas más propias de las telenovelas. Y La valla tampoco lo hace.
La estrategia sigue siendo la misma: 13 capítulos de 50 minutos cada uno. Y tal y como se hace en los últimos tiempos, llegarán primero a ATRESplayer Premium, en enero, y después al prime time de Antena 3.
Las referencias están muy claras. Demasiado. Las pesadillas recientes del siglo XX, “las dictaduras fascistas, que suenan lejos, pero todo eso ocurrió ayer”, explica Daniel Écija.
Como en todas las ficciones, hay un hilo emocional inevitable y necesario, pero el compromiso de La valla es mucho mayor, según el productor: “La gente con valores puede cambiar el curso de la historia. Aquí se ve un apocalipsis, un desgaste. Lo que en Europa es distópico, en el resto del mundo es una realidad”. Lo que quiere conseguir, a fin de cuentas, es que tengamos claro que, en muchos aspectos, a día de hoy, “Europa es un oasis”.