Una colaboradora de 'Espejo Público' desmonta en directo al polémico dueño del asador ultra
Un camarero también ha hecho las cuentas de sus condiciones.
Espejo Público ha vivido este jueves una intensa entrevista durante la conexión que ha hecho con Jose Eugenio Arias-Camisón, el polémico propietario del Asador Guadalmina Asador Guadalmina ubicado en Marbella (Málaga).
En los últimos días se ha hecho viral un cartel colgado por Arias en el que se quejaba de que no encuentra trabajadores ofreciendo mejores condiciones que las que aparecen en el convenio. Él se queja de que la gente no quiere trabajar porque hay “más de tres millones de parados cobrando el subsidio (10.000 en Marbella y 5.000 en España)”.
“203.000 personas cobrando el ingreso mínimo vital y un número indeterminado de inmigrantes ilegales, cobrando una pensión y teniendo asistencia sanitaria”, finaliza el texto, junto a las palabras “vergüenza nacional”.
La conexión ha comenzado con la opinión de una de las colaboradoras del espacio, la activista Afra Blanco. “Al señor Eugenio ya lo conozco, coincidimos aquí y tuvimos una charla bastante interesante... Y fue más interesante conocer después el tipo de ofertas fraudulentas y esclavas que ofrecía”, ha comenzado.
“Digo esto porque son varias las organizaciones de trabajadores que han denunciado condiciones de esclavitud y fraude”, ha afirmado.
Blanco ha comenzado a enumerar algunos ejemplos: “Alta a la seguridad social de un 30%, jornada laboral de 12 horas durante seis días a la semana, es decir, de 72 horas a la semana cuando el máximo legal son 40. También salario de 900 euros cuando la mitad lo paga en negro”.
Finalmente, la activista le ha recomendado que “si le faltan camareros se puede acercar al SEPE y que se los ofrezcan”.
Después le ha llegado el turno a Arias, que ha comenzado cargando contra la activista: “Cada vez que intervengo en vuestro problema trato de mantener la calma con mis contertulios, pero en primer lugar me voy a dirigir a la señorita Afra”. “Señora Afra”, le ha corregido la colaboradora.
El dueño del local se ha quejado de lo que había dicho sobre ella era “absolutamente falso”. “Son injurias y mañana va a ser denunciada por mentir porque jamás he sido denunciado por ningún trabajador. Demuéstrelo, saque algún papel”, ha sentenciado, mientras Blanco le decía que actuara como considerara.
La colaboradora, entonces, ha insistido en preguntarle si varias organizaciones sindicales han denunciado públicamente sus condiciones laborales. “Igual que usted denuncia a los rojos y a los aprovechados en sus carteles”.
″¿A usted no le han denunciado públicamente cuáles son sus condiciones?”, le ha preguntado Blanco, que ha insistido en que ella ha reproducido las denuncias públicas hechas en el mismo foro en el que Arias ha denunciado a los rojos, a los abusadores de subvenciones y a la falta de profesionales teniendo condiciones excelentes.
″¿No le han acusado de ofrecer condiciones esclavistas profesionales del medio y organizaciones?”, ha repetido. Arias ha intentado defenderse diciendo que ha cambiado el argumento: “Una cosa es una denuncia pública que puede ser verdadera o falsa, y en este caso son falsas, y otra es una denuncia en el juzgado que es lo que ha dicho”.
Finalmente, Arias ha acabado diciendo que públicamente le han denunciado “todos los rojos de este país porque me odian al ser de derechas”. “Una cosa es una denuncia pública y otra es que he sido denunciado por sindicatos porque es mentira, tengo a todos mis condiciones según convenio”, ha afirmado.
Después, Espejo Público ha contactado con José, un camarero de Bilbao que ha renunciado recientemente a su empleo por las malas condiciones. “No se respetaban”, ha sentenciado, a lo que rápidamente Arias le ha comentado que “en pleno agosto su jefe tenía que estar contento”.
Para terminar, José ha hecho las cuentas del contrato que ofrece Arias: “Si hace una regla de tres las cuentas no salen. Si el convenio es de camarero, la categoría es de camarero y a nada que se hagan, tirando por lo legal, nueve horas más en esa categoría del convenio que dice que serían extraordinarias no salen”.
“A una cantidad de 23,95 euros en Bilbao, si meto nueve horas más semanales y lo multiplico por 23,95 euros y eso por cuatro semanas que tiene el mes... Si está pagando 1500 o 1800 me falta dinero”, ha sentenciado.