Un traidor entre nosotros
Donald Trump Jr. es un traidor.
Donald Trump Jr., de forma deliberada y según él mismo ha reconocido, se reunió con alguien que trabajaba, según cree, en nombre del gobierno ruso. Se reunió con una espía rusa con la intención de obtener información que pudiera beneficiar a su padre. Este descubrimiento cambia por completo el panorama en relación con el presidente Donald Trump y la investigación abierta sobre su confabulación con Rusia. Desde hace meses, la administración Trump ha defendido que, aunque han mantenido reuniones secretas con funcionarios rusos, fueron reuniones diplomáticas; no han admitido que fueran reuniones para influir en las elecciones. Donald Trump Jr. confiaba ciegamente en que la abogada rusa con la que se reunió tenía documentos e información que serían fatales para la campaña de Hillary Clinton.
No es ningún crimen que un candidato busque el respaldo verbal de otro país. Desde su misma creación, los Estados Unidos han apoyado a diversos candidatos en elecciones por todo el mundo. Sin embargo, que el hijo de un candidato, con quien el candidato admite tener una relación muy cercana, intente recabar información de forma activa mediante la ayuda de otro país para intentar influir en el resultado de las elecciones es traición y espionaje.
No soy muy entusiasta del presidente Vladimir Putin, pero es un espía de los pies a la cabeza. Un espía MUY bueno. Y como exespía que soy yo, sé que Putin es demasiado bueno como para que le pillen. Después de trabajar durante décadas para el KGB (el servicio de seguridad e inteligencia de Rusia) y para su sucesor, el FSB, ha creado un país regido por el neo-KGB.
Esa reunión entre Trump Jr. y los rusos es una vieja estrategia de espionaje de Rusia con la que Putin va a mantener sus manos bien limpias. Natalia Veselnitskaya, la atractiva abogada rusa, declaró que no trabaja para el gobierno ruso, una declaración totalmente falsa. Lo niega porque Putin tiene la sorprendente capacidad de hacer "desaparecer" a quienes se niegan a acatar sus órdenes (¿os acordáis del exespía ruso Alexander Litvinenko?). Durante mi entrenamiento en la CIA, no era ningún secreto que el modus operandi de los rusos es emplear mujeres atractivas en sus encargos con hombres estadounidenses. Además, teniendo en cuenta la importancia de esta reunión, Putin no sería tan ingenuo como para darle el encargo a una persona sin experiencia.
Con Natalia Veselnitskaya, Putin tiene en su poder a la espía perfecta.
1. No forma parte del gobierno ruso, sino que es una importante abogada, por lo que Putin puede negar cualquier relación con el gobierno.
2. Por su profesión, le resulta fácil mentir sobre el tema de la reunión, tal y como ha hecho hace poco diciendo que Trump Jr. y ella hablaron de la Ley Magnitski, una ley que impide la entrada a los Estados Unidos a aquellos ciudadanos rusos acusados de violaciones de los Derechos Humanos. Pero si la reunión abordó esa ley, ¿por qué mantuvieron la reunión en secreto en un principio? Es cierto que Veselnitskaya siempre se ha mostrado contraria a esta ley, pero está muy bien documentada y ha concedido entrevistas usando datos proporcionados por el propio Kremlin. Ahí está el nexo entre ella y Putin.
3. Ha aparecido en prácticamente todas las cadenas de noticias negando que le hubiera proporcionado ningún tipo de información incriminatoria a Trump Jr. en dicha reunión. Si me baso en mi experiencia, estoy segura de que son instrucciones de Putin.
4. Un famoso cantante de pop bien conocido por la familia Trump hizo de intermediario para concertar esta reunión. Si Veselnitskaya realmente es una activista, ¿para qué necesitó la intervención de dicho cantante para concertar la reunión?
Putin envió a Veselnitskaya para tantear el terreno con la familia Trump. Y la familia Trump no se echó atrás. Nunca conseguiremos la prueba irrefutable, es decir, pillar al propio presidente Putin proporcionando información a la administración Trump o a miembros de la familia del presidente estadounidense, pero con pruebas mucho menores hemos encerrado estadounidenses en nuestras cárceles. En mi opinión, este asunto no es político; pediría la dimisión de cualquier presidente, independientemente de su filiación política, si hubiera hecho lo mismo.
El presidente Trump estaba al tanto, sin ninguna duda, de la reunión que iba a mantener su hijo. Ya ha dejado claro cómo de cercana es su relación con su familia y, aunque él no estaba presente en la reunión, no es la primera vez que envía a sus hijos a una reunión en su nombre.
Los expertos de los medios de comunicación liberales le han quitado hierro al asunto y, en vez de hablar de traición o de espionaje, han señalado que Trump Jr. podría haber violado las leyes de financiación de campañas. Hablan de eso porque creo que no comprenden en realidad cómo funcionan el espionaje y el desarrollo del capital humano.
Hemos descubierto que, sin duda alguna, la administración Trump se confabuló con Rusia.
Este post fue publicado originalmente en el 'HuffPost' Estados Unidos y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.