Un Madrid que apueste por las oportunidades de la industria verde
El sector automovilístico y la rehabilitación energética son áreas con mucho potencial para consolidar a la Comunidad como líder en la transición ecológica.
Las actividades industriales tradicionales presentan un problema a la hora de conciliar objetivos económicos y medioambientales. A pesar de ser reconocidas como fundamentales para la creación de economías diversificadas y de alto crecimiento y resiliencia, son también fuentes importantes de contaminación, contribuyendo así a la crisis climática actual. Por ello, se suele pensar que mantener una actividad industrial fuerte y, por tanto, una economía más diversificada, resiliente y de mayor valor añadido es incompatible con perseguir objetivos de protección medioambiental.
Sin embargo, esto no tiene por qué darse en el contexto de la transición ecológica. De hecho, la consolidación de una industria verde puede ser fundamental para abordar no solo la crisis climática, sino también otros problemas socioeconómicos como la desigualdad por la precariedad laboral o por la segmentación de los mercados de trabajo.
La Comunidad de Madrid como núcleo económico fundamental del país debe ser la que se atreva a liderar la transición hacia una industria verde. Para ello, las políticas industriales verdes, que permitan la conciliación de objetivos económicos y medioambientales, se convierten así en un imperativo moral y político para enfrentarnos a la que puede ser la crisis más difusa y grave de la humanidad.
Situación actual del I+D+I y de la industria
El problema más evidente al que se enfrenta cualquier esfuerzo de iniciar estas políticas en Madrid es que las actividades industriales tienen un peso relativo menor en su economía. Solo un 8,5% de las empresas madrileñas trabajan en el sector industrial, según los datos de 2017 de la la Consejería de Economía, Empleo y Hacienda. El grupo más grande es el de la industria del metal y de la automoción al contar con un 4,3% del total de empresas.
Estas compañías suelen ser pequeñas, con un 77,7% de las que trabajan en este último grupo teniendo entre 2 y 9 trabajadores. Finalmente, la Comunidad sufre además un problema de infrafinaciación a nivel regional, consecuencia de la crisis del 2008 y de la filosofía neoliberal.
Sin embargo, no todo son desventajas. La presencia de una industria pequeña puede ser ventajosa en tanto que la dependencia de materias primas es menos sólida, contando además con que el número reducido de trabajadores puede incorporarse más fácilmente a puestos de industria verde.
Adicionalmente, la fuerte presencia del sector servicios en Madrid puede implicar un mayor apoyo a las industrias, por ejemplo a través del alto nivel de capital humano y del uso de servicios financieros o legales que faciliten la transición. En términos de innovación, a pesar de la relativa falta de inversión en I+D+I del Gobierno regional, Madrid posee un “efecto capitalidad”, contando con organismos como el CSIC y atrayendo inversión de otras comunidades. En otras palabras, hay un innegable potencial latente para convertir la Comunidad en un líder nacional en industria e innovación verde.
Políticas industriales verdes: líneas de actuación
Para aprovechar este potencial, como argumentan expertos en política industrial, como Dani Rodrik o Mariana Mazzucato, ha de ser la inversión gubernamental y la innovación, en este caso, desde una administración autonómica activa y emprendedora, la que lidere y apoye la transición ecológica.
Ya no vale solo con “corregir” o “arreglar” los mercados que ya existen. El objetivo es crear nuevos mercados, apoyar a las empresas que quieran liderar los esfuerzos de transición verde y ser proactivo a la hora de innovar. Se trata, en otras palabras, de reducir las incertidumbres a los operadores privados, promoviendo activamente un ecosistema socioeconómico de innovación, un clúster industrial donde un núcleo de empresas medianas colabore con la sociedad civil y con el Gobierno para empujar el desarrollo colectivo y la difusión de nuevas tecnologías entre las empresas, los organismos estatales y la sociedad civil.
Para conseguir esto hay dos líneas de actuación: primero, fomentar que la industria preexistente inicie o acelere su transición hacia objetivos y producción verde; y segundo, convertir la Comunidad de Madrid en una líder en innovación y tecnologías verdes.
Las intervenciones que implicarían serían las siguientes:
Madrid cuenta con oportunidades de futuro
El anuncio de los fondos europeos para la recuperación ofrece la oportunidad de obtener financiación y apoyo político para llevar a cabo varios proyectos dentro del marco ofrecido anteriormente. En concreto para Madrid, el sector automovilístico y la rehabilitación energética son ejemplos de áreas donde hay mucho potencial para consolidar a la región como líder en la transición ecológica e industria verde.
Con respecto al primero, proponemos crear un polo industrial-tecnológico en el sur de Madrid encargado de fomentar el reciclaje y la reutilización de materiales de vehículos al final de su vida útil. Para conseguirlo será preciso promover una alianza con fabricantes de automoción, con redes de recicladores, y con centros de investigación y de formación, liderados por la administración autonómica madrileña.
Los objetivos son múltiples, entre ellos, aprovechar los aparatos industriales preexistentes para integrar prácticas de reciclaje a las cadenas de valor de las empresas automovilística, maximizar la eficiencia de la gestión de recursos y fomentar la automoción sostenible. En sucesivas fases del proyecto, se establecerían vínculos con universidades y centros de formación profesional para la creación de un centro tecnológico, que faciliten oportunidades para planes de doctorados industriales y cursos de formación profesional en nuevas técnicas industriales de recuperación y reutilización innovadora. Referencias como la de la estrategia Retro-fit, promovida por la multinacional Fasa Renault, en torno a la factoría de Flins, respaldan la potencialidad de este polo industrial, permitiendo la creación de miles de empleos industriales sostenidos sobre la innovación, la investigación y la economía circular de materiales de la automoción.
Además, de forma inmediata, en materia de energía se lanzará un ambicioso plan de rehabilitación de edificios públicos y de viviendas privadas residenciales con el objetivo de alcanzar, en el periodo 2021 a 2023, un total de 40.000 viviendas con intervenciones de ahorro y rehabilitación energética. Este plan permitirá relanzar al sector de industria de construcción, sobre unos ejes distintos a la construcción del ladrillo, generando del orden de los 50.000 empleos directos e indirectos en la región madrileña.
En el contexto de la crisis sanitaria y económica asociada al covid, los objetivos verdes del actual Gobierno de la Comunidad de Madrid parecen estar lejos de ser una prioridad. Sin embargo, esta crisis ofrece un punto de inflexión para introducir cambios en el modelo económico madrileño. Contamos con el apoyo de la Unión Europea, tanto financiero como político; contamos con una ciudadanía cada vez más concienciada de que hay que actuar para enfrentarnos a la crisis climática; y contamos con la oportunidad de iniciar un proyecto transversal, que puede mejorar simultáneamente la situación socioeconómica y medioambiental.
La industria verde contiene la semilla de una economía de mayor valor añadido y resiliencia, de una sociedad más justa y sana, y de un medioambiente mejor cuidado y simbiótico. Madrid ha de ser quien lidere el esfuerzo para conseguirlo.