Un gran científico español señala cuál es la "mascarilla egoísta" más común: la llevas sin saberlo
"Si el que la lleva está contagiado, puede contagiar más fácil".
El científico español José Luis Jiménez, profesor de la universidad de Colorado (Estados Unidos) y uno de los grandes expertos mundiales en la transmisión por aerosoles, ha advertido de que llevar una mascarilla mal ajustada es peligroso porque, si estás contagiado, es muy fácil que propagues el virus.
En un mensaje de Twitter, el experto ha hecho referencia a unas declaraciones que hizo Fernando Simón el verano pasado, cuando afirmó que las mascarillas FFP2 con válvula eran “egoístas” porque están pensadas para que la persona que las lleve no se infecte y protegen menos que las quirúrgicas del contagio a otras personas. De hecho, ese tipo de mascarillas están prohibidas en España.
“Dicen que las N95 / FFP2 con válvula de exhalación son mascarillas ‘egoístas’, porque dejan escapar parte del aire sin filtrar. Si el que la lleva está contagiado, puede contagiar más fácil”, comienza diciendo Jiménez en Twitter.
″¿Las mascarillas egoístas mucho más comunes? Las mal ajustadas, porque el aire escapa por todas partes”, añade.
El científico ha publicado este mensaje después de ver una mascarilla que ha usado la ministra de Igualdad, Irene Montero, que le dejaba espacios entre la cara y la tela:
Jiménez lleva meses advirtiendo que lo más importante en una mascarilla es que se ajuste bien para que el aire sin filtrar no entre por ningún hueco.
De hecho, en una entrevista en Consalud el experto explicó que lo mejor es utilizar “mascarillas FFP2 tradicionales, que se ajustan bien y van por detrás de la cabeza” porque “funcionan bien y sellan bien”.
El problema, subrayó, es que “se han vendido muchas” orejeras, que se sujetan con gomas que pasan por las orejas, y esas “sellan mal” y “dejan mucho hueco”.
Por eso, insistió en que la mascarilla debería dejar una marca en la cara, señal de que aprieta y no deja huecos por donde se escapa el aire. “Mucha gente las lleva como colgando, como con huecos por todos lados. Yo diría que el 80 o el 90% de gente que ves la lleva mal”, lamentó el científico antes de subrayar que “cualquier mascarilla sirve, ayuda y protege tanto a ti como a los demás”.
Hace unas semanas, Jiménez explicó que él usa las mascarillas elastoméricas porque llevan “un molde de silicona que se te adapta perfectamente”.
“La idea de elastoméricas es que lo que sella es silicona y sella muy bien. Te la atas por detrás de la cabeza y sella perfectamente”, decía antes de apuntar su gran ‘pero’: “El problema es que es muy cara. Me costó unos 70 dólares. Pero a mí parecen más cómodas, además. Incluso puedes hablar mejor que con las otras”.