Un desertor ruso que busca asilo en España cuenta cómo sus compañeros violaban y saqueaban en Ucrania bajo el 'síndrome de Rambo'
Nikita Chibrin escapó de las tropas de Putin tras cuatro meses de invasión.
El testimonio de Nikita Chibrin es la guerra más inhumana en sí misma. Salvaje, cruel, difícil siquiera de contar. Este soldado ruso que desertó de la campaña de invasión ucraniana a los cuatro meses ahora busca asilo político en España y, ya en suelo español, ha confesado cómo sus compañeros cometían las peores atrocidades en Ucrania. Violaciones grupales y pillajes
Chibrin ha reconocido, en unas declaraciones recogidas por el diario británico Daily Mail, que llegó a formar parte de uno de los comandos dirigidos por Azatbek Omurbekov, conocido como ‘el carnicero de Bucha’ por sus matanzas en esta ciudad y descubiertas cuando sus efectivos abandonaron el territorio.
Dentro de este pelotón, el ahora desertor ruso vivió cómo sus compañeros actuaban bajo lo que llama ‘el síndrome de Rambo’, con un ansia de destrucción y una locura transitoria que les llevaba a cometer los delitos más salvajes. Asegura que los militares rusos proclamaban ufanos que “tenemos el poder”.
Por ejemplo, ha reconocido que muchos de ellos se emborrachaban con el alcohol que veían en las casas asaltadas. Y en una de ellas, “cuatro soldados violaron a una madre y a su hija”. Crímenes, ha precisado, que se cometían sin que hubiera una autorización de los inmediatos superiores.
Ahora, Nikita sabe que ya no podrá volver a Rusia porque el servicio secreto “me mataría”, como confiesa. Mientras, la guerra sigue y las atrocidades siguen conociéndoe a medida que se da luz a los territorios asaltados y temporalmente ocupados por las tropas de Putin.