Ultimátum de Tillerson: Rusia debe elegir entre EEUU o el régimen de Assad
Putin deja claro que no dará su brazo a torcer y alerta de que se preparan nuevas "provocaciones" de ataques químicos para acusar a su aliado.
El secretario de Estado norteamericano, Rex Tillerson, llegó este martes a Rusia con un ultimátum para el presidente ruso, Vladímir Putin, al que instó a elegir entre el régimen sirio de Bachar al Assad y una alianza con Occidente.
Tillerson, el primer alto funcionario de EEUU que visita este país desde la llegada al poder del presidente Donald Trump, puso en duda que la alianza con Al Assad e Irán sirva a los intereses de Rusia "a largo plazo".
"¿Es esa una alianza a largo plazo que sirve a los intereses de Rusia o preferiría unirse a Estados Unidos, junto con otros países occidentales y de Medio Oriente, para resolver la crisis en Siria?", declaró antes de viajar rumbo a Rusia.
Tillerson, que participó en Italia en una reunión de Exteriores del G7 y acordó con la primera ministra británica, Theresa May, "presionar" a Rusia, subrayó que "está claro que el reinado de la familia Al Assad está llegando a su fin".
Desde el presunto ataque químico del pasado 4 de abril en la provincia siria de Idleb, del que Occidente responsabiliza a Damasco, Tillerson no ha dejado de acusar a Rusia de ser responsable "moral" de la muerte de casi un centenar de civiles.
En opinión de Washington, Rusia ha incumplido su parte en el acuerdo de eliminación de armas químicas en Siria, que evitó en 2013 una invasión estadounidense y que fue forjado prácticamente bajo mesa por Putin y Al Asad.
Al mismo tiempo, aunque aseguró que Washington guarda en la recámara un nuevo bombardeo contra objetivos sirios, afirmó hoy que para la Casa Blanca es prioritaria la lucha contra el grupo terrorista Estado Islámico.
Los otros países del G7 no sólo rechazaron nuevas sanciones contra Moscú, como proponía el Reino Unido, sino que abogaron por una solución diplomática para el conflicto, admitiendo que sin Rusia e Irán no hay arreglo posible.
LA DENUNCIA DE PUTIN
Mientras, Putin dejó claro que no dará su brazo a torcer al responder hoy a las acusaciones alertando sobre que, según los datos en su poder, se preparan nuevas "provocaciones" de ataques químicos en Siria para culpar a Al Asad. "Se proponen colocar algún tipo de sustancia y culpar de su uso a las autoridades sirias", aseguró.
De hecho, el Estado Mayor ruso afirmó de que los terroristas ya están transportando sustancias tóxicas a la zona de Guta Oriental, el oeste de Alepo y Jan Shijún, donde tuvo lugar la pasada semana el ataque químico.
A su vez, Putin destacó que la situación creada tras ese presunto ataque químico en Siria le recuerda a la invasión de Irak en 2003, "cuando los representantes de EEUU en el Consejo de Seguridad mostraron las supuestas armas nucleares encontradas en Irak".
"Después de eso comenzó la campaña en Irak, la militar, que terminó con la destrucción del país, un aumento de la amenaza terrorista y el surgimiento del Estado Islámico", señaló.
Y acusó a los países occidentales de querer normalizar a costa de Rusia las relaciones con Trump después de tomar partido durante la campaña electoral en EEUU en favor de su rival, Hillary Clinton.
"Muy buena plataforma para la consolidación: Siria y Rusia. Ya hay un enemigo común. Magnífico. Estamos dispuestos a aguantar, pero esperemos entrar de todas formas en una fase positiva cooperación", dijo.
Rusia insistió hoy en que Siria no tiene armas químicas y garantizó la seguridad de los expertos internacionales que quieran desplazarse al aeródromo de Shayrat, en la provincia de Homs, desde el que supuestamente tuvo lugar el ataque de Idleb, según EEUU.
"Las autoridades sirias ya han expresado su disposición a permitir el acceso de expertos a dicho aeródromo. Los expertos lo saben, ocultar los rastros de las armas químicas es imposible", declaró el Estado Mayor ruso.
Además, recordó que la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ) confirmó la destrucción de dichos arsenales y que las únicas dos instalaciones -de un total de doce- donde es imposible confirmar su eliminación están bajo control opositor.
Moscú lamenta que Washington haya acusado a Damasco "sin pruebas", cuando en dicha zona opera el Frente al Nusra y cuando hay numerosos casos de uso de armas químicas por parte de grupos terroristas en Siria e Irak, afirma.
Mientras Putin daba una de cal, la Cancillería rusa daba otra de arena al expresar su deseo de que la visita de Tillerson sea "productiva" y la voluntad de normalizar las relaciones con EEUU, eso sí, desde "un plano de igualdad" y "sin renunciar a sus legítimos intereses".
Y culpó de que las relaciones "atraviesen su momento más complicado desde el fin de la Guerra Fría" a la anterior Administración de Barack Obama.
Tillerson se reunirá mañana miércoles con el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, aunque no se descarta un encuentro de última hora -o incluso esta noche- con Putin en el Kremlin.