Los tambores de guerra vuelven a sonar en Ucrania
Rusia ha desplegado tropas cerca de la frontera y reforzado el reclutamiento en Crimea.
Los tambores de guerra vuelven a resonar con fuerza en el este de Ucrania. Pero eso no quiere decir que se hubieran apagado hasta el momento. El conflicto en las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, que se ha cobrado ya 14.000 vidas a lo largo de siete años, ha vuelto a los titulares. El motivo se debe a los recientes movimientos de tropas rusas cerca de la frontera, así como al reforzamiento militar por el reclutamiento en la península de Crimea.
Se trata de un nuevo tira y afloja entre Moscú y Kiev, que mira directamente a Estados Unidos y a la Unión Europea. El Kremlin ha formulado nuevas acusaciones de que el Gobierno ucranio ha generado una provocación que podría aumentar el nivel de hostilidad en la región del Donbás.
Para hallar el antecedente de esta recrudecimiento del conflicto hay que remontarse al pasado 26 de marzo, cuando cuatro militares de Ucrania fallecieron al norte de la línea de separación establecida tras el alto al fuego reforzado acordado el pasado verano. Con todo, Kiev denuncia que con estos ya son una veintena de bajas entre sus filas las que cuentan en lo que va de año.
La situación es preocupante si se tienen en cuenta las alertas formuladas por parte de las autoridades separatistas de Lugansk. Estas informaron de que el pasado sábado el Ejército ucraniano atacó el territorio con armamento pesado prohibido por los acuerdos de Minsk (un calibre de 122 milímetros) por primera vez desde la firma del alto al fuego reforzado de julio de 2020. Según esas informaciones, la artillería ucraniana atacó varias localidades, enfrentamiento al que respondieron las milicias apoyadas por Rusia.
Las conversaciones con Estados Unidos
Este martes, las autoridades rusas han entablado contactos con las estadounidenses para que dirijan su atención a las “inadmisibles” acciones de Ucrania en el Donbás, antes que a los movimientos de tropas de Rusia a un centenar de kilómetros en la frontera.
El toque de atención lleva la firma de Putin y es una clara respuesta a la conversación mantenida entre el presidente de Ucrania, Vladímir Zelenski, y su homólogo estadounidense, Joe Biden. Zelenski alertó en su primera llamada oficial de que Rusia había incrementado su presencia militar en la frontera con Ucrania, cuestión a la que Biden le mostró su apoyo ante la “agresión de Rusia”.
De igual forma, las autoridades de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk han advertido de que Kiev está acumulando tropas y equipos militares, desde tanques a piezas de artillería, en la línea de separación entre ambos bandos.
Denis Pushilin, el líder de las milicias separatistas en Donetsk, ha sido tajante a la hora de abordar la escalada de hostilidades. El líder de la autoproclamada república popular sentenció que “Ucrania lo tiene todo preparado”, al tiempo que advertía que volver a la guerra abierta podría desencadenar un final “funesto para toda Ucrania”.
“Si tomamos el último trimestre de 2020 y el primer trimestre de este año vemos un gran incremento en el número de ataques”, advirtió Pushilin.
El viceministro de Exteriores ruso, Serguéi Riabkov, abordó los contactos mantenidos con Estados Unidos: “Los estadounidenses nos expresaron su preocupación y les respondimos que ésta no está justificada”. El discurso oficial del Kremlin sobre el movimiento de tropas es justificarlo argumentando que se tratan de maniobras en un espacio soberano.
“En nuestro territorio, en territorio ruso, realizamos las actividades que consideramos necesario”, alegó Riabkov. Se corresponde con la misma postura mostrada por Dmitri Peskov, portavoz del Gobierno ruso, que hace días dejó entrever que se trataba de un movimiento “necesario”, al afirmar que la OTAN también habría incrementado su presencia en la región.
En medio de este cruce de acusaciones, el presidente de Ucrania anunció que se dirigirá en los próximos días a líderes de Alemania y Francia para recabar un apoyo que ya tiene por parte de la Unión Europea.