¿Por qué sube el paro en agosto? La reforma laboral no tiene nada que ver
Expertos y agentes sociales consultados desligan el mal dato del empleo de la reforma laboral del Gobierno y lo achacan al fin del verano y el contexto económico.
Vuelve la maldición de agosto. A excepción del dato de 2021, cuando la pandemia aún desajustaba todas las estadísticas, este mes ha sido la bestia negra del empleo español durante, como mínimo, los últimos 20 años. Este no iba a ser menos. ¿Por qué ocurre esto? El paro registra una subida de 40.428 personas, de los cuales 37.546 (nada menos que el 92,8%) fueron en el sector servicios. Ahí la primera pista.
El HuffPost ha contactado con expertos y agentes sociales para tratar de discernir por qué después de ocho meses considerados buenos en términos de contratación, en parte gracias a la reforma laboral, ahora el empleo pincha.
¿Por qué sube el paro? Mónica Melle, profesora de Economía en la Universidad Complutense de Madrid, opina que la dinámica ascendente del paro del octavo mes se debe principalmente a la estacionalidad del empleo en los servicios. “Con el fin de la temporada turística se empieza a prescindir de trabajadores ligados a la actividad. Hay muchos servicios de restauración y hoteles que prescinden de parte de su personal con la bajada de la demanda.”
Por otra parte, el dato no es para echarse la manos a la cabeza. Eso opina José Manuel Corrales, profesor de Economía en la Universidad Europea de Madrid. ”Es algo que históricamente ha pasado desde hace años, ahora se ha incrementado en un número razonable, se produce porque la contratación se desacelera″, explica Corrales.
El profesor apoya su moderado optimismo señalando que el número total de parados, además, es el más bajo desde 2008, sumando un total de 2.924.240 de parados. “Dentro de lo malo, son datos bastante positivos, no teníamos esta tasa de paro desde hace 14 años”.
Y coincide con Melle en que la actual subida tiene que ver con las características del empleo turístico: “Está ligado a una serie de actividades temporales que ocupan colectivos como los estudiantes, que se sacan un dinero para aguantar el curso”.
Para Carlos Gutiérrez, secretario confederal de estudios y formación sindical de CCOO, el dato tampoco se sale de la tendencia general. “Agosto suele ser un mes malo, desciende la afiliación a la Seguridad Social y crece el desempleo, este año no ha sido diferente”, dice el sindicalista.
Tomando como referencia los datos de los meses de agosto de los últimos años, y si se excluye del análisis tanto 2020 y 2021, dos años marcados por unos desajustes fuera de la normalidad, el incremento actual es menor que el que se dio en el año 2016, cuando el paro subió solo en 14.435 personas.
¿La reforma laboral ha pinchado?
Tirando de refranero popular, unir la reforma laboral a los datos del paro sería como mezclar el tocino con la velocidad. No tienen nada que ver. De hecho, es por ese lado por donde llegan las buenas nuevas. “En cuanto a empleo indefinido, la situación es mejor. La reforma laboral no era para crear empleo, sino para cambiar el modelo del mercado laboral para darle más estabilidad”.
A este respecto, los datos no dejan lugar a dudas. Aunque la contratación se ha desacelerado, la distancia entre el número de contratos indefinidos y temporales firmados durante el mes de agosto ha permanecido prácticamente igual, consolidando la tendencia hacia el nuevo paradigma de un modelo de mercado basado en la estabilidad que menciona Melle.
El 40% de los contratos firmados este mes de agosto han sido indefinidos. “Antes no llegaban ni al 10%, incluso. La reforma laboral tiene que ver con la calidad del empleo, no con la generación del mismo”, señala Gutiérrez. En el dato de este viernes cree que han influido, ante todo, “el modelo productivo, la actividad económica y el contexto internacional complicado”.
El profesor de la Universidad Europea también marca distancias y reitera su parecer poco sombrío: “En un año se han incrementado en más de 700.000 los contratos indefinidos firmados, lo que ahora se recoge es una desaceleración que ocurre en toda Europa, pero eso no implica que no podamos valorar positivamente lo que ha traído la reforma laboral”, comenta Corrales.
¿Qué nos espera?
Si la reforma laboral no tiene nada que ver, ¿qué es lo que crea empleo? “La demanda”, zanja Melle. El problema que se presenta para el futuro tiene que ver con este aspecto, y tiene un nombre ya de sobra conocido por haber ocupado las portadas de todos los periódicos: inflación.
Es la bestia a batir que ha obligado al Banco Central Europeo a subir los tipos de interés para tratar de aplacarla. En España, el último dato marcó una subida de precios del 10,4%. Para los próximos meses, si esto no cambia, empezarán las turbulencias.
“Esto va a durar lo que dure la inflación, que todos esperamos que en algún momento se controle, pero este año y el 2023 yo creo que van a ser malos años para el empleo”, cuenta Melle. Para combatirla, la profesora aboga por potenciar los bonos sociales y las bajadas de impuestos, como la del IVA del gas que anunció este jueves el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
El contexto internacional no tiene influencia menor, más bien todo lo contrario. Las previsiones del Gobierno situaban el crecimiento del PIB este año en casi un 7%, pero “la guerra de Ucrania dinamitó todo eso”, explica Corrales. “Ahora se apunta a un crecimiento del 4%, tres puntos menos, pero es que incluso siendo inferior, ya sería positivo teniendo en cuenta que Alemania, Francia e Italia van a entrar en recesión”, sostiene el experto.
En términos de empleo, Melle cree que habrá un “mantenimiento del que ya hay con ligeras destrucciones”, y que todo dependerá, en última instancia, de la moderación de los precios para que vuelva a haber actividad económica. Empiezan las curvas.