¿Qué es Tsunami Democràtic?
El grupo, sin caras visibles, fue el motor las manifestaciones en Cataluña tras la sentencia por el 'procés'. Hoy amenazan con protagonizar el Barça-Madrid
La nueva plataforma de movilización independentista, Tsunami Democràtic, nació por sorpresa en las redes sociales el pasado 2 de septiembre, con pasos silenciosos. Luego, partidos y entidades se lanzaron a abrazar la propuesta, que ya era conocida en sus círculos, porque había hecho su puesta de largo en una cumbre independentista celebrada días antes en Ginebra. Y entonces vino la sentencia por el procés, el momento que estaban esperando para lanzarse a la calle y convocar a los ciudadanos a una movilización sin precedentes por lo masiva y violenta que llegó a ser.
Esta ola, “imparable” según sus creadores, está siendo investigada por el Ministerio del Interior, porque nadie tiene claro de dónde viene ni adónde quiere llegar. Pese a ello, ha irrumpido en escena para liderar las protestas independentistas, con estructura que utiliza las redes sociales para canalizar las instrucciones a sus seguidores y sin líderes ni portavoces. Pese a ello, hasta da entrevistas en tercera persona.
Entre sus hitos de lucha se encuentran ya el colapso en los accesos al aeropuerto de El Prat, pocas horas después de conocerse las condenas de los políticos presos, que por ejemplo fue planificado por esta plataforma vía Telegram y Twitter. Rápidos y efectivos.
Hoy el Tsunami es de nuevo noticia por una acción mucho más planificada y vociferada, la que pretende llevar a cabo esta noche durante la celebración del partido Barcelona-Real Madrid, anulado en octubre precisamente por la inestabilidad política en la Ciudad Condal. Vallas, cacheos y escáneres extras tratarán de evitar incidentes y que se introduzcan al campo objetos no aceptados. Pero es una incógnita lo que van a hacer y el poder de convocatoria que tendrán. De momento, han cosechado una enorme atención mediática en todo el mundo.
¿Cuál es su origen?
El 2 de septiembre apareció una nueva cuenta en Twitter, Tsunami Democràtic, que llamaba a “recuperar la iniciativa” y a usar la “desobediencia civil” y la “no violencia” para responder a la próxima sentencia del procés. Al instante, dirigentes de todas las formaciones y entidades independentistas se hicieron eco del perfil, dándole notoriedad.
En los días siguientes, impulsaron varias acciones para darse a conocer: centenares de sus activistas colgaron carteles por toda Cataluña, ocuparon varias oficinas de entidades bancarias que, a su entender, “financian la represión” y crearon un caldo de cultivo para posicionarse como un actor a tener en cuenta en los próximos meses.
El secretismo con el que trabaja emula la forma al llamado “Estado Mayor” del procés, que, bajo la batuta de Carles Puigdemont y Oriol Junqueras y con la colaboración de dirigentes independentistas y perfiles externos de máxima confianza, organizó el referéndum unilateral del 1-O.
¿Cuáles fueron sus primeras acciones?
Su primera acción pública se produjo el lunes 14 de octubre, al conocerse la sentencia del procés, con su intento de bloquear el aeropuerto de Barcelona. Cancelaron más de 100 vuelos. Probaron que su capacidad movilizadora es potente y que en pocas horas pueden concentrar a miles de personas. No tienen ni plazos ni prisas, alargarán la movilización “lo que haga falta para alcanzar los objetivos”: “La respuesta que se ha organizado pretende generar una crisis generalizada en el Estado español que se prolongará en el tiempo”, sostienen sus fuentes en declaraciones a El Periódico.
¿Quién hay detrás?
“Terminaremos sabiendo quién está detrás de estos movimientos del Tsunami Democràtic”, ha asegurado el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska.
Carece de portavoces o dirigentes visibles, un rasgo que comparten con los CDR, aunque a diferencia de estos grupos no funcionan como una suma de núcleos con capacidad de acción descentralizada, sino a partir de una matriz que elabora estrategias y dosifica sus mensajes.
No quieren tener líderes identificables que puedan acabar pagando las protestas en la calle con un proceso judicial, como el que ha costado una condena de nueve años de prisión y nueve de inhabilitación al exlíder de la ANC Jordi Sànchez y al presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, por un delito de sedición por la “contribución necesaria” de sus entidades en el procés.
La primera persona que usó la expresión “tsunami democrático” fue, ante el Tribunal Supremo, el propio Cuixart, cuya defensa de la vía de la desobediencia civil no violenta es también el eje que inspira las apelaciones de la plataforma.
Y una curiosidad: en octubre, el entrenador del Manchester City, Pep Guardiola, puso voz a sus demandas en un vídeo.
¿Cuál es el mensaje público?
El Tsunami Democràtic resume sus reivindicaciones en “derechos, libertad y autodeterminación”. Su idea es promover, de forma intermitente, acciones de “desobediencia civil” desde una perspectiva “no violenta”.
En su página web han colgado un manual con “directrices de la no violencia” que, avisan, deben ser aceptadas por todos los participantes en las movilizaciones de la plataforma. Entre otras cosas, piden no “maltratar” al oponente como si fuera un “enemigo”, no usar la violencia bajo ningún concepto, ni siquiera si alguien se siente atacado, y reconocer que “nadie tiene toda la razón”.
Como referentes, señalan a movimientos como el de las sufragistas, huelgas obreras como la de La Canadenca o La Canadiense, la “marcha de la sal” de Gandhi en la India o las campañas de resistencia civil para luchar contra la segregación racial en Estados Unidos.
¿Cómo se comunican?
En los primeros pasos, Twitter y Telegram han sido sus principales vías de comunicación con la ciudadanía. Entre estas dos redes sociales, suman más de 400.000 seguidores.
Para coordinar las próximas movilizaciones han lanzado una aplicación móvil singular: no se puede encontrar en las centrales de descarga de aplicaciones usuales y, para acceder a su contenido, hace falta escanear un código QR “de confianza”.
Al usar este sistema, el Tsunami quiere esquivar posibles vetos en las app store comunes, así como dificultar la clausura de la aplicación por parte de las autoridades.
Los organizadores usan técnicas de comunicación encriptadas como Signal o Protonmail, de máxima seguridad. La web fue fue registrada el 23 de julio en la isla caribeña de St Kitts&Nevis.
A nivel interno, a la hora de planificar las acciones, funcionan como un motor en el que cada pieza sabe cuál es su cometido y se coordina con las demás, trabajando en compartimentos estancos y tratando de proteger al máximo la identidad de sus componentes, incluso entre ellos.
Al celo con el que tratan sus comunicaciones se suma una estudiada puesta en escena: en sus primeras acciones los activistas usaron máscaras y las instrucciones para responder a la sentencia se dieron de forma escalonada, para evitar que los cuerpos de seguridad frustraran sus planes.
Además, al no avanzar las convocatorias, refuerzan el factor sorpresa y el mensaje de que pueden aparecer en cualquier momento en cualquier parte
¿Cómo se relacionan con los CDR?
La iniciativa de Tsunami Democràtic compite desde octubre con los CDR por capitalizar las protestas contra la sentencia del procés.
Sus impulsores pretenden dar a las movilizaciones un tono más contundente que las manifestaciones de la ANC y Òmnium Cultural, pero evitando imágenes de violencia y los choques que a menudo han protagonizado los CDR con los cuerpos policiales. Tsunamic tiene una agenda de movilizaciones propia. Van por libre. Incluso pueden llegar a contraprogramarse.
Al final, pese a esa voluntad inicial que declaraban en los medios, los días de furia de este otoño en Cataluña están en la retina de todos.
La imagen que proyectan, en sus mensajes, es la de restar protagonismo a los grupos radicales y liderar las protestas, si bien hay quien considera que los CDR -en el ojo del huracán tras las detenciones de nueve de sus miembros practicadas por la Guardia Civil, que incautó material explosivo- están dentro y son los que dirigen indirectamente esta plataforma.
También intentan implicar a muchos colectivos, desde sindicatos de estudiantes o asociaciones de todo tipo, en una estrategia diferente a la de los CDR, animando a acudir a las movilizaciones con la cara descubierta.
¿Qué opinan los partidos?
En un primer momento dirigentes de los partidos independentistas compartieron el perfil de Tsunami y, ayer, dirigentes de JxCat y ERC, además de la CUP, se sumaron a las apelaciones a la movilización en el aeropuerto -en busca de un “efecto Hong Kong”-, unas protestas que ha avalado el presidente de la Generalitat, Quim Torra, pese a los choques entre Mossos d’Esquadra y manifestantes.
Con los días, las versiones de los portavoces oficiales fueron cambiando, de no reconocer la violencia en las calles a culpar al Gobierno central, hacer llamamientos a salir a las protestas e incluso participar en ellas y, al fin, llamar a la calma en última instancia.