Se busca al sucesor de Torra
Junts, en plena ebullición y luchas internas por la lista de las elecciones catalanas
Todos se miran de reojo. Todo puede pasar. Y más en Cataluña… y més en Junts. El espacio neoconvergente está en plena ebullición interna mirando a las futuras elecciones catalanas y pensando en quién será su cabeza de cartel una vez que Quim Torra no podrá repetir como jefe de la Generalitat. Movimientos en la sombra, luchas internas, pura política.
Torra tiene los días contados: su inhabilitación, aunque todavía no es firme, le impide ir en la lista para las próximas elecciones. Todo ello en plena batalla política-jurídica, en la que la Junta Electoral le ha desposeído de su escaño en el Parlament por el caso de los lazos amarillos. Ante este callejón sin salida, y su malestar con ERC, ha pulsado a medias el botón de los comicios. Su intención es convocarlos cuando se aprueben los presupuestos en la Cámara autonómica, por lo que serían en mayo como muy pronto.
El caso Torra es una evidencia de la especie de Matrix que viven los neoconvergentes: fue la opción de última hora, por dedazo de Puigdemont, para que ocupara la Presidencia de la Generalitat tras los intentos fallidos de investidura vía Skype. Y ahora se vive una situación similar de cara a las futuras listas.
Según fuentes de Junts, todo el partido está pendiente de lo que haga Carles Puigdemont. Si decidiera volver a España para encabezar la lista, sería directamente detenido y llevado ante la Justicia. El expresident tiene ahora una situación favorable que le hace descartar esta opción: ha sido reconocido como eurodiputado y goza de inmunidad. Sobre la mesa existe la opción, a la que le anima parte del partido como Mertixell Budó, de encabezar una candidatura simbólica y tener un ‘número dos’ efectivo que luego se haga con las riendas de la Generalitat -si consiguen formar Govern-.
Dentro del partido se viven presiones y movimientos entre varios sectores. Puigdemont vs. Artur Mas. El segundo también suena incluso como aspirante, pues su inhabilitación para cargo público acaba este 23 de febrero y nunca ha descartado volver a la política.
Pero hay muchos nombres en el tablero dispuestos a jugar esta partida. Durante estos últimos meses ha cobrado mucho protagonismo la portavoz de Junts en el Congreso, Laura Borràs. La exconsellera de Cultura está en plena sintonía con Puigdemont y, especialmente, con Torra. Pero le ha salido una piedra en el camino: el Supremo está estudiando el caso judicial en el que está envuelta por la adjudicación de 18 contratos a un amigo cuando dirigía la Institució de les Lletres Catalanes y por el que un juez de Barcelona la acusa de delitos de falsedad documental, fraude administrativo, prevaricación administrativa y malversación de fondos públicos. Este viernes no acudirá al Supremo y muchos auguran una pronta imputación.
Esto hace que haya bajado un poco en las encuestas neoconvergenets, que ahora dan al alza al conseller de Políticas Digitales y Administración Pública, Jordi Puignerò. Es amigo de Puigdemont y además uno de los dirigentes más fieles al expresidente, por lo que encaja perfectamente si se plasma esa idea de ticket electoral con el fugado en Bélgica. Suelen verse en Bélgica y además es el ideólogo de intento de “república digital”.
En el Govern, con Puigneró, se miran de reojo otros de los candidatables para las próximas elecciones. Entre ellos, muchos pronuncian el nombre de Damià Calvet, conseller de Territorio y en el ala más independentista de partido -además de hacer tándem interno con Miquel Buch en las conspiraciones de partido-. Dentro del actual equipo de la Generalitat se une a las especulaciones la responsables de Empresas, Ángels Chacón.
Una de las figuras que siempre suena y ya es clásica en las charlas de Junts es Elsa Artadi, que fue consellera de Presidencia. Lo tenía todo para ser la heredera del trono, pero decidió irse al Ayuntamiento de Barcelona. Esto ha hecho que decaiga la confianza de Puigdemont en ella y en algunos círculos independentistas le achacan la falta de valentía para dar el paso y encarar posibles procesos judiciales.
Y a la vez se está produciendo un movimiento de los alcaldes. El PDeCAT ha reforzado su papel en las últimas semanas y de cara las elecciones: Marc Solsona, alcalde de Mollerussa (Lleida) y diputado en el Parlament, es el nuevo portavoz del partido. Ya se barajó su nombre en la investidura de Torra, pero no contó finalmente con el apoyo del propio Puigdemont. En esta potenciación del mundo local también se encuadra que se vaya a dar más importancia al alcalde de Igualada (Barcelona), Marc Castells, que asumirá tareas “de acción política municipal”, según el partido.
Pero a nadie se le escapa que el factor CUP puede volver a ser decisivo tras las elecciones y que su voto no se vende barato. De hecho, le costó la cabeza a Artur Mas y fue decisivo para que Carles Puigdemont fuera elegido. Y en esos aires Puigdemont-CUP hay un nombre que suena viento en popa: Marta Madrenas, alcaldesa de Girona.
En Junts están poniendo ya en marcha su maquinaria electoral. Todas las encuestas dan como ganadores a Esquerra, pero el espacio de la antigua CiU ya lo vivió en 2017 y luego, frente a los pronósticos, superaron a los de Oriol Junqueras. Ahora esperan que suceda lo mismo: su plan pasa por presentar como traidores del independentismo a Esquerra después de que hayan pactado con el PSOE en el Congreso.
Todo puede pasar (y más en Cataluña).