Toni Cantó y el motor inmóvil
Él no se ha movido. Él está donde ha estado siempre: bien resguardadito dentro de sí mismo.
A ver, que no lo estáis entendiendo. Que Toni Cantó no es un chaquetero. Que los que son chaqueteros son los partidos políticos en conjunto. Por ejemplo, Ciudadanos, que antes tenía en sus filas a Toni Cantó, y ahora ya no tiene en sus filas a Toni Cantó. Vaya cara más dura. Por ejemplo, el Partido Popular, que antes actuaba de formas que Toni Cantó consideraba corruptas, y ahora actúa de formas que Toni Cantó considera intachables. Menuda coherencia. Pero Toni es siempre el mismo. Toni no se mueve. Toni está hoy donde estuvo ayer y estará mañana donde está hoy. Firme, inmutable, en medio de un guirigay de partidos políticos que se mueven de un sitio para otro.
Un espectador que contemple nuestro sistema solar desde su exterior verá cómo los planetas giran alrededor del sol. Un espectador que lo contemple desde Madrid verá cómo los planetas y el sol giran alrededor de la capital. Las vacas ven pasar el tren. El tren ve pasar a las vacas. Toni Cantó, sentado sobre sí mismo en el centro del universo, asiste sorprendido al trasiego de los partidos políticos a su izquierda y derecha. Contempla cómo UPyD se pierde en la distancia delante de él, cómo C’s se aleja hacia la izquierda con la misma aceleración con la que el PP se acerca desde la derecha. Montado en un ascensor, y tras haber pulsado el botón del piso de Vox, ve moverse el edificio a través del ventanuco de la puerta sin sentir en ningún momento que es él el que está descendiendo.
No es que Toni Cantó sea de centro. Es que el centro es de Toni Cantó. En el Museo de Pesas y Medidas de París se guarda la barra de platino iridiado que durante años sirvió como referencia universal de la longitud de un metro. Los visitantes quedaban fascinados al darse cuenta de que esa barra no medía un metro, sino que un metro medía esa barra. Pues con nuestro independiente favorito pasa lo mismo. La física ha establecido la existencia de ciertos límites absolutos que no pueden ser violados sin que salte por los aires el continuo espacio-tiempo: en temperatura es imposible bajar del cero absoluto, en velocidad no hay forma de superar la de la luz, y en política no se puede ser más de centro que Toni Cantó.
Aristóteles argumentó hace 2.400 años que, dado que cada cosa que se mueve es movida por otra, deberá haber un primer motor inmóvil, algo que mueve al cosmos sin ser movido por él. Lo llamó “dios”, pero si hubiera vivido en la España actual lo hubiera llamado “Toni Cantó”. El dios de Aristóteles se presenta en el número 5 de la lista del Partido Popular a la Comunidad de Madrid. Ha movido hacia abajo a todos los que iban a partir de ese puesto en la papeleta original de Isabel Díaz Ayuso. Pero él no se ha movido. Él está donde ha estado siempre: bien resguardadito dentro de sí mismo.