El líder de Podemos, Pablo Iglesias, ha protagonizado un momento este martes en el Congreso con el que muchos se sentirán identificados: mientras todos hablaban en corrillos, él ha permanecido solo en una esquina y se ha puesto a mirar el móvil.
La escena se ha producido después del discurso del rey en el acto por el 40 aniversario del 23-F. Cuando ha terminado el evento, los asistentes han hecho grupos para hablar de una forma un poco más informal.
Así, por ejemplo, se ha visto cómo el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, conversaba con Felipe VI mientras que Carmen Calvo, vicepresidenta del Ejecutivo, se reunía brevemente con Pilar Llop, presidenta del Senado.
Un poco más atrás, Pablo Casado, presidente del PP, tampoco tenía con quién conversar, al igual que Adolfo Suárez Illana. Ambos han permanecido entonces de pie mirando la escena.
Pero al fondo, justo en una esquina, Iglesias ha optado por lo que muchos hacen cuando están en una reunión en la que no conocen a nadie: sacar el móvil para pasar el rato y mitigar el vacío.
Poco antes, Felipe VI ha ensalzado el papel que desempeñó su padre, Juan Carlos I, para que fracasara la intentona golpista del 23F, al asegurar que “su firmeza y autoridad fueron determinantes para la defensa y el triunfo de la democracia”, así como su compromiso con la Constitución.
Ante los representantes de las instituciones del Estado, don Felipe ha afirmado que su padre asumió como jefe de Estado “su responsabilidad y su compromiso con la Constitución” con su mensaje televisado con el que neutralizó la asonada militar de Antonio Tejero.